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La creciente tensión entre Rusia y los países de occidente por una posible invasión a Ucrania tiene en vilo al mercado energético, especialmente del petróleo y el gas
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Renault ha venido perdiendo su valor debido a la invasión que hizo Rusia a Ucrania, para la empresa esto es bastante preocupante
Volkswagen AG, BMW AG y Toyota Motor Corp. han detenido las plantas rusas y suspendido los envíos al país como parte de una retirada más amplia de los gigantes corporativos globales. El único fabricante de automóviles que tiene más que perder, Renault SA, se ha mantenido notablemente callado.
La empresa francesa ha perdido más de un tercio de su valor de mercado en dos semanas, ya que Rusia invadió Ucrania y recibió sanciones económicas sin precedentes. Rusia es el segundo mercado más grande para Renault, que está pagando un alto precio por el acuerdo de US$1.000 millones que selló en 2007 con un importante aliado del presidente ruso, Vladimir Putin.
El control mayoritario de Renault sobre AvtoVaz, el fabricante de Ladas de la era soviética, y la dependencia de Rusia para aproximadamente 12% de sus ingresos ahora son asuntos que preocupan a los inversionistas. Cortar los lazos con la empresa tendría un costo tremendo, y las perspectivas de una recesión económica más amplia en toda Europa corren el riesgo de descarrilar el esfuerzo de recuperación ya tenue de la compañía.
“Sería perfectamente legítimo que Renault considerara una salida de AvtoVaz”, dijo Philippe Houchois, analista de Jefferies, que agregó que "Renault podría asumir la pérdida, pero una salida sería una decisión difícil".
Rusia representó unos 5.000 millones de euros (US$5.500 millones) de los ingresos de Renault el año pasado, y unos 315 millones de euros de beneficios operativos podrían estar en riesgo, según Michael Dean, analista de Bloomberg Intelligence. Las acciones de Renault cayeron otro 4,4% el viernes para cerrar al nivel más bajo desde noviembre de 2020.
A medida que una avalancha de empresas en todo el mundo se retira de Rusia y descarga activos, Renault y el gobierno francés, su accionista más poderoso, se han mantenido en silencio sobre AvtoVaz. También lo ha hecho el otro socio en la empresa, Rostec State Corp., un conglomerado de defensa propiedad del gobierno ruso encabezado por Sergey Chemezov, un aliado cercano de Putin.
“Renault ha prometido acatar las sanciones”, dijo Gabriel Attal, el portavoz del gobierno francés, el jueves en la radio France Info. Un portavoz de AvtoVaz se negó a comentar más allá de las cuestiones operativas. Renault continúa monitoreando la situación, según un portavoz.
La incursión de Renault en Rusia hace una década y media se decidió en los niveles más altos del gobierno, y cualquier salida sería políticamente tensa. Si la empresa se mantiene firme, puede tener dificultades para recaudar dinero de un negocio en el que ha invertido más de US$2.000 millones a lo largo de los años.
“Un riesgo para Renault es que los controles de capital impidan que remita ganancias o efectivo de AvtoVaz y sus otras operaciones rusas”, dijo Charles Coldicott, analista de Redburn.
La historia
En 2007, Putin dictó el acuerdo inicial de Renault por una participación de 25% en AvtoVaz con el exlíder Carlos Ghosn. El acuerdo fue respaldado por Francia y encabezado por Chemezov. Los estrechos vínculos del CEO de Rostec con Putin se remontan a cuando vivían en el mismo complejo de apartamentos de Dresden en Alemania durante la década de 1980 cuando el futuro presidente trabajaba como oficial de la KGB.
“Cuando decidimos mudarnos a Rusia y hacer esta alianza con AvtoVaz, todo estaba bien”, dijo Ghosn el jueves en una entrevista con Bloomberg Television. “Tenía mucho sentido”.
Ghosn, quien renunció a sus funciones en Renault luego de su arresto a fines de 2018 en Japón, dijo que estaba sorprendido de que la gerencia actual no se haya comunicado sobre la situación. “Estoy atónito por el hecho de que es un completo silencio”, dijo.
El estado ruso estuvo muy involucrado en los aumentos posteriores de la participación accionaria de AvtoVaz de Renault. El país ahora representa alrededor de 18% de las ventas totales de vehículos de Renault y AvtoVaz vendió alrededor de 385.000 Lada el año pasado, principalmente en Rusia.
Fundada con la ayuda de Fiat SpA en 1966, cuando Rusia era parte de la Unión Soviética, Lada de AvtoVaz dominaba casi 80% del mercado durante la era comunista, y todavía tiene alrededor de una quinta parte del mercado en la actualidad. Renault renovó la enorme planta de Togliatti a orillas del río Volga y rediseñó los modelos con miras a borrar las percepciones de los consumidores de mano de obra y estilo de mala calidad.
Plan de reestructuración
Las perspectivas prometedoras en los últimos años para Lada formaron parte del plan de reactivación del director ejecutivo de Renault, Luca de Meo, para el grupo. Ha imaginado un modelo de negocios "increíblemente rentable" para las marcas de automóviles económicos Lada y Dacia, con tecnología y procesos de fabricación compartidos.
La guerra en Ucrania no es la primera vez que AvtoVaz hace tropezar a Renault. Un año después de su inversión inicial, la crisis financiera hizo que el valor de AvtoVaz se desplomara y Putin presionó a Renault para que acudiera al rescate. La decisión de Ghosn de tomar una participación mayoritaria de Renault y su socio japonés Nissan tenía como objetivo ganar un punto de apoyo en lo que se esperaba que fueran mercados de crecimiento clave: los llamados BRIC.
En 2014, Rusia recibió una primera ronda de sanciones después de que Putin anexó la región ucraniana de Crimea. Renault adquirió una participación controladora de 51% en 2016 después de que Ghosn se comprometiera a hacer "lo que fuera necesario" para respaldar la empresa que generaba pérdidas y estaba al borde del colapso.
La guerra en curso en Ucrania ahora plantea una amenaza nueva y quizás más grave para el fabricante de automóviles debido al potencial de repercutir más allá de las fronteras de Rusia.
“El plan de reestructuración de Renault se basa en una recuperación en el mercado automotriz europeo”, dijo Houchois. “Cuanto más dure la crisis, mayor será la probabilidad de una recesión en Europa”.
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