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El ecosistema fintech crece de manera acelerada en el mercado colombiano y sus proyectos promueven cada vez más la inclusión
José Vélez, CEO de Bold, explicó que la tasa de usura debe lograr un equilibrio entre ser atractiva para ofrecer créditos a varios perfiles y preferir el endeudamiento formal
En 2024 se ha visto una tendencia a la baja en la tasa de usura. Para julio se ubicó en 29,21%, completando una caída de 15 meses consecutivos. Y aunque podría considerarse un estímulo, al reducir el costo del crédito, diversos analistas aseguran que el nivel aún no es el adecuado.
Sobre este tema, José Vélez, CEO de Bold, señaló que “en esencia, la tasa de usura, al restringir la posibilidad de que más personas puedan acceder al crédito formal, puede estar empujando a algunos segmentos hacia opciones crediticias más riesgosas”.
Aunque Vélez destacó que para el consumidor final es una buena noticia la reducción de las tasas, explicó que definir cuál es el nivel más adecuado es complejo: “Un promedio ideal de la tasa de usura debería ser lo suficientemente alto como para permitir que las instituciones puedan otorgar créditos con diversos perfiles de riesgo, incluyendo aquellos que podrían estar recurriendo a préstamos informales o gota a gota. Y al mismo tiempo, debería ser lo suficiente para proteger a los consumidores de prácticas verdaderamente abusivas”, indicó.
Vélez agregó que el objetivo es encontrar un equilibrio que maximice la inclusión financiera y la protección al consumidor.
Una de las novedades este año es que se realizaron cambios en la metodología para calcular la usura, de hecho, instituciones como Anif han advertido que el nuevo cálculo podría reducir la oferta del crédito. Sobre este punto, Vélez dijo que “la metodología agrupa créditos no necesariamente comparables. Por ejemplo, préstamos con garantía y sin garantía, y créditos a entidades o individuos con perfiles de riesgo muy diferentes. Esto puede resultar en una tasa que no refleja la realidad de los segmentos del mercado crediticio”.
Como consecuencia, explicó, la tasa resultante puede excluir a algunos segmentos del mercado de crédito formal. “Y para segmentos de menor riesgo, la tasa podría ser muy alta, permitiendo márgenes excesivos en algunos casos”, señaló. Esta es la razón por la que Vélez sugirió considerar un sistema que reconozca las diferencias entre distintos tipos de créditos y perfiles de riesgo.
Las fintech como un eje para la inclusión financiera
El CEO de Bold destacó el potencial de las fintech para impulsar la inclusión financiera mediante tecnología y datos, extendiendo el crédito formal a sectores desatendidos. Sin embargo, advirtió que la tasa de usura y las retenciones a pagos con tarjeta limitan su capacidad de ofrecer productos a segmentos de mayor riesgo y desincentivan el uso de métodos de pago digitales. Por último, mencionó que la discriminación hacia nuevas entidades bancarias en el pago de impuestos en la Dian, es también un desincentivo.
Alrededor de la mitad del ecosistema fintech en el país está compuesto por empresas de lending (28,4%) y pagos y remesas (18,5%)
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