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El Sistema B en Colombia es la entidad encargada de entregar esta certificación que se logra tras alcanzar un puntaje mínimo de 80
Según cifras de B Lab Global, hay 7.759 compañías B certificadas en 92 países y 161 industrias, las cuales registran 704.050 trabajadores en sus dependencias laborando
Las empresas B son un conjunto de organizaciones que además de buscar objetivos económicos se comprometen a tomar decisiones que beneficien a largo plazo tanto a la sociedad como al medio ambiente.
Por tanto, las entidades que son certificadas como B, es porque cumplen con altos estándares de desempeño verificado, responsabilidad y transparencia en factores que van desde los beneficios a los empleados y las donaciones, hasta las prácticas de la cadena de suministro y los materiales que emplean.
Para entender qué son, cómo funcionan y cómo llegar a ser una Empresas B en Colombia, consultamos a Clara Inés Pardo, profesora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario; y a Armony Codrington, gerente de Administración & Finanzas en Carbon Neutral+.
Las Empresas B son entidades comprometidas con un sistema económico que beneficie al planeta y a todas las personas. Cumplen estándares rigurosos de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad. Las Empresas B no son perfectas, sino que asumen un compromiso de mejora continua y ponen el propósito empresarial socioambiental en el centro del modelo de negocio.
Miden y analizan las cinco áreas más relevantes de la empresa: Gobierno corporativo, Trabajadores, Clientes, Comunidad y Medio Ambiente, permitiendo una revisión detallada de todas ellas, con el fin de ayudar a identificar todos los posibles puntos de mejora y oportunidades para ser un agente de cambio en la economía, protegiendo la misión y potenciando el triple impacto.
La certificación de Empresa B es entregada por B Lab, una entidad sin fines de lucro en Estados Unidos, que cuenta con representación en Colombia y es promovido por diferentes entidades en el país.
Las Empresas B deben realizar una evaluación de impacto social y ambiental. La certificación debe ser renovada cada tres años.
Llevar más de 12 meses de operación (si tiene menos, pueden acceder a certificado pendiente) y operar en un mercado competitivo, que implica estar expuestas a riesgos normales de cualquier empresa, competidores, impuestos, cambios en el entorno, etc.
No pueden ser Empresas B, corporaciones sin fines de lucro como fundaciones, ONGs, entre otras entidades civiles, dado que han sido creadas específicamente para resolver esos problemas.
Tampoco pueden ser Empresas B aquellas que sean un monopolio, controladas por el Estado o que tienen beneficios sustanciales de impuestos. Por último, las Empresas B no pueden trabajar de forma parcial, deben ser un negocio completo, que incluya todas las áreas de gestión de la empresa. No es posible acceder a la certificación de manera individual para sus divisiones, marcas, departamentos o empresas que no tengan el control de su producto o servicio.
El proceso de certificación incluye completar la evaluación de impacto B (Evaluación B o EIB), que es una herramienta gratuita. La información entregada es confidencial y está diseñada para ayudar a medir y gestionar el impacto positivo de la empresa en relación a sus trabajadores, la comunidad, los consumidores y el medio ambiente. Además, deben declarar la relación de la empresa con industrias o prácticas controversiales o negativas. Una vez completada la Evaluación de Impacto B, deberán obtener al menos 80 puntos para poder enviar su evaluación a revisión y así dar inicio formalmente al proceso de certificación. Por último, deben pagar el costo de afiliación que corresponderá a un monto fijo basado en la facturación anual de la empresa, no será reembolsable y no se deducirá del costo de certificación.
Ser empresa B permite a las compañías ser parte de una red global de empresas comprometidas con un triple impacto positivo, que utiliza la fuerza del mercado para dar soluciones a problemas ambientales y sociales. Ayuda a coordinar esfuerzos y a visibilizar la temática de la sostenibilidad y la gestión de la huella de carbono.
Sí. En la etapa de evaluación se revisará en detalle elementos claves de la Evaluación de Impacto B completada: sector, industria, tamaño y áreas con mayor puntaje. Si el resultado se mantiene sobre 80 puntos, la empresa podrá avanzar al proceso de verificación.
Para poder dar inicio a la etapa de verificación, se requieren documentos y evidencias para probar las prácticas, políticas y procesos reportados. Si luego de la verificación, la empresa aún permanece con 80 puntos, será elegible para ser Empresa B Certificada pagando el fee anual y firmando el Acuerdo de Empresa B. Con base a las características de la empresa, existe la posibilidad de que se requiera una auditoría presencial por parte del equipo de B Lab.
Las empresas deben cumplir toda la normativa legal vigente que les aplique y mostrar su efectividad y a futuro poder superar las normas. Deben también probar que pueden hacerse cargo de resolver problemáticas socioambientales a través de su negocio.
Las ventajas de ser una Empresa B son múltiples, ya que, este es un movimiento global que lideran diferentes organizaciones de las nuevas fuerzas económicas, logrando inspirar a muchos a sumarse a una comunidad global interdependiente. Es, además, una herramienta de mejora continua que permite aumentar el impacto positivo de manera permanente, garantiza transparencia al mostrar cómo opera la empresa y su cadena de valor, tiene el potencial de generar alianzas comerciales y de colaboración con otras entidades y son atractivas para los inversionistas.
También generan un diferencial y reconocimiento que les permite destacarse en el mundo empresarial, atraer al mejor equipo humano, el propósito de la empresa perdura en el tiempo y le permite cumplir la legislación y superarla. Todos estos elementos hacen que las empresas opten por seguir los lineamientos de la Empresa B para certificarse y mantener este reconocimiento.
Colombia dio un gran paso en esta materia, convirtiéndose en uno de los primeros países de la región en otorgarle reconocimiento legal, a las empresas que incorporaran un propósito social y ambiental en sus procesos.
En la actualidad, el número de compañías que están en el proceso para obtener esta denominación es 10 veces mayor al que se tenía hace una década
El reconocimiento es otorgado a empresas que cumplen con los estándares más altos en sostenibilidad, impacto social y ambiental