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La mujer enfrenta múltiples barreras para alcanzar su independencia económica a través de la participación en el mercado laboral. Diferentes factores lo explican. una de ellas es la violencia sexual reproductiva.
En materia de regulación y políticas públicas, los desafíos más importantes, son: promoción de la educación y formación profesional, conciliación de la vida laboral y familiar
En los últimos años, los países iberoamericanos se han empeñado en avanzar en regulaciones para la inclusión laboral de las mujeres. Los avances han sido significativos, sin embargo, todavía hay desafíos que afrontar y barreras por superar en materia de brechas de género.
En materia de regulación y políticas públicas, los desafíos más importantes, son: promoción de la educación y formación profesional, conciliación de la vida laboral y familiar; y prevención y erradicación de la violencia contra la mujer en los entornos profesionales.
Con respecto al primer punto, los diferentes gobiernos están impulsando políticas para aumentar la participación de mujeres en la educación y la ciencia. De acuerdo con la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología, en su informe ‘Estado de la Ciencia 2022’, se han evidenciado avances, pero las brechas de participación son diferentes por países. En Chile, México y Perú, por ejemplo, las mujeres solo representan un tercio de la cantidad de investigadores, mientras que en Argentina, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela la cifra está por encima de 50%.
El mismo estudio evidencia que, aunque las mujeres representan 55% de la población universitaria de Iberoamérica, su participación en las carreras del futuro (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), más conocidas como Stem, es de 21%. En países como España, Brasil y Chile, esta cifra es de 13%.
María Claudia Rey, presidente de Cirion en Colombia, reconoce que se están haciendo esfuerzos, pero todavía se quedan cortos ante las necesidades. “Tenemos un desafío relacionado con la educación en habilidades Stem, porque la capacitación es fundamental desde la niñez. Por otro lado, requerimos el apoyo a nivel empresarial. Cada compañía debería velar porque haya pluralidad de oferentes en las posiciones que buscan en los procesos de selección”, dijo.
Por último, dice que se necesita un trabajo en conjunto con los hombres, bajo el entendido que la diversidad construye soluciones, brinda visiones distintas y enriquece a las empresas. Esto último, evidentemente repercute en las opciones que tienen las mujeres para acceder a mejores oportunidades en el mercado laboral.
Otro punto importante en las políticas de Iberoamérica, es la promoción para la conciliación entra la vida laboral y familiar. En ese sentido, los diferentes gobiernos están implementando políticas mucho más fuertes para que las mujeres puedan tener un equilibrio entre su vida personal y en el trabajo. Para ello se contempla la flexibilización de sus jornadas laborales, la implementación del trabajo remoto y la instalación de guarderías. Hay que tener en cuenta que, según cifras de Cepal, 60% de las empresas en Iberoamérica no otorgan licencias de maternidad por encima de lo estipulado por la ley.
Otras políticas importantes van enfocadas en la erradicación de la violencia contra las mujeres en los entornos laborales. El Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas reconoce que esta situación se suma a la brecha salarial de género y a las menores oportunidades de las mujeres para acceder al mercado laboral.
En esta materia, el convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, reconoce el derecho que tienen las personas para ejercer en un mundo laboral libre de violencia y acoso, esto incluyendo las situaciones en mención por cuestión de género. De acuerdo con el organismo, cerca de 23% de las personas han manifestado en alguna ocasión de su vida laboral haber sido víctimas de acoso y violencia en el trabajo, ya sea de manera física, psicológica o sexual. En ese sentido, 6,3% han sido víctimas de violencia sexual en el trabajo siendo las mujeres, en su mayoría, las más expuestas a este tipo de vejámenes.
Ahora saltamos a las barreras que se encuentran las mujeres para acceder al mercado laboral. En Iberoamérica, estas son todavía estructurales, y sociales. Y es que en muchos países todavía se concibe a la mujer como un ser que solo debe encargarse de las tareas del hogar. Esto, de acuerdo con ONU Mujeres, repercute en una menor participación en el mercado laboral.
