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El anuario Ripe recoge las tendencias de consumo para 2018 de los países de la región.
Después de la crisis política y económica vivida en Brasil tras la salida de Dilma Rousseff de la presidencia, el rumbo de la economía más grande de la región aún está intentando enderezarse, o al menos eso es lo que muestran los datos de consumo, que todavía no son los mejores.
De acuerdo con un informe del Banco Santander de Brasil, el consumo del país fue de US$1,4 billones, una cifra levemente menor a la registrada el año anterior, cuando se ubicó en US$1,46 billones. Si se mira un poco más atrás, el consumo de los hogares brasileños en 2014 fue de US$1,52 billones.
En porcentajes, la disminución del consumo por hogares en los últimos dos años ha sido de 3,9% y 4,2% respectivamente. Igual suerte ha tenido el consumo per cápita. Mientras que en 2014 el nivel de gasto estaba en US$7.477, en los años siguientes pasó a US$7.121 y a US$6.763.
Debido a las contracciones que ha sufrido el Producto Interno Bruto del país (en 2015 de -3,8% y en 2016 de -3,6%), el consumo de las familias ha subido gradualmente su participación en un punto porcentual, al pasar de 63% del PIB en 2014 a 64% en la última medición.
Si se mira el gasto por sectores, vivienda, con 29%, es la rama a donde más se van los recursos de los consumidores. Después, está alimentación, con 16,9%; transporte, con 15,1%; y alquiler, con 13,4%. Un poco más abajo está adquisición de un vehículo (5,9%), salud (5,7%), vestimenta (4,6%), educación (3,3%), combustibles (3,20%), placer (1,90%), electrodomésticos (1,90%), higiene y cuidado personal (1,80%) y tabaco (0,60%).
Aunque, puntualmente, los productos más consumidos por la población brasileña fueron los automóviles, los ordenadores y los softwares, los elementos de telecomunicaciones y, por último, los elementos farmacéuticos.
Recientemente, Ilan Goldfajn, presidente del Banco Central de este país, manifestó que lo peor ya había pasado. “La única duda es sobre el ritmo de recuperación. ¿Será más rápido o más lento?”, indicó a periodistas. Además, agregó que gracias a la menor inflación en 18 años, los consumidores han podido retomar las compras de bienes y servicios.
En cuanto a las marcas preferidas por los habitantes de Brasil, de acuerdo con un estudio publicado por Kantar Worldpanel, se destacan, en el sector de bebidas, Coca Cola, Tang, Guaraná Antactica, Fanta, Maratá, Schin, Skol, Tirol, Fresh e Italac. En el sector de alimentos las más consumidas son Sadia, Qualy, Soya, Vitarella, Nescau, Itambé, Seara, Sazon, Nestlé y Maggi.
Dentro de la categoría de los productos de limpieza mandan Ype, Omo, Bombril, Brilhante, Tixan, Limpol, Minuano, Veja, Ala y Assolan; mientras que en el último ramo evaluado, el de higiene y belleza, se destacó Colgate, Sorriso, Palmolive, Rexona, Sedal, Natura, Dove, Intimus, Lux y Gillette.
Para Mauricio Jaramillo, internacionalista de la Universidad del Rosario, después del ajuste fiscal impulsado por el gobierno de Temer y la flexibilización para la contratación laboral, se vio un mejoramiento en la mayoría de indicadores macroeconómicos, que, de igual manera, llevaron a que el consumo de los hogares tuviera un mayor dinamismo en los últimos meses, aunque falta por ver si este desempeño es real o solo un efecto coyuntural del avance de las políticas del Gobierno.