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Han pasado 10 décadas y la celebración de este centenario constituye un hito de gran importancia para Colombia. Se trata de una entidad cuyas contribuciones han estado siempre vinculadas con la confianza que genera
El Banco ha tenido que asumir una política monetaria contraccionista e incrementar las tasas de interés para frenar presiones al alza sobre los precios y lograr que estos retomen una senda acorde con la meta
Gerente general del Banco de la República
El 23 de julio de 1923 se creó el Banco de la República bajo las directrices propuestas al gobierno de Pedro Nel Ospina por una misión internacional dirigida por el profesor Edwin Kemmerer. Han pasado 10 décadas y la celebración de este centenario constituye un hito de gran importancia para Colombia. Se trata de una entidad cuyas contribuciones han estado siempre vinculadas con la confianza que genera.
En primer lugar, ha estado la construcción de confianza en la moneda y, por esa vía, en la solidez macroeconómica y financiera. La economía colombiana se ha destacado por haber estado entre las únicas de Suramérica que no tuvo hiperinflación en 100 años. También se ha reconocido por haber tenido más éxito en evitar crisis financieras y cambiarias, así como por la mayor estabilidad de su crecimiento.
En segundo lugar, el lema de ‘100 años generando confianza’ hace referencia a la institucionalidad del Banco de la República, su gobernanza, su transparencia y la honestidad, que han hecho del Banco una de las organizaciones con mejor percepción de la opinión pública. Ello no impide que en muchas coyunturas esa misma opinión pública pueda tener percepciones negativas sobre decisiones que debe instrumentar la Junta Directiva del Banco y que tienen costos en el corto plazo, pero que son indispensables para la estabilidad de mediano y largo plazo. Esto ha sucedido en los últimos dos años, cuando el Banco ha tenido que asumir una política monetaria contraccionista e incrementar las tasas de interés para frenar las presiones al alza sobre los precios y lograr que estos retomen una senda acorde con la meta de una inflación baja y estable.
Fue precisamente para manejar el dilema entre los costos de corto plazo y los beneficios de mediano y largo plazo que al Banco de la República se le otorgó en 1991 una autonomía constitucional que le permite actuar con una perspectiva de tiempo más amplia que la que tienen los gobiernos de turno y la propia opinión pública. Esa autonomía es emblema de la institucionalidad colombiana.
En tercer lugar, la confianza por el Banco está vinculada con actividades que no necesariamente se asocian con su papel de Emisor. Es el caso del papel como guardián del patrimonio artístico y gestor de actividades culturales, algo que de manera atípica para un banco central -pero muy positiva- quedó consagrado en la Constitución de 1991. La imagen del Banco se encuentra vinculada con el orgullo que generan los museos de oro de Bogotá y otras ciudades, la red de bibliotecas lideradas por la Luis Ángel Arango, colecciones de arte como la del Museo Botero, las exposiciones en los museos administrados y las actividades musicales en los auditorios del Banco.
El capital humano es su activo más importante. Son casi 2.700 personas en 29 ciudades que realizan no sólo las actividades descritas, sino las que se requieren como apoyo: el manejo financiero y presupuestal, gestión humana, manejo de riesgos, tecnología, infraestructura o protección y seguridad, para mencionar algunas. El personal está comprometido con valores de transparencia, honestidad y trabajo en equipo. Se han hecho esfuerzos para remover inequidades tradicionales y avanzar en inclusión y diversidad, con énfasis en equidad de género, lo que ha permitido al Banco acceder a la certificación de Equipares. El compromiso por seguir avanzando es indeclinable. Estamos seguros de que la celebración de este primer centenario será un nuevo punto de partida para que el Banco de la República se siga consolidando como una entidad eficiente, transparente, incluyente y diverso, al servicio de todos los colombianos.
El libro está estructurado en siete capítulos y resalta el papel central que el Banco siempre ha otorgado a contar con un capital humano.
La vida física de un billete empieza en la Imprenta de billetes que tiene como misión producir todos los que requiere el Departamento de Tesorería del Banco
Se pondrán a disposición 500.000 piezas y tendrá una denominación de $20.000