Tomar acción para generar transformación

¿Por qué el día de la mujer tiene tanto significado e impacto? ¿Por qué se conmemora un día como este? Hoy se exalta la lucha de la mujer por el reconocimiento de sus derechos, por tener la capacidad de ejercerlos a plenitud, y por ser tratada de igual manera que los hombres. Un tema de justicia, de paz, de desarrollo económico y social. Sin embargo, la realidad nos muestra grandes brechas al respecto.

El acceso de la mujer al mercado laboral no es equitativo en cuanto a las responsabilidades asignadas, las compensaciones obtenidas, e incluso, la oportunidad de vincularse y participar del mismo. El acceso a la educación, especialmente en la ruralidad, ha demostrado ser más restringido para la mujer que para el hombre, por los roles que se asignan a la mujer tradicionalmente y la imposibilidad de contar con flexibilidad y oferta suficientes, que se adapten a las necesidades de las niñas, adolescentes y jóvenes. Las mujeres tampoco cuentan con garantías para tomar decisiones informadas y autónomas sobre su salud sexual y reproductiva, lo que implica una vulneración para estos derechos, tan importantes para el desarrollo profesional y personal. La violencia de género igualmente se convierte en otro aspecto que las hace vulnerables, que genera opresión, que afecta su autoestima, su capacidad de decisión y su autonomía económica y emocional. Cuando la mujer se inserta al mercado laboral enfrenta la brecha salarial de género, la forma más visible de discriminación, que se hace aún más amplia por aspectos como la maternidad. Mientras que la brecha de paternidad es positiva, la de maternidad es negativa. En general, el acceso a la propiedad, a los recursos productivos, a la financiación, a la posibilidad de crear empresa y fuentes autónomas de recursos, tampoco se da de manera equitativa para la mujer.

Pero ¿Por qué es importante conocer estos grandes desafíos a los que incluso hoy se enfrenta la mujer? Porque son tantas las problemáticas que enfrentamos en esta sociedad como mujeres que si no actuamos de manera consciente y si no logramos la participación de diferentes actores, no vamos a encontrar una solución a la problemática en el corto, mediano o largo plazo. Si no hacemos algo al respecto, nos vamos a tomar más de un siglo, como lo sentencia el Foro Económico Mundial, cada año, y sin un avance sostenido en su pronóstico desalentador.

Ahora, no podremos solucionar todo, todos a la vez. Pero si cada uno aporta desde su orilla, seguro lograremos acelerar el cambio. El sector empresarial, el sector social o tercer sector, los gobernantes y hacedores de política, y la academia, todos tenemos algo por hacer.

En el Cesa, institución de educación superior que tengo el privilegio de liderar, tenemos claro que debemos actuar desde lo que nos compete. En la formación de líderes empresariales conscientes de la necesidad de garantizar un entorno organizacional más diverso, equitativo e inclusivo. Trabajamos en la formación de actores de gobierno corporativo, miembros de juntas directivas y equipos de alta dirección, accionistas, herederos, tomadores de decisiones en general, consientes de su responsabilidad, de la necesidad de redefinir el éxito empresarial alrededor de la generación de valor compartido, y de la satisfacción de las expectativas de los diferentes grupos de interés, incluida, por supuesto, la mujer.