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La creciente tensión entre Rusia y los países de occidente por una posible invasión a Ucrania tiene en vilo al mercado energético, especialmente del petróleo y el gas
Rusia impuso una serie de medidas para frenar la caída del rublo, incluido el aumento de las tasas de interés al 20%
Los rusos están comprando más oro para proteger sus ahorros después de que la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin provocara el colapso del rublo y las nuevas restricciones dificultaran la compra de divisas o sacar dinero del país.
El aumento de la demanda doméstica de oro físico llevó al Banco de Rusia a detener sus compras a los bancos para garantizar que haya suficiente suministro para los compradores locales, dijo el martes. La eliminación del impuesto al valor agregado de 20% sobre las compras de metales también estimuló las transacciones, dijo el banco central.
El prestamista más grande del país, Sberbank, dijo la semana pasada que la demanda de oro y paladio se había cuadriplicado y planeaba aumentar la cantidad de oficinas que venden el metal precioso para “ayudar a las personas a proteger sus ahorros”.
El oro tiene una larga historia como refugio contra tiempos económicos difíciles, particularmente cuando existen preocupaciones sobre la seguridad del efectivo local. La aceptación casi universal del metal como activo lo hace equivalente a divisas en momentos en que los gobiernos limitan el acceso a otras monedas.
El banco central perdió el acceso a casi la mitad de sus reservas de moneda extranjera luego de que se impusiera un congelamiento de activos como parte de las sanciones económicas destinadas a castigar a Moscú por la invasión. Todavía puede acceder a las reservas en oro y yuanes, pero las sanciones dificultan que el banco central comercie con oro. El Banco de Rusia recientemente comenzó a comprar oro después de una pausa de dos años.
Rusia impuso una serie de medidas para frenar la caída del rublo, incluido el aumento de las tasas de interés al 20%, la prohibición temporal de que los bancos vendan efectivo a los ciudadanos que aún no tienen cuentas de divisas y la limitación de las transferencias al extranjero.
Aún así, la moneda ha caído un tercio en lo que va del año, alimentando uno de los picos de inflación más grandes de Rusia este siglo.
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