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El mercado hipotecario cerró el pasado ejercicio con una intensa actividad por la demanda embalsada y el ahorro provocados por el confinamiento
Los efectos de la guerra de Ucrania ya se dejan sentir en uno de los negocios cruciales de la banca: el hipotecario. Las entidades españolas, en general, ya están concediendo menos hipotecas por la incertidumbre económica derivada del conflicto, según señalan fuentes financieras. El freno en esta actividad se explica por la menor demanda intrínseca a entornos impredecibles, como el actual por la invasión rusa de Ucrania y las posibles consecuencias geopolíticas.
El Banco de España constató recientemente en la última encuesta sobre préstamos bancarios que los bancos prevén un endurecimiento de los criterios de concesión de hipotecas y un descenso de la demanda para el segundo trimestre del año. Una predicción que se empieza a cumplir en estas semanas en el seno de las entidades, según reconoce un banquero especializado en el negocio de particulares de uno de los grandes bancos españoles. Se interrumpiría así la tendencia creciente registrada en el segmento hipotecario en los últimos cuatro trimestres.
El mercado hipotecario cerró el pasado ejercicio con una intensa actividad por la demanda embalsada y el ahorro provocados por el confinamiento de un año antes para frenar la expansión del Covid. Se anotó de esta forma el mejor registro de la última década, al crecer el número de hipotecas más de un 20%, hasta superar las 400.000 formalizaciones.
De todas formas, este impulso está lejos de los registros récord de los años de la burbuja inmobiliaria: cuando en 2007 se realizaron más de un millón de operaciones, según datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE).
¿Burbuja?
Precisamente, el Banco de España ha pedido vigilar el mercado de la vivienda ante el riesgo de burbuja inmobiliaria. Aún no detecta señales de desequilibrios graves, pero teme un cierto contagio por parte de otros países de la zona euro, en los que los riesgos son más evidentes. En cualquier caso, desde el supervisor avisan de que existe un claro aumento de precios en las viviendas y las casas se venden más rápido.
Más del 80% de las hipotecas en España se han contratado a tipos variables, referenciadas en su mayoría al euribor, a pesar de que en los últimos tres o cuatro años el sector ha intensificado la comercialización de los préstamos a tipo fijo, que han llegado a suponer más del 70% de los nuevos préstamos porque los precios son históricamente bajos.
Varios bancos han decidido abaratar su catálogo de hipotecas variables ante la subida del euribor.
Bankinter y BBVA marcaron el paso en febrero y otras entidades redoblaron la apuesta semanas después.
Cinco bancos están ofreciendo diferenciales sobre el euribor a 12 meses iguales o inferiores al 0,85%.
Además, Ibercaja, ING, Bankinter y BBVA han encarecido recientemente sus préstamos a tipo fijo.
La banca espera como agua de mayo la primera subida de tipos de interés en Europa desde 2011, tras años de ajustes de costes y consolidación para combatir la era de tipos negativos.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), admitió recientemente que existe una "alta probabilidad" de un aumento del precio del dinero este año (ver página 22). El cambio en la política monetaria no se reflejará en el margen de interés, que mide el negocio típico bancario, hasta unos meses después de que sea una realidad. Aunque el sector considera que a mediados de año empezará al menos a beneficiarse del repunte del euribor, que se sitúa en positivo.
Ingresos extra
Cada incremento de 100 puntos básicos del euribor mejoraría los ingresos de los bancos en hasta un 20%, según estimaciones de UBS. CaixaBank y Unicaja serían las entidades más beneficiadas por la composición de su cartera crediticia.
Pero la inyección de ingresos extra por la política del BCE también podría provocar una mejora en la tasa de eficiencia, que mide el nivel de gastos sobre ingresos y es mejor cuanto es más baja.
Tras los cuantiosos esfuerzos de contención de costes en la era covid, es probable que tres entidades (BBVA, Santander y Bankinter) logren una eficiencia en el entorno del 45%, la barrera considerada como óptima para la factura de costes sobre ingresos, según PwC y Alvarez & Marsal.
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