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La mujer enfrenta múltiples barreras para alcanzar su independencia económica a través de la participación en el mercado laboral. Diferentes factores lo explican. una de ellas es la violencia sexual reproductiva.
La igualdad de género es un objetivo fundamental en la construcción de sociedades justas y equitativas. En el ámbito laboral, la inclusión de las mujeres es un derecho fundamental y una necesidad para aprovechar plenamente el talento y la diversidad.
A pesar de los avances en diferentes ámbitos y del trabajo que se ha logrado en diferentes empresas, en un informe de Naciones Unidas, específicamente en el capítulo relacionado con el Objetivo de Desarrollo Sostenible cinco: ‘Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas’, se hace un llamado de atención. El documento señala que, “con solo siete años restantes, apenas 15,4 % de los indicadores del Objetivo cinco sobre los que se dispone de datos están bien encaminados, 61,5% están moderadamente encauzados y 23,1% están lejos o muy lejos de las metas para el 2030”.
La misión es seguir y persistir. Las mujeres hemos logrado incursionar en importantes escenarios del mundo empresarial, transformando algunas dinámicas. Desde Kantar Ibope Media estamos trabajando para que el género femenino siga aprovechando las oportunidades laborales que se abren, esa es la clave. ¡Brindar oportunidades, del resto nos encargamos nosotras! ¿Por qué? Los resultados y los números lo develan.
Aequales asegura que la rentabilidad aumenta cuando las mujeres ocupan cargos directivos, lo hacen entre ocho y 13 puntos básicos sobre el Retorno Sobre los Activos (ROA), la visión femenina tiene un impacto tan positivo en el ámbito empresarial, que en 30 % de los casos de los cargos dirigenciales ocupados por ellas, implica un incremento del ROA hasta de 24,6 %. Esas oportunidades deben ir acompañadas de la implementación de programas de sensibilización y formación para fomentar la comprensión de la importancia de la diversidad de género. Eso va de la mano a garantizar que las mujeres tengan acceso a oportunidades de desarrollo profesional. Esto incluye programas de mentoría, capacitación y promoción interna. Es oportuno establecer metas específicas para aumentar la representación de mujeres en roles de liderazgo y proporcionar recursos para ayudarlas a avanzar en sus carreras. En otras palabras, es crucial crear una cultura organizacional que valore la diversidad y la inclusión. Esto implica promover un ambiente de trabajo donde todas las voces sean escuchadas y se respeten las diferencias, dando la oportunidad de ocupar puestos de injerencia en las gerencias y de toma de decisiones. Algo que me complace es trabajar en una organización donde varios de los cargos de CEO en los distintos países y regiones son liderados por mujeres.
Para seguir esa línea, es necesario involucrar a mujeres en proyectos estratégicos y decisiones clave, lo que demuestra la confianza en sus habilidades y también proporciona oportunidades para que expongan sus capacidades de liderazgo y toma de decisiones. De igual manera, establecer sistemas de monitoreo y evaluación constantes permite a las organizaciones medir su progreso en términos de inclusión laboral. La retroalimentación regular y la adaptación de estrategias según sea necesario son fundamentales para aumentar el impulso hacia la equidad de género. Podemos decir que fortalecer la inclusión laboral de las mujeres es una responsabilidad compartida que requiere el compromiso activo de las empresas, generando oportunidades en diferentes frentes.
Al implementar estas estrategias se crea un entorno de trabajo más equitativo y se construye una base sólida para el éxito sostenible de las organizaciones en el futuro. La inclusión laboral de las mujeres no solo es un imperativo ético, es -además- una inversión en el crecimiento y la prosperidad para todos. Una encuesta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), reveló que 57 % de las organizaciones aseveraron que la diversidad de género mejoró su rendimiento empresarial, pero -además-, las mujeres en cargos directivos dejaron un aumento de su beneficio entre 5 % y 20 %, aunque el promedio general quedó entre 10 % y 15 %.
Seguiré trabajando desde todos los ámbitos que me sean posibles para garantizar que esas oportunidades realmente se fomenten y se multipliquen, por eso es un honor formar parte de otros proyectos como Women in Connection, donde se plantean, constantemente, nuevas maneras de lograr la inclusión femenina con enfoque laboral.
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