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En septiembre de 2017 el Papa Francisco visitó a una Colombia que buscaba la paz, un momento crucial para alentar a las personas a “pedir y a ofrecer perdón y reconciliación”
Colombia estuvo entre los 66 países que el Papa Francisco visitó durante su pontificado, la nación lo recibió en 2017 por cinco días en el mes de septiembre, un año después de haberse firmado el Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc, razón por la que su visita estuvo marcada por mensajes de reconciliación, perdón y esperanza, siendo el lema principal: ‘Demos el primer paso’.
“No se dejen vencer, no se dejen engañar, no pierdan la esperanza, no pierdan la alegría”, fueron las primeras palabras del Papa Francisco en Colombia, un mensaje dirigido a los jóvenes el día de su llegada, seis de septiembre de 2017, desde la Nunciatura Apostólica en Bogotá.
Sin embargo su primer día en el país no empezó con este discurso, su arribo se dio a las 4:36 pm del seis de septiembre en el Comando Aéreo de Transporte Militar, Catam, en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá, donde fue recibido por el entonces presidente Juan Manuel Santos y su esposa María Clemencia Rodríguez de Santos.
Al momento de su llegada hubo una ceremonia de recibimiento, después de la cual Francisco se dirigió a la Nunciatura Apostólica, donde otros seguidores lo esperaban para escuchar sus primeras palabras y darle algunos regalos, entre ellos una ruana con la bandera de Colombia que vistió en el acto donde entregó su primer mensaje de esperanza al país.
Durante su segundo día en Colombia la agenda se centró en Bogotá. Inició con una reunión con el expresidente Santos en la Casa de Nariño que incluyó un saludo a los feligreses desde la Plaza de Armas de la Casa. Continuó con la visita a la Catedral Primada de Bogotá para luego encontrarse con los jóvenes en la Plaza de Bolívar.
El recorrido lo condujo al Palacio Cardenalicio, donde bendijo a los fieles y se encontró con los obispos de Colombia. También se reunió con el Comité directivo del Consejo Episcopal Latinoamericano, Celam.
Este día en la capital finalizó con una eucaristía en el parque Metropolitano Simón Bolívar, donde Francisco dijo “también aquí, como en otras partes, hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida: las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos”, añadiendo que esas tinieblas eran vencidas al navegar mar adentro: “Jesús nos invita a ir mar adentro, nos impulsa al riesgo compartido, no tengan miedo de arriesgar juntos, nos invita a dejar nuestros egoísmos y a seguirlo. A perder miedos que no vienen de Dios, que nos inmovilizan y retardan la urgencia de ser constructores de la paz, promotores de la vida”, exhortó en aquella ocasión el Papa.
El tercer día de Francisco en el país fue en Villavicencio, ciudad donde tuvo un encuentro con las víctimas y victimarios del conflicto armado, un momento especial tanto para los seguidores como para él donde el motivo de su visita cobró sentido al hablar y promover la reconciliación en todos los rincones del país.
En la misa en Catama el Papa dirigió estas palabras a sus seguidores: “La reconciliación no es una palabra que debemos considerarla como abstracta; si eso fuera así, sólo traería esterilidad, traería más distancia. Reconciliarse es abrir una puerta a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto”.
Y después en el Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional en el parque Las Malocas, aseguró: “Desde el primer día deseaba que llegara este momento de nuestro encuentro. Ustedes llevan en su corazón y en su carne huellas, las huellas de la historia viva y reciente de su pueblo, marcada por eventos trágicos pero también llena de gestos heroicos, de gran humanidad y de alto valor espiritual de fe y esperanza”.
En la ciudad también visitó el monumento Cruz de la Reconciliación en el parque de los Fundadores y beatificó a los mártires colombianos Jesús Emilio Jaramillo Monsalve y Pedro María Ramírez Ramos.
El cuarto día de visita fue en Medellín donde más de 1,3 millones de personas lo esperaban en el Aeropuerto Olaya Herrera desde la noche anterior, a pesar de la lluvia y el frío.
Después se dirigió a la sede de Boston del Hogar San José donde alrededor de 300 niños, niñas y jóvenes compartieron con el Papa. La siguiente y última parada del pontífice en la ciudad fue en La Macarena, donde se dirigió a sacerdotes, religiosos, consagrados, seminaristas y sus familias asegurando: “Seamos hombres y mujeres reconciliados para reconciliar. Haber sido llamados no nos da un certificado de buena conducta e impecabilidad; no estamos revestidos de una aureola de santidad”, dijo en esa ocasión.
El último día del Papa Francisco en Colombia fue en Cartagena. Inició el recorrido con la bendición a la primera piedra de las casas para las personas sin hogar de la obra Talitha Qum en la plaza San Francisco de Asís. También realizó una visita a la Iglesia San Pedro Claver y finalizó con una misa en Contecar.
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