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¿Cómo será la capital en el futuro? LR realizó una serie de artículos con el objetivo de averiguar cómo será Bogotá cuando el nuevo milenio esté cumpliendo tres décadas. Su movilidad, trabajo y educación darán un giro.
La congestión vehicular se disminuirá.
En 2030, el uso de las tecnologías y los procesos de cultura ciudadana habrán transformado la movilidad de la ciudad.
La congestión vehicular se habrá disminuido drásticamente y Bogotá habrá logrado erradicar las víctimas de siniestros en las vías, después de haber acogido la Visión Cero en la que “ninguna muerte en la vía es aceptable, todas son evitables”.
La seguridad favorecerá a los cientos de miles de bogotanos que irán caminando a sus principales actividades.
En los años anteriores, con el desarrollo de nuevas centralidades, se habrá disminuido las distancias promedio de viaje, facilitando los recorridos a pie y en bicicleta. Sin embargo, los bogotanos contarán con una amplia gama de opciones para su movilidad.
Así, por ejemplo, un estudiante universitario sale de su casa en bici en la mañana y luego de recorrer un kilómetro por las vías de su barrio accede a la red de ciclorutas de la ciudad, que ya contará con más de 1.000 kilómetros exclusivos.
A través de su teléfono celular puede consultar y reservar los cicloestacionamientos ubicados cerca de los diferentes destinos que deberá recorrer ese día. Como él, cerca del 30% de los bogotanos escogen la bicicleta como principal modo de transporte.
Otros, optan por parquear su bicicleta en las estaciones de la red del sistema intermodal de metro y TransMilenio o hacen uso de las bicicletas públicas disponibles en toda la ciudad.
Así se mueve una ciudad sostenible: es viernes y la condición de congestión es mayor al promedio semanal en los principales ejes.
Una ejecutiva revisa las opciones para su desplazamiento a través del sistema de gestión de viajes motorizados.
El uso de su vehículo tendrá un costo por kilómetro dos veces más alto que un día normal, así como un mayor precio en el sistema inteligente de estacionamiento.
Además, su viaje se demorará 20% más tiempo que si lo hace en la red intermodal de metro y TransMilenio, que alcanza 400 kilómetros.
Esta red cuenta, en su totalidad, con trenes y buses sin conductor alimentados por combustibles limpios.
Otra opción es usar el sistema inteligente de taxis, un poco más barato que usar automóvil, en especial el corredor de vehículos sin conductor recientemente implementado.
El sistema de movilidad de Bogotá se basará en la información disponible y actualizada que permite el cobro por las externalidades de cada modo.
Así, mientras que el usuario de la bicicleta recibirá bonificaciones por los beneficios que genera al ambiente, los usuarios de vehículos menos sostenibles, como automóviles y motos, deberán pagar costos que permitan compensar los impactos en congestión y contaminación que están generando a la sociedad en cada uno de sus desplazamientos.‘La consolidación de este esquema de movilidad sostenible hace que la región bogotana, con más de 15 millones de habitantes, haya eliminado las víctimas de siniestros, con un bajo impacto en la calidad del aire y la emisión de gases de efecto invernadero.
Así es la Bogotá del año 2030, una de las ciudades más sostenibles del planeta.
Unos de los aspectos claves que va a primar en los próximos años en Bogotá será la inmediatez y la intercomunicación.
Así lo concluyó Roberto Moreno, presidente de Amarilo, quien además habló sobre los nuevos retos de construcción en Bogotá.
Carlos Andrés Rebellón, vicepresidente de Sector Público de Carvajal, Tecnología y Servicios, destacó de los retos digitales de la ciudad.