Hay que ampliar la cobertura del sistema

Las cajas de compensación familiar en Colombia y el sistema de subsidio familiar son elementos esenciales dentro de la estructura de la seguridad social en el país, pero su relevancia, funcionamiento e impacto social muchas veces pasan desapercibidos. A través de estas instituciones, se busca un equilibrio social, brindando a los trabajadores y sus familias un apoyo económico que les permita acceder a servicios y beneficios que de otra manera podrían estar fuera de su alcance. Sin embargo, la necesidad de adaptarse a las nuevas realidades económicas y sociales demandan un análisis crítico y una reflexión sobre su rol actual y futuro.

Las cajas de compensación familiar son organizaciones privadas sin ánimo de lucro, que tienen como principal misión administrar el sistema de subsidio familiar. Este sistema surgió como respuesta a la necesidad de apoyar a los trabajadores con menores ingresos y con cargas familiares, brindándoles un complemento económico que aliviara la presión financiera.

Las cajas de compensación familiar buscan, a través del subsidio, equilibrar las oportunidades y brindar acceso a una serie de servicios, que van desde el subsidio en dinero, conocido como cuota monetaria, hasta la oferta de programas recreativos, educativos, de vivienda y salud. Este enfoque integral ha permitido que dichas entidades se conviertan en una herramienta fundamental para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, especialmente de aquellos con ingresos medios y bajos.

Por su parte, en el ámbito de la vivienda las cajas han sido un aliado clave para la construcción de soluciones habitacionales para la población de menores recursos, a través del subsidio de vivienda. Asimismo, en el campo educativo, han facilitado el acceso a programas de formación técnica, profesional y becas de los hijos de los afiliados.

Sin embargo, a pesar de su amplio impacto, el sistema de subsidio familiar enfrenta retos significativos. Las dinámicas laborales han cambiado considerablemente en los últimos años, impulsadas por la digitalización, la informalidad y la precarización de las condiciones de empleo. Actualmente, una gran proporción de la población ocupada en Colombia trabaja en la informalidad, lo que significa que no tiene acceso a los beneficios que brindan las cajas de compensación.

Esto plantea un reto considerable: ¿Cómo pueden adaptarse las cajas de compensación familiar a un contexto nacional donde la estabilidad laboral es cada vez más escasa y la informalidad se ha convertido en la norma para muchos de los trabajadores? Es necesario explorar mecanismos que permitan ampliar la cobertura del sistema de subsidio familiar.

La llegada de nuevas formas de trabajo como los trabajadores de plataformas digitales y dinámicas, como la informalidad, también ha generado un desafío. Adaptar los servicios y encontrar formas de incluirlos a estas personas es fundamental para garantizar que el sistema sea relevante y útil en el contexto actual.

La discusión sobre el futuro de las cajas de compensación y el sistema de subsidio familiar no puede limitarse a ajustar sus mecanismos de operación. Se hace necesaria una reforma integral que contemple la transformación del mercado laboral, las nuevas necesidades de la población y el papel que deben jugar estas instituciones en un esquema de bienestar más inclusivo. Esto incluye fortalecer la articulación con el Estado para garantizar que los programas de las cajas se alineen con las políticas públicas de desarrollo social y que su impacto llegue a quienes más lo necesitan.