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Inicia una de las competiciones deportivas más importantes del continente, la Copa América, que reunirá a 16 países para alentar a sus equipos y disfrutar de todo lo que puede ofrece las 14 ciudades sedes.
El deporte, para países desarrollados y gobiernos inteligentes representa una industria que aporta a la economía nacional, genera empleo, ingresos por eventos y mejora la infraestructura del lugar
El deporte no para, se trata de un negocio requiere de altas sumas de dinero para organizarlo y remunerarlo; a diferencia de otras expresiones culturales o de entretenimiento en poco más de dos meses tendremos 51 partidos de la Euro, 32 de la Copa América 21 etapas del Tour de Francia como abrebocas para dos semanas intensas de deporte por televisión con los juegos olímpicos de Paris. A pesar del poco tiempo en que se desarrollarán, ninguno de estos eventos quita espectadores al otro y el mercado lejos de contraerse se expande.
Salvo en el deporte, en ninguna ciudad se pueden presentar dos exposiciones de arte de gran nivel de manera simultánea. Dos conciertos de grupos importantes o dos ferias de alguna actividad económica al mismo tiempo.
El deporte no tiene esos inconvenientes; la primera semana de julio tendrá simultáneamente Eurocopa de Naciones con 24 selecciones, Copa América con 16 equipos y Tour de Francia. Muy seguramente cantidades enormes de fanáticos prenderán televisiones desde la madrugada hasta la media noche para no perder un segundo de estas competencias; las diferencias de horario hacen que en Colombia podamos prender una televisión a las 5 de la mañana, apagarla a las 12 de la noche y tener permanentemente alguna competencia deportiva en directo. Lejos está la época en que veíamos dos o tres acontecimientos deportivos al año. Una pelea de Pambelé y máximo dos partidos de la selección Colombia era todo lo que podíamos ver en nuestra precaria televisión, sin pagar un peso y con apenas una o dos cámaras.
Llenar un estadio para un concierto importante requiere publicidad a gran escala con ofertas y dos o tres etapas de venta de boletas; para el partido Santa Fe Bucaramanga del fin de semana el equipo local vendió el aforo completo del antiguo y destartalado Campin en menos de un día. Conseguir una boleta se convirtió en una tarea casi imposible y el precio de la reventa más que dobló el valor original de cualquiera de las entradas.
Las grandes corporaciones buscan desesperadamente atletas o equipos para activar marcas y para tener algún deportista como símbolo de sus productos, desde relojes de alta gama en Wimbledon hasta cervezas son promocionadas en cualquier escenario deportivo. Es tan importante la penetración que países enteros gastan sumas extraordinarias de dinero en el deporte.
El estado de Kazajistan tiene equipo propio de ciclismo, el Astana y en la publicidad estática de estadios ingleses aparece Visite Ruanda. Hace un tiempo, por pura similitud de nombre el vino chileno casillero del diablo pagó por tener presencia en Old Trafford, estadio del Manchester United, también conocido como los diablos rojos. Ni que hablar de los equipos de fútbol manejados directamente por estados petroleros como el Paris Saint Germain o el Manchester City.
En Colombia, hace unos 20 años teníamos en las vallas publicitarias de las competencias de ski alpino la publicidad de Café de Colombia lejos de estas tierras y ningún deportista colombiano que participara pero que por las características del espectáculo, al aire libre y con bajas temperaturas era ideal para promocionar el café.
Mirar con detenimiento una página web de un equipo de fútbol puede dar una idea de lo que representa el fútbol para las marcas. La del Ac Milan tiene, entre otras, publicidad de un banco, una firma de criptomonedas, una agencia de viajes, carros, llantas, pasta, y muchos otros productos. Son 31 las marcas que pagan por hacer presencia en esta página.
Productos como computadores Apple Macintosh o Amazon Echo se lanzaron durante la trasmisión de un superbowl donde el minuto de publicidad alcanza precios impensables para cualquier otra actividad diferente al deporte.
El deporte, para países desarrollados y gobiernos inteligentes representa una industria que aporta a la economía nacional, genera empleo, ingresos por eventos y mejora la infraestructura del lugar donde se desarrollaría alguna actividad relacionada con algún deporte. Un partido de fútbol, una pelea de boxeo o el paso de una etapa de una gran carrera de ciclismo implica para la ciudad organizadora un impulso importante para el comercio del lugar.
Es bueno dejar de pensar que el deporte es para pocas personas y entender que esta actividad mueve economías completas. Clasificar a un mundial representa para un país como Colombia un impulso a la economía que difícilmente la puede ofrecer el aguacate o algo similar.
Ecuador dejó una imagen muy pálida en el empate sin goles ante México al cierre de la fase de grupos, pero mostró una versión mucho mejor ante Argentina
Los sectores que reportarán beneficios en Bogotá serán ventas de televisores, bebidas alcohólicas, ropa deportiva y establecimientos nocturnos
En cada una de las ciudades hay desde parques temáticos hasta lugares para tomar cocteles y ver los partidos si no cuenta aún con entrada a algún estadio