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Si Colombia sigue con el ritmo de descenso en la fecundidad, en 10 años tendremos un volumen de nacimientos por debajo de los 100.000 al año, lo que tendrá unas implicaciones fuertes en la economía
Cifras educación superior
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Las matrículas no han repuntado tras la pandemia, llevando a las instituciones a buscar nuevas alternativas para atraer más jóvenes a las aulas de clase
La crisis de natalidad impactaría muchos servicios, como la educación, cuyas labores se enfocan principalmente en formar a los menores de edad y jóvenes. Aunque las actuales cifras de matrículas universitarias muestran una estabilización, no han podido repuntar tras la pandemia, de hecho, antes de la contingencia sanitaria ya mostraban una reducción, lo que para algunos expertos es una señal que se podría estar agotando el bono demográfico.
Por si no tiene claro el concepto de bono demográfico, hace referencia al balance que hay entre personas jóvenes y adultos mayores. Para la economía, es fundamental que un país tenga más juventud, ya que son la población apta para el mercado laboral.
“Una mayor proporción de trabajadores no solo representa una reducción del gasto en personas dependientes, sino que tiende a impulsar el crecimiento económico a través del incremento en el ingreso y la acumulación acelerada del capital”, explica la Cepal.
En Colombia por el momento el bono demográfico es positivo, pero, con la sostenida caída de nacimientos algunos analistas aseguran que se está empezando a agotar esa ventaja poblacional. De hecho, en las reformas del Gobierno se ha evaluado cuándo se sentiría el déficit. Según las cuentas presentadas en el debate de la reforma pensional, dicho bono le aguantaría al país 15 años, quiere decir que en 2040 se revertiría la balanza.
La crisis de natalidad impactaría muchos servicios, como la educación, cuyas labores se enfocan principalmente en formar a los menores de edad y jóvenes.
“La universidad no está dando respuesta a las expectativas de las nuevas generaciones, hay más oferta virtual, que no titula formalmente pero sí habilita laboralmente”.
“Esto se agravará como resultado de la decisión de los jóvenes de tomar otro tipo de oferta académica, y también, por los casos de migración, las universidades tienen que recomponer su oferta”.
Las actuales cifras de matrículas universitarias muestran una estabilización, no han podido repuntar tras la pandemia, lo que para algunos expertos es una señal que se podría estar agotando el bono demográfico.
“Las estadísticas pueden hacer predicciones cada vez más acertadas, pero, también pueden fallar por variables imprevistas, por ejemplo puede haber otra pandemia, o aumentarse más la deserción de bachilleres por buscar trabajo, además que los jóvenes no se quieren casar y prefieren no tener hijos. En ese orden de ideas, quizá más temprano puede venirse ese déficit”, dijo Carlos Roberto Peña, CEO de Sapiens Research.
Las cifras de matrículas universitarias, del Ministerio de Educación, muestran que 2022 cerró con 2,28 millones de inscritos a programas de pregrado. Si se analiza, se puede ver que entre 2012 y 2022, el crecimiento del número de matriculados pasó de 25% a 5%.
Economía, administración e ingenierías son las carreras más demandadas por los estudiantes. Carlos Mario Lopera, director del Observatorio de la Universidad Colombiana dijo que la sumado a la caída de natalicios, hay otros son los factores que inciden en las instituciones
“El problema central es que la universidad no responde a las expectativas de las nuevas generaciones. Hay más instituciones, programas, y cursos en línea, que no titulan formalmente pero sí habilitan laboralmente a los estudiantes y, en últimas, eso es lo más importante para ellos”, explicó Lopera.
El reto de las universidades será ofrecer programas más actualizados con el mercado laboral, más flexibles con las nuevas generaciones, pero también hay que buscar nuevas fuentes de ingresos. “Hay que tener nuevas estrategias filantrópicas, encontrar caminos a las demandas de la educación superior, y diversificar fuentes de ingresos, no solamente a nivel de matrículas, sino en otras fuentes del mundo universitario, llámese investigación, consultoría o formación ejecutiva”, dijo el rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo.
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