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Durante el tercer trimestre del año, el PIB tuvo un retroceso de 0,1% interanual a US$386.188 millones, aunque subió 4% frente a 2019
Durante los últimos seis años, Brasil ha buscado allanar el camino hacia la recuperación tras una recesión que llevó a que su economía se contrajera cerca de 7%. La llegada de la pandemia no ayudó y según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge), su economía disminuyó 4,1% en 2020 frente al año anterior. Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), el país cerraría el año con un crecimiento económico de 5,1% y un aumento en las exportaciones de 28,7% según la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB).
Hoy, el mayor propulsor de la economía brasileña se centra en el sector agricultor, especialmente en lo que respecta a café, caña de azúcar, naranjas y soja, gracias a un bosque que abarca la mitad de su territorio y la selva tropical más grande del mundo. Lo que afecte a esta industria toca los datos económicos del país.
Durante el tercer trimestre del año, el PIB tuvo un retroceso de 0,1% interanual a US$386.188 millones, aunque se dio un aumento de 4% frente a 2019, con lo cual en 12 meses llega a 3,9%; justamente, esta caída en el dato mensual se dio como consecuencia de las pérdidas de 8% en el sector agrícola en medio del fin de la cosecha de soja, la cual se concentra en la primera mitad del año.
“Al ser el principal commodity brasileño, la producción agrícola tiende a ser menor a partir del segundo semestre del año. Además, la agricultura viene de una alta base de comparación, ya que fue la actividad que más creció durante el período pandémico y, para este año, las perspectivas no fueron tan positivas, en un periodo de bienal negativo para el café y con la ocurrencia de factores climáticos adversos a la hora de plantar algunos granos”, dice Rebeca Palis, coordinadora de Cuentas Nacionales del Ibge.
Aunque el comercio exterior representó 29% del PIB en 2019, el país suramericano se encuentra entre los 25 mayores exportadores e importadores del mundo, siendo los granos de soja (11,6%), el petróleo (10,7%), los minerales de hierro (10,1%), el maíz (3,2%) y la pasta de celulosa (3,1%) sus principales exportaciones.
Datos de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB) aseguran que, gracias al fuerte aumento de los precios de las materias primas, especialmente el mineral de hierro, el petróleo crudo y la soja, las exportaciones proyectadas de US$270.051 millones, de implementarse, deberían superar el récord de US$256.041 millones obtenido en 2011, es decir, hace 10 años.
“La desincronización observada entre oferta y demanda de insumos y productos en el mercado mundial, junto con los problemas observados en el transporte marítimo, con rutas reducidas, falta de contenedores y un fuerte aumento de fletes, constituyen factores que contribuyen a las fluctuaciones”, afirma José Augusto de Castro, presidente de dicha agremiación.
Para la AEB, después de que la soja haya liderado las exportaciones durante los últimos seis años, en 2021 el mineral de hierro tomará el relevo gracias a las exportaciones proyectadas de US$45.244 millones. Así mismo, se espera que el petróleo crudo y el mineral de hierro representen un récord de 41,1% de las exportaciones totales proyectadas para 2021, que alcanzaron un alza de 35,4% en 2020.
Entre las principales empresas de dicho país se encuentran Petrobras, dedicada al sector de la industria petrolera y que recientemente aprobó su venta, mediante una oferta en bolsa, del total de las acciones preferenciales que tiene en Braskem, mayor petroquímica de América Latina.
Otra de las compañías dedicada a la minería es Vale, que además opera en sectores logísticos, de energía, siderúrgica y petróleo. Además, es la segunda empresa más grande del mundo en este sector, así como el mayor productor mundial de hierro y segundo en níquel. Se prevé que en 2022 produzca un máximo de 335 millones de toneladas del mineral, con un aumento de hasta 4,7 % frente a 2021. A esto se sumaría una producción de entre 315 y 320 millones de toneladas de hierro.
En términos del Gobierno Central de dicho país, el presidente Jair Bolsonaro aprobó una resolución del Consejo Nacional de Política Energética (Cnpe), que establece el contenido de mezcla obligatoria de biodiesel en gasóleo fósil en 10% para 2022. Se espera que el porcentaje de adición obligatoria evite un aumento de US$0,021 el próximo año.
Se proyecta que, a partir del 1 de enero, también se inicie el nuevo modelo de comercialización de biodiesel con posibilidad de contratación directa con el productor del insumo.
Brasil recaudó US$2.000 millones en ronda
Brasil recaudó cerca de US$2.000 millones durante la más reciente subasta petrolera del año. En esta ronda, dos consorcios se adjudicaron los dos bloques ofertados de Sepia y Atapu, siendo Petrobras y Total Energies los beneficiados. Dicho consorcio, además incluyó a empresas como Total, Petronas y QP. Estas zonas están ubicadas en la cuenca marina de Santos, frente al litoral de los estados de Sao Paulo y Río de Janeiro, los cuales cuentan con reservas ya probadas en el presal que Brasil descubrió en aguas muy profundas del océano Atlántico, por debajo de una capa de sal de dos kilómetros de espesor. Las compañías pagarán por la licencia de Sepia US$1.280 millones, así como por la de Atapu US$718 millones, lo cual representa un valor superior de 149% y 437%, respectivamente.
Uno de los sectores más afectados es el de la construcción, pues el impacto en los precios le ha costado más de US$10.730 millones al país
Economía se contrajo 28% durante los primeros seis meses de 2021 y el país acumula 25 trimestres consecutivos de caída
El Gobierno estima que se registrará un crecimiento del 9,7% en 2021, siendo uno de los más altos de la Ocde. Pero la crisis marítima y energética, la escasez de insumos y la inflación amenazan con ensombrecer la recuperación