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En agosto de 2019, argentina entró por tercera vez en default en el siglo XXi, tras el proceso en 2001 y 2014
El 10 de diciembre de 2019 Argentina dio la primera bocanada de aire fresco después de estar mucho tiempo bajo el agua. Es una analogía que se acopla a la situación que vivió el país del cono sur con la posesión del presidente Alberto Fernández, quien promete devolverle a Argentina la esperanza de una pronta recuperación económica, una tarea que no será fácil.
Solo basta con recordar las “terroríficas cifras” que dio Fernández durante su discurso de posesión presidencial: la inflación es la más alta de los último 28 años, pues desde 1991 Argentina no tenía un IPC (Índice de Precios al Consumidor) superior a 50%; la tasa de desocupación es la más alta desde 2006; el PBI de 2019 es el más bajo de la última década; la pobreza está en los valores más altos desde 2008, retrocediendo más de 10 años en esa lucha; se cerraron 20.000 empresas y se perdieron en la industria más de 141.000 empleos del sector privado en cuatro años. A pesar de este panorama, el peronista Fernández aseguró: “lo importante es que ahora estamos unidos para poner a Argentina de pie”.
Estas cifras, las primeras de una extensa lista, son suficientes para que el escenario económico que dejó Mauricio Macri sea poco alentador este año: las proyecciones de los organismos internacionales apuntan a que el PIB argentino se contraiga 3%. Y aunque en menor medida lo hará para 2020, la perspectiva negativa se mantiene. Macri recibió un país con un crecimiento del PIB de 2,7%, y las estimaciones para 2020 de la Ocde, el FMI y el Banco Mundial son de -1,3%, -1,3% y -1,2%, respectivamente.
Fausto Spotorno, economista y director de OJF, explicó que “la economía Argentina actualmente está en un “impasse” tras la fuerte devaluación del tipo de cambio en el último año y medio. La reestructuración de una parte de la deuda de corto plazo y un rígido control de cambios ha permitido estabilizar la moneda momentáneamente, pero no es sostenible”.
Argentina, el único país junto con Venezuela que registrarán una contracción económica en 2019 y 2020, ha estado tres veces en default en el siglo XXI: en 2001, en 2014 y en agosto de este año. Según el diario argentino El Cronista, Argentina solo ha cumplido sus obligaciones ante los acreedores por dos años y medio, en los últimos 18 años.
“Para el año que viene esperamos una economía que se mantendrá en recesión, con una caída del PIB del orden 1% y una inflación que se mantendrá elevada. Según el consenso de los economistas, la inflación será del 43% anual”, agregó Spotorno.
¿Qué le queda hacer al gobierno de Fernández? Claudio Zuchovicki, gerente de difusión y desarrollo de mercados de capitales de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, explicó que teniendo en cuenta el déficit fiscal que se mantendría “aparecerá algún impuesto extra o más emisión monetaria. Más pesos, sin demanda de pesos. Esto podría incentivar el consumo. Si se genera confianza e inversión podría crear un proceso virtuoso, de lo contrario, generaría un alza de precios mayor”.
Los problemas son muchos, y para los expertos están tan entrelazados que si se modifica alguno otro se puede afectar inmediatamente. Así, el nuevo gobierno que asume el poder “debería atacar los problemas de la economía argentina de forma integral. Esto es, establecer un programa monetario sólido que reduzca la emisión monetaria al mínimo y un programa de ordenamiento fiscal que permita en el corto plazo cerrar el déficit fiscal que hoy es infinanciable”, agregó Spotorno.
Los factores que frenaron el crecimiento este año: Una devaluación en más de 40% y un préstamo con el FMI, que es impagable, tiene al país contra las cuerdas
1- Crisis de confianza
Macri inició su mandato con una esperanza desorbitante, especialmente de los inversionistas que vieron una oportunidad para volver al mercado. Sin embargo, el PBI industrial cayó 12,9 %, comparando el primer semestre de 2019 contra el mismo período de 2015.
2- Tipo de cambio
El desplome de la moneda argentina frente al dólar fue insostenible, tanto así que la devaluación superó 40%. Las empresas que tenían deudas en dólares, tuvieron una situación complicada que afectó directamente también a la inversión.
3- Caída en inversión
La incertidumbre en Argentina ha tenido su efecto en la inversión privada. Según cifras de Ecoanalítica, en los últimos ocho años la inversión en ese país cayó 25%. En otras palabras el ritmo de la inversión actual está al nivel de 2012.
4- Deterioro reservas
Las reservas internacionales en dólares sufrieron y se deterioraron con el comportamiento del peso argentino, y la salida de capital agravó la insuficiencia de dólares. A septiembre de este año las reservas internacionales llegaron a US$54.098 millones.
5- Préstamo del FMI
Recurrir a préstamos del Fondo Monetario Internacional aseguran fue uno de los pecados de Macri, pues no hay capacidad de pago. Para lograr una estabilidad económica, el FMI, que redujo proyección de crecimiento, aprobó un préstamo por US$57.000 millones.
Tecnológica apuesta en economía débil
Similar a la situación que sucede en Venezuela, el sector empresarial empezó a perder la esperanza en la economía de Argentina. Sin embargo, a través de varios medios de comunicación se dio a conocer que la firma de gestión de software Seidor Argentina, socio de SAP, invertirá en el país una suma de US$500.000. Según lo dio a conocer InfoTecnology, esta inversión será principalmente en “una nueva oficina de innovación, modelos de rápida implementación y servicios y productos de suscripción cloud”.
Declaración de la emergencia económica
Una de las primeras decisiones que tomó el recién electo presidente de Argentina, Alberto Fernández, es declarar la emergencia económica del país y solicitó al Congreso sesiones extraordinarias hasta el 31 de diciembre de este año para habilitar el proyecto de Ley de Emergencia Económica. Esto significa tener plenos poderes para tomar decisiones rápidamente que van desde imponer impuestos hasta modificar alicuotas de tributos o reasignar partidas presupuestarias. También con este poder se declara la emergencia sanitaria.
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