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La creciente tensión entre Rusia y los países de occidente por una posible invasión a Ucrania tiene en vilo al mercado energético, especialmente del petróleo y el gas
La semana pasada los mercados cerraron en rojo, ahora la atención está sobre las propuestas de sanciones a Moscú
Desde Estados Unidos y la Unión Europea la semana pasada se habló de un paquete de sanciones comerciales contra Rusia si ese país no muestra mejor voluntad en lo que para occidente es una toma de Ucrania en cualquier momento.
La situación no es nueva. Algunos analistas recuerdan cuando Rusia anexó Crimea en 2014, en ese momento el bloque continental, Washington y otros gobierno levantaron contra el Kremlin medidas económicas. Desde entonces, personas y organizaciones rusas han sido perjudicadas por interferir en elecciones en el extranjero, ataques cibernéticos y otras acciones.
La Casa Blanca está amenazando con sanciones como cortar el acceso de los bancos rusos al dólar y emplear nuevos controles de exportación. Pero Moscú no se ha quedado quieto. El país recortó su presupuesto, reforzó las reservas de divisas y trató de diversificar su cartera comercial para volverse menos dependiente de la UE por los ingresos de exportación.
“Hoy en día la mayor parte de los ingresos de exportación de Rusia provienen de productos minerales como el petróleo, el gas natural y el carbón. Esta dependencia hace que las exportaciones de energía sean un objetivo atractivo para las sanciones”, dijo Juliana Salamanca, analista de mercados de la U. de Los Andes.
Precisamente la UE depende de Rusia para más de un tercio de sus importaciones de gas natural. A partir de enero, EE.UU. y Europa no estaban sopesando las sanciones contra las exportaciones rusas de petróleo y gas natural directamente, dada la preocupación de que hacerlo podría aumentar los costos de energía que ya son altos en el viejo continente.
Sin embargo, el presidente Joe Biden dijo que consideraría bloquear la apertura del gasoducto Nord Stream 2 que llevaría gas ruso a Alemania.
Si bien la UE sigue siendo el mayor socio comercial de Rusia, Moscú se ha esforzado por diversificarse, ampliando los lazos con China. Estos esfuerzos incluyen la apertura de un importante gasoducto al país en 2019. Las exportaciones de gas natural a Pekín han crecido desde entonces, pero aún son pequeñas en comparación con los otros grandes compradores de gas ruso.
Washington también está sopesando prohibir las exportaciones de varios productos que utilizan microelectrónica basada en equipos, software o tecnología estadounidenses. Las restricciones podrían afectar la capacidad de Rusia para hacer avances en la industria aerospacial, la inteligencia artificial y otros campos de alta tecnología.
Hacienda
Moscú ha estado trabajando para reforzar sus finanzas, lo que podría ayudar a amortiguar la economía y mantener el financiamiento del gobierno en caso de sanciones. El país ha llevado a cabo una política fiscal conservadora y ha recortado la deuda en relación con otros países como Estados Unidos y sus aliados europeos.
Los rusos han utilizado los ingresos del petróleo y el gas para acumular sus reservas de oro y divisas desde la crisis de Ucrania de 2014. Moscú podría usarlos para ayudar a respaldar el rublo, si las sanciones provocan el colapso de la moneda, o para ayudar a cubrir los gastos del gobierno.
Muchas de las sanciones promulgadas después de 2014 estaban más dirigidas a personas o entidades como las vinculadas al ejército ruso y su anexión de Crimea. Si bien las sanciones propuestas recientemente son de mayor alcance, Moscú también ha tenido tiempo de reestructurar su economía, haciéndola más resistente a las medidas punitivas, por lo que la efectividad final de las sanciones sigue siendo incierta.
¿Cómo llegaría la guerra?
Los funcionarios estadounidenses dicen que esperan un ataque ruso contra Ucrania en los próximos días que podría involucrar una amplia combinación de aviones de combate, tanques, misiles balísticos y ataques cibernéticos, con la intención final de dejar sin poder a los líderes del país.
Estos funcionarios dijeron que las perspectivas de evitar la guerra ahora parecen muy escasas, y agregaron que la administración Biden continuará tratando de mantener abierta la ventana a la diplomacia.
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