En Iberoamérica, de acuerdo con la Cepal, la participación de las mujeres en la fuerza laboral es de 50,2% versus 72,1% de los hombres. Esto evidentemente también se traduce en la pérdida de oportunidades en materia de desarrollo económico para las mujeres y por ende afecta también a sus familias. En materia de cifras, el organismo también evidencia que las mujeres representan menos de 45% de las personas contratadas en áreas consideradas como duras, como, por ejemplo, el comercio exterior. Además, dentro de estas barreras también se calcula que 52% de las mujeres no tienen acceso al empleo.
Valeria Yglesias, vicepresidenta comercial de LifeMiles, admite, en ese sentido, y poniendo el ojo en un enfoque más empresarial, que la diversidad de género es clave para aportar nuevas perspectivas, generar más innovación y alcanzar el éxito sostenible para las empresas en la actualidad. Por eso aboga por la promoción de ambientes con igualdad de oportunidades con equidad salarial y empoderamiento femenino “para que sigan desarrollando todo su potencial en nuestra región”.
Frente a ello, una de las previsiones de la Ocde es que si la participación de las mujeres en el mercado laboral fuera la misma que la de los hombres en 2030, el PIB de los países aumentaría aproximadamente 12%. Otra previsión del organismo se basa en los beneficios que tendría para el mundo lograr esa equidad para las mujeres. De acuerdo con este ente, al resarcir esa deuda histórica se podría aumentar en US$20millones el PIB mundial.
Pero hay otro desafío que se debe superar y es el de la brecha salarial. Según la OIT, en 2022 se evidenció que las mujeres en la región ganaban 18,3% menos que los hombres por hacer el mismo trabajo, por si fuera poco, tan solo 15% de las organizaciones analiza si en realidad hay brechas salariales dentro de su esquema. Bajo este concepto se entiende que las brechas salariales están ligadas a la discriminación por género, la segregación ocupacional y la falta de oportunidades de ascenso para las mujeres en el mundo laboral.
Este último punto lleva también a la reflexión sobre el hecho que 15% de los cargos directivos en la región son ocupados por mujeres. Por otro lado, y en materia de emprendimiento, 14% de las empresas tienen como dueña a una mujer. Esto último es explicado precisamente por el hecho de que hay muchas brechas para el acceso a la educación en varios países de Iberoamérica, precisamente por el punto de las barreras culturales.
Si bien hay pasos que se han dado en esta materia, todavía hay retrasos en lo que corresponde a la inclusión laboral, eliminación de barrera de acceso al mercado laboral y reducción de las brechas salariales. Esto dificulta el cumplimiento del punto cinco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se enfoca en alcanzar la igualdad de género.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, si bien se ha avanzado en materia de acceso a la educación todavía existe una deuda en materia económica y política. “Las mujeres siguen estando concentradas en sectores de baja productividad y salario y reciben una remuneración mucho menor por el mismo trabajo”, es una de las conclusiones del informe de Desarrollo Humano 2022 de la ONU. Lo cierto es que de replicarse e implementarse políticas ya existentes como la Ley Orgánica de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres en España; y la Ley de Igualdad de Género en Colombia, habría avances más sustanciales.
Para las mujeres, el acceso a entornos políticos también ha sido complejo. La Cepal estima que hay una participación de 23,5% de mujeres en los gabinetes de América Latina. El Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe reconoce un aumento discreto de participación del género en los gabinetes presidenciales, teniendo en cuenta los últimos tres periodos de gobierno en América Latina. Los que han registrado un mayor incremento, son: Chile, Panamá, México y Argentina. El país austral cuenta con un gabinete conformado en su mayoría por mujeres (58%). Le sigue Costa Rica con (50%), México (44%) y Colombia (41,5%).
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