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La creciente tensión entre Rusia y los países de occidente por una posible invasión a Ucrania tiene en vilo al mercado energético, especialmente del petróleo y el gas
El informe económico de la entidad pronostica que el conflicto llevará a la peor crisis de ese país e impacto de 11,2% en Rusia
La invasión de Ucrania por parte del presidente Vladímir Putin hará que la economía de ese país se contraiga casi la mitad, o un acumulado de 45,1%, este año, mientras que la de Rusia caerá hasta 11,2%, según el Banco Mundial.
Se proyecta que las economías de mercados emergentes y en desarrollo en Europa y Asia Central disminuyan en por lo menos 4,1% combinado este año, el doble de la caída provocada por el inicio de la pandemia del covid-19 en 2020, dijo el Banco Mundial en sus pronósticos de primavera publicados recientemente.
Explicaron también que las estimaciones están sujetas a una incertidumbre considerable por la crisis allí.
“Este es el segundo impacto importante que golpea la economía regional en dos años y llega en un momento muy precario para la región, ya que muchas economías aún luchaban por recuperarse de la pandemia”, dijo la vicepresidenta regional del organismo internacional, Anna Bjerde, en una conferencia.
Aparte de la “Europa emergente y en avance constante”, como dice el BM, la guerra está repercutiendo en los mercados financieros y de materias primas, así como en los vínculos comerciales y migratorios; lo que se suma a las preocupaciones de una fuerte desaceleración económica mundial, una inflación en espiral y una deuda creciente, agregó el Banco Mundial que destacó que el análisis ya está siendo discutido con algunos gobiernos.
Además de Rusia y Ucrania, también se pronostica que las economías de Bielorrusia, Kirguistán, Tayikistán y Moldavia se contraerán en 2022 (cerca de 2% y hasta 4%), y el resto de la región crecerá a un “ritmo anémico”, según el informe.
Mientras la región se alista para un caos económico por la guerra, los aliados de Ucrania en Europa están yendo más allá de su énfasis habitual en la diplomacia y las sanciones en respuesta a la invasión rusa, con un nuevo enfoque en armar urgentemente a Kiev como la mejor oportunidad para cambiar la toma de decisiones de Putin.
Después de seis semanas de una guerra en la que las sanciones han hecho poco para aliviar, y sin señales de que las negociaciones con Rusia produzcan algún resultado, algunos de los guerreros menos probables del bloque están pidiendo más armas.
La ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, del tradicionalmente pacifista Partido Verde, pidió el envío de “más equipo militar, sobre todo armas pesadas”. Y agregó: “No hay tiempo para poner excusas”.
El cambio se produce en parte cuando las naciones europeas aceptan que las sanciones han hecho poco para entorpecer la capacidad de Rusia para financiar sus operaciones militares, y varias naciones continúan resistiendo las acciones más duras por temor a que también afecten a sus propias economías.
Muchas de las medidas introducidas por la UE, como las restricciones a las exportaciones de tecnología, están diseñadas para impactar en la economía rusa con el tiempo. En términos de impacto a corto plazo, el bloque tiene pocas herramientas a su disposición además de sancionar el petróleo y el gas de Rusia, y los estados miembros siguen divididos. La evaluación del bloque sobre cómo infligir dolor al gobierno ruso no siempre termina en acuerdos sólidos.
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