Los servicios financieros que apalancan y promueven al agro en Santander

La diversidad de pisos térmicos que posee el territorio santandereano, con alturas que van desde los 100 metros sobre el nivel del mar (msnm) hasta los 4.200 msnm, así como la variabilidad de sus temperaturas, que oscilan entre los 9 ºC y 32 ºC, lo convierten en un departamento con un gran potencial para desarrollar actividades agropecuarias.

Para apalancar la formalización, la consolidación y el crecimiento de las cerca de 111.388 unidades productivas agropecuarias que operan en Santander (Encuesta Nacional Agropecuaria, 2019), así como fortalecer sus capacidades, algunas de las principales entidades financieras presentes en la región han creado varias líneas de productos y servicios dirigidas en específico al sector.

Mauricio Osorio, presidente de Crezcamos, afirmó que en su caso el foco ha estado puesto en los pequeños productores, aquellos que cuentan con bajos niveles educativos y de adopción tecnológica, que han desarrollado su actividad de forma ancestral.

Su entidad ha identificado algunas vulnerabilidades en esta población, asociadas a los riesgos del cambio climático, y por eso ha creado algunos productos en alianza con aseguradoras, como seguro contra lluvias, para amparar a los usuarios ante posibles afectaciones, como las que muchos están padeciendo en esta temporada invernal.

Créditos y microcréditos

Por su parte, Socorro Neira, presidenta ejecutiva de la cooperativa Comultrasan, sostuvo que gran parte de la estrategia social de su entidad se apoya en el fortalecimiento del ahorro y el apoyo al financiamiento del sector.

Algunas de las líneas que ofrecen en su portafolio son los créditos con recursos de redescuento Finagro, para apalancar al pequeño, el mediano productor o la Pyme en la cadena de valor del segmento agropecuario, con beneficios en tasas subsidiadas e incentivos de capitalización rural, y el crédito microempresarial FAG / Pyme FAG, el cual está dirigido a productores que no cumplen con los requisitos de la línea Finagro y son respaldados con el Fondo Agropecuario de Garantías (FAG).

“También tenemos el microcrédito productivo 2x3, con el cual financiamos actividades agropecuarias de corto y mediano rendimiento, así como actividades industriales, comerciales o de servicios que se desarrollen en el sector rural, y Plan de Ahorro Programado rural, diseñado para las comunidades y empresarios del campo que necesitan ahorrar según sus ciclos productivos”, agregó Neira.

Otra de las entidades financieras de Santander, Garantisa, se la ha jugado por crear un portafolio de garantías que se activan como una herramienta que mitiga el riesgo de crédito, como un complemento a la financiación, señaló su gerente Gilberto José Gómez.

“Contamos con productos dirigidos a las entidades con crédito agropecuario. Estas financian necesidades de capital al agricultor de diferentes modalidades. Hemos llegado a cooperativas con líneas de crédito hacia el café, gulupa, cultivos de rendimiento temprano, medio y tardío, empresas especializadas en la financiación de algodón, maíz y arroz, y a programas territoriales para incentivar el agro”, describió Gómez.