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En materia de seguros es importante conocer todos los aspectos del producto que adquiere como cliente
La amenaza del fraude no es ajena al sector asegurador. Según la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), durante el segundo semestre de 2021 se detectaron 9.916 casos de fraude por valor de cerca de $68.000 millones y, aunque se trata de un fenómeno que no distingue regiones, lugares como Bogotá, Antioquia, Valle y Atlántico llevan la delantera e invitan a poner la lupa en la importancia de habilitar espacios de diálogo y prevención activa.
El fenómeno no es nuevo. Desde 2016, Fasecolda cuenta con la Dirección de Gestión Institucional contra el Fraude para acceder a datos que permitan dar cuenta del fenómeno en general y construir puentes de acción para mitigar el impacto. La pandemia, por su parte, representó una coyuntura que amplificó los casos y llevó a concretar acciones específicas para prevenir y actuar oportunamente de la mano de la investigación e, incluso, de nuevas tecnologías y conocimiento derivado de la inteligencia artificial.
Uno de los métodos de fraude que más aqueja a la población es en el que una persona natural, cuente con un seguro o no, es contactada para ofrecerle una oportunidad laboral en una empresa estatal y/o en la misma compañía de seguros en la que, como presunto requisito, debe realizar el pago de una suma de dinero destinado a una póliza de cumplimiento u otro ramo y se le solicita consignar dinero a cuentas no institucionales.
Al final, y luego de recibir el pago, el supuesto reclutador desaparece.
Otro método, frecuentemente empleado, apunta al pago de un monto a través de enlaces a páginas de dudosa reputación o a consignaciones en cuentas de personas naturales para autorizar o “acelerar” el desembolso de un crédito financiero. Al final, el asesor que había hecho cercano seguimiento al caso, no vuelve a contestar el teléfono o el correo que, previamente, respondía con celeridad, dejando el sinsabor del hurto y una cifra más en la estadística.
El fraude no solo afecta a la ciudadanía, sino a las mismas aseguradoras que debemos enfrentar a verdaderas bandas organizadas que diseñan sofisticados mecanismos para engañar y hurtar recursos. Las modalidades más empleadas son aquellas en las que se fraguan engaños para simular siniestros llegando, incluso, a simular accidentes en medios de transporte, incendios, robos y hasta el fallecimiento de un ser querido, solo para cobrar la indemnización o aumentar las pretensiones en una pérdida.
Además, detrás de cada estafa, las compañías de seguros nos vemos en la obligación de incrementar tarifas en las primas para compensar la afectación lo que, a su vez, obstaculiza que más ciudadanos vean concretada la posibilidad de acceder a seguros con tarifas competitivas que lleven a masificar la cultura aseguradora. Con el fraude, todos perdemos.
Para contrarrestar estos métodos de estafa, en Allianz Colombia, así como en la totalidad de las aseguradoras, contamos con áreas internas de Legal y Compliance que se encargan de investigar a fondo y analizar los sucesos mientras recaban bases de datos, reconstruyen los hechos y dirigen los casos a las autoridades competentes, si es necesario.
Además, nos unimos a campañas de amplio alcance como la que, actualmente, lidera Fasecolda para sensibilizar a la población acerca de la importancia de adquirir y verificar las ofertas con las compañías de seguros a través de canales autorizados, comunicarse a líneas divulgadas en medios oficiales y desconfiar de cualquier pago que deba hacerse a cuentas de personas naturales, solo por nombrar algunos.
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