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La creciente tensión entre Rusia y los países de occidente por una posible invasión a Ucrania tiene en vilo al mercado energético, especialmente del petróleo y el gas
Las fuerzas rusas y ucranianas luchaban el domingo por el control de la ciudad portuaria de Mariúpol, dijeron autoridades locales, mientras el presidente Volodimir Zelenski pidió ayuda a Israel para contener los ataques de Moscú a Ucrania.
Durante un discurso por videoconferencia ante el Parlamento israelí, Zelenski cuestionó la reticencia de Israel a vender su sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro a Ucrania, en un nuevo llamamiento para recibir ayuda desde el extranjero.
"Todo el mundo sabe que sus sistemas de defensa antimisiles son los mejores (...) y que sin duda pueden ayudar a nuestro pueblo, salvar la vida de los ucranianos, de los judíos ucranianos", dijo Zelenski, de origen judío.
El primer ministro israelí, Naftali Bennett, ha mantenido numerosas llamadas tanto con Zelenski como con el presidente ruso, Vladimir Putin, en las últimas semanas para intentar poner fin al conflicto.
En tanto, autoridades de Mariúpol dijeron que miles de residentes habían sido llevados por la fuerza al otro lado de la frontera.
"Durante la semana pasada, varios miles de residentes de Mariúpol fueron deportados a territorio ruso", dijo el ayuntamiento en un comunicado en su canal de Telegram a última hora del sábado.
Las agencias de noticias rusas han dicho que los autobuses han llevado a varios cientos de personas que Moscú llama refugiados desde Mariúpol a Rusia en los últimos días.
Muchos de los 400.000 residentes de Mariúpol han estado atrapados durante más de dos semanas, mientras las fuerzas rusas buscan tomar el control de la ciudad, lo que ayudaría a asegurar un acceso terrestre hacia la península de Crimea que Moscú anexionó en 2014.
El presidente Vladimir Putin califica el asalto a Ucrania, que comenzó el 24 de febrero, como una "operación especial" para desmilitarizar el país y erradicar a personas que califica de nacionalistas peligrosos. Los países occidentales descartan esa postura y han impuesto sanciones punitivas destinadas a paralizar la economía rusa.
Ucrania y sus aliados occidentales afirman que las fuerzas terrestres rusas han hecho pocos avances en la última semana, concentrando sus esfuerzos en ataques de artillería y misiles, a menudo en centros urbanos.
El asesor presidencial ucraniano, Oleksiy Arestovych, dijo el domingo que se había producido una relativa calma en el último día, con "prácticamente ningún ataque con cohetes a las ciudades (ucranianas)". Añadió que las líneas del frente estaban "prácticamente congeladas".
El bombardeo de Mariúpol ha dejado edificios reducidos a escombros y ha cortado los suministros de electricidad, calefacción y agua, según las autoridades locales.
Búsqueda de sobrevivientes
Los equipos de rescate seguían buscando sobrevivientes en un teatro de Mariúpol que, según las autoridades locales, fue arrasado por incursiones aéreas rusas el miércoles. Rusia niega haber atacado el teatro.
El ayuntamiento de Mariúpol también dijo que el Ejército ruso bombardeó el sábado una escuela de arte de Mariúpol en la que se refugiaban 400 residentes, pero sostuvo que todavía no está claro el número de víctimas.
Reuters no pudo verificar de forma independiente estas afirmaciones. Rusia niega haber atacado a civiles.
Zelenski dijo que el asedio a Mariúpol era un crimen de guerra. "Hacer esto a una ciudad pacífica (...) es un terror que se recordará durante siglos", señaló.
A pesar de ello, dijo, las conversaciones de paz con Rusia son necesarias aunque "no sean fáciles ni agradables".
Las sirenas de ataque aéreo sonaron en todas las ciudades ucranianas el domingo y el Ministerio de Defensa ruso dijo que se lanzaron misiles de crucero desde barcos en el Mar Negro y el Mar Caspio, así como misiles hipersónicos desde el espacio aéreo de Crimea.
Los misiles hipersónicos viajan a más de cinco veces la velocidad del sonido y su velocidad, maniobrabilidad y altitud los hacen difíciles de seguir e interceptar.
Rusia los desplegó por primera vez en Ucrania el sábado, informó la agencia de noticias rusa Interfax, en un ataque que, según Moscú, destruyó un gran depósito subterráneo de misiles y munición para aviones.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, declaró que el domingo se abrirán siete corredores humanitarios para que los civiles puedan abandonar las zonas del frente. Hasta ahora, Ucrania ha evacuado a un total de 190.000 personas de esas zonas, sostuvo la funcionaria el sábado.
La oficina de derechos humanos de la ONU (Acnur) dijo que al menos 902 civiles habían muerto en Ucrania a la medianoche del sábado, aunque sostiene que el número real es probablemente mucho mayor.
Diez millones de personas se han visto desplazadas por los combates, incluidos casi 3,4 millones que han huido del país como refugiados, según el Acnur.
El Ejército ruso también ha sufrido grandes pérdidas, y las largas columnas de soldados que se dirigían a la capital, Kiev, han sido detenidas en los suburbios. El Ejército ucraniano dijo el domingo que las pérdidas de combate de Moscú incluían 14.700 efectivos y 476 tanques.
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