Después de un mes de bloqueos, ¡necesitamos trabajar!

Es más que evidente la afectación al aparato productivo nacional del que hacen parte las empresas y sus trabajadores. No podemos renunciar a la actividad económica y perder la única fuente para producir bienestar desde el punto de vista social. Es allí donde se generan empleos, recursos para el Estado y la forma de financiar muchos de los programas sociales que atienden a la población vulnerable.

De acuerdo con información recopilada por la Andi con sus empresas afiliadas, a 24 de mayo y como consecuencia de los bloqueos y obstrucción a la actividad productiva, 54,1% de los empresarios se habían visto obligados a cerrar de manera temporal alguna de las plantas de producción y para 67,1% de las empresas, los bloqueos en las vías habían impedido de manera significativa la llegada de personal a las plantas de producción.

Así mismo 76,7% de las empresas manifestaron afectación en la producción y 91,4% registraron menores ventas, hasta ese momento. El impacto de los bloqueos se ha traducido en que estamos produciendo casi 50% menos.

Esta cifra se debe contrastar con el efecto en la economía, en la transferencia de recursos vía impuestos, en la afectación de la cadena productiva la cual arranca muchas veces desde el campo, pasa por los transportadores, las industrias y los comercializadores, quienes no solo son las grandes superficies.

El daño que se le está haciendo al tejido empresarial con los bloqueos es inmenso, están en peligro miles y miles de empleos, está en peligro nuestra capacidad de alimentar al país, producir bienes de primera necesidad, no es sensato perder fábricas, comercio y negocios de la manera como está ocurriendo.

Se deben cuidar como un tesoro los puestos por los cuales hemos luchado por tantos años, los que todos quisiéramos fueran más y cada vez mejores. Perder empleo sería una gran contradicción para organizaciones que tienen como objetivo primordial defender el trabajo. Por ende, no podemos perder a las generadoras de empleo: las empresas.

Está afectación nos impacta a todos. De acuerdo con la información recolectada por la Andi las zonas más afectadas han sido los departamentos del Valle del Cauca, Cauca, Nariño, Antioquia, Cundinamarca y Bogotá.

Hacia adelante la opción es construir a partir del diálogo, escuchar las otras posiciones, lograr consensos y avanzar. Reconocemos el derecho a la protesta y lo compartimos, pero exigimos que se respeten las libertades de los ciudadanos y que las peticiones que se hacen sean razonables.

La infraestructura que se ha vandalizado también es de todos. Fueron muchos los años en que las ciudades trabajaron para ir modernizando sus sistemas de transporte, varios de los cuales aún siguen en proceso de construcción, de mejora, de cubrimiento de rutas y en últimas de facilitar la vida de los ciudadanos. Esto, además de espacios y edificios públicos cuyo objetivo es el servicio a la ciudadanía.

Este tiempo tan difícil que estamos viviendo debe ser una oportunidad para construir con responsabilidad y la participación de todos: el Gobierno, los representantes del paro, ciudadanos y desde luego, los empresarios también nos sentimos comprometidos en esa labor asumiendo un rol activo en la construcción de soluciones en el diálogo nacional.

Necesitamos que cesen los bloqueos y la violencia. Queremos trabajar y darle dinamismo a la economía con todos los sectores y buscar equilibrios para atender a esta sociedad que depende de nosotros.