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A raíz del anuncio del Presidente sobre el proyecto de ley que llegará en marzo al Congreso para eliminar los tres ceros del peso, LR hizo este especial sobre el impacto de la medida en la inflación, cuál ha sido la historia de la moneda local y el impacto de un cambio similar en otros países.
El costo de fabricación de las monedas va desde $45 y hasta $286 por unidad.
El proyecto para eliminar los tres ceros es una realidad. Como lo reafirmó ayer el Presidente Juan Manuel Santos en entrevista con La FM, será presentado al Congreso el próximo 16 de marzo.
Desde el inicio del nuevo milenio, ha habido, al menos cuatro intentos de hacer esta reforma monetaria. Según la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), por ejemplo, en 2001 se estimaba que costaría $50.000 millones.
En 2011, cuando Juan Carlos Echeverry era ministro de Hacienda, se calculó que el costo del reemplazo de los billetes y monedas era de $220.000 millones.
Si se tiene esta cifra como punto de partida para calcularlo a precios de hoy, en el artículo elaborado por Sergio Clavijo con Alejandro Vera se habla de una cifra cercana a $300.000 millones de 2017, es decir que correspondería a 0,03% del PIB.
“Llegó la hora de simplificar nuestras transacciones, nuestra moneda. Tiene muchas virtudes, además del tema de seguridad. Facilita la contabilidad de las empresas, a los turistas con el cambio de divisas. Además, la inflación está bajo control y ese era un compromiso con el Banco de la República para presentar la iniciativa”, dijo el ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas.
¿Qué pasa con la nueva familia?
Para fortalecer la seguridad de los billetes, los bancos centrales los actualizan cada 12 o 15 años. El Banco de la República, desde 2016, inició la circulación de nuevos billetes que tienen como protagonistas a la pintora Débora Arango ($2.000), al poeta José Asunción Silva ($5.000), a la antropóloga Virginia Gutiérrez ($10.000), al expresidente Alfonso López Michelsen ($20.000), al escritor Gabriel García Márquez ($50.000) y al expresidente Carlos Lleras Restrepo ($100.000).
Una de las particularidades de esos billetes es que ninguno tiene los tres ceros, sino que en su reemplazo tienen la palabra ‘mil’. “Esa palabra es la que va a desaparecer, pero el billete va a seguir siendo exactamente el mismo. No vamos a tener que diseñar unos nuevos billetes”, explicó el jefe de la cartera de Hacienda.
Aunque Cárdenas señaló que no habrá redondeo, sí hizo énfasis en que habría un cambio de las monedas porque se introduciría nuevamente el concepto de ‘centavos’.
“Ahí es donde tenemos que buscar un plazo amplio para que puedan utilizarse las monedas viejas. Los billetes duran normalmente dos años y es muy fácil hacer su reposición sin gastos adicionales. A las monedas tenemos que darles una vida útil más amplia para que no tengamos que reacuñar otra vez una gran cantidad de monedas”, explicó Cárdenas.
Según el Banco de la República, las monedas más caras de fabricar son las de $200, $500 y $1.000 que valen entre $123 y $286 cada una. La moneda de $100 cuesta $56 y la de $50, $45. No obstante, es importante recordar que su costo varía en función de los precios internacionales de los metales con los que se fabrican.
Con base en esto, si se tiene en cuenta que actualmente circulan 646 millones de monedas de $1.000, el costo de su fabricación fue de $184.756 millones. Sobre los billetes, el más económico de fabricar es el de $2.000 con un valor de $75,5 cada uno. El de $100.000 es el más costoso con $117 cada unidad.
¿Qué opinan los economistas sobre este tema? Eduardo Sarmiento, director del Centro de Estudios Económicos de la Escuela de Ingeniería, señaló que sería “una reforma microeconómica que no tendría mayor impacto sobre el comportamiento macro de la economía”. Así mismo, señaló que aunque la decisión de quitar ceros trae beneficios, no es lo más prioritario, “cuando se debería hasta hablando sobre cómo reactivar la economía, el sector externo, entre otros”.
Francisco Azuero, ex viceministro de Hacienda y profesor de la Universidad de los Andes, indicó que “el país estaba en mora en tomar esta decisión. Los costos deben asumirse como una inversión. Gracias a los nuevos billetes, solo habría que borrar la palabra mil, así que el costo de reimpresión estaría absorbido”.
Santiago Perdomo, presidente de Colpatria, señaló que quitar los tres ceros es un paso también para reducir el efectivo en la economía. “Debe cambiarse en seis meses y ojalá quede explícito que los billetes viejos pierdan su poder adquisitivo para hacer que la gente los cambie”.
¿Cuáles serían los beneficios según Anif?
Los niveles de inflación cercanos al rango meta han propiciado el debate sobre la eliminación de los tres ceros. Para Anif, esto simplificaría hacer conversiones y comparar con igual número de dígitos frente a monedas como el dólar y el euro, y algunas de la región (real, sol). También facilita las transacciones comerciales entre distintos agentes económicos, habría menores costos de almacenamiento electrónico y haría más simple la contabilidad y el presupuesto.
La última vez que el Emisor puso en circulación una nueva familia de monedas fue en junio de 2012.
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