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Conozca todos los detalles de la contienda electoral entre Donald Trump y Joe Biden
LR explica cómo se elige al presidente, qué es el colegio electoral, las cifras de participación por correo y sus posibles implicaciones
Por las grandes diferencias que tiene con el nuestro, el sistema electoral estadounidense puede resultar complejo de entender, en cuando la elección presidencial se hace de forma indirecta a través de una figura que en nuestra región no tiene equivalente: el colegio electoral.
Esta institución está conformada por 538 delegados de todos los estados, cuyo trabajo es elegir a la fórmula ganadora según el designio popular. Para resultar ganador, un candidato debe obtener el voto de al menos 270 delegados.
“A cada estado se le da el mismo número delegados al colegio electoral que el número de representantes y senadores que se eligen en ese estado (que es más o menos proporcional a la población de cada uno)”, explicó el codirector del Observatorio de la Democracia, Juan Carlos Rodríguez, quien agregó que cada estado tiene la potestad de decidir cómo asigna sus delegados al colegios.
En 48 estados y el District of Columbia adoptaron la fórmula del “winner-takes-all”, es decir, que quien gane el voto popular en el estado se lleva todos los delegados al colegio electoral. En cambio, Nebraska y Maine designan los delegados de manera proporcional.
“La consecuencia es que la estrategia no es buscar maximizar el voto popular sino maximizar la probabilidad de ganar los estados clave, que son los que tienen un número importante de delegados y donde hay posibilidad de ganar el voto popular”, agregó.
El pasado miércoles, a menos de una semana del día de las elecciones, el modelo estadístico mediante el cual The Economist hace un pronóstico de la elección marcaba que el demócrata tenía una probabilidad de más de 19 sobre 20 (96%) de ganar el colegio electoral, con una proyección de 356 delegados.
Otra particularidad de este sistema electoral es que la posibilidad de votar de manera anticipada, sea presencialmente o enviando el tarjetón por correo.
“Es un mecanismo que permite a las personas votar antes de la fecha de la elección, para evitar aglomeraciones o para que las personas puedan votar si no van a estar en su lugar de residencia. Es una forma de facilitare a los votantes participar en las elecciones”, explicó Felipe Botero, profesor de la Universidad de los Andes.
Este año, por la coyuntura del covid-19, el número de votos anticipados a marcado un récord histórico. El pasado 29 de octubre ya habían votado más de 80 millones de personas, de las cuales 28,2 lo hicieron en persona y 52,1 por correo. Estas cifras representan 58% del total de tarjetones de la elección de 2016, cuando votaron 138,9 millones de personas.
Pero lo que en apariencia parecería ser positivo, como lo es una participación masiva, puede resultar a la vez problemático. Esto, porque cada estado tiene sus propias normas para contabilizar los votos que llegan por correo y en algunos está prohibido empezar a contarlos antes de que cierren las urnas presenciales el día de la elección, e incluso hay estados que reciben los tarjetones después de la jornada electoral. Por esa razón, los analistas coinciden en que es muy probable que esta noche no se sepa quién será el próximo presidente.
“Es posible que, por los niveles históricos de participación por correo, los resultados no se conozcan la noche de la elección, a menos que haya una indiscutible diferencia entre los dos candidatos. Esto es preocupante, especialmente por las denuncias sobre la posibilidad de que haya fraude”, explicó Juan Federico Pino, profesor de ciencia política de la Universidad Javeriana, quien agregó que “en una elección reñida unos pocos votos en un estado clave podrían definir el resultado”, citando las elecciones de 2000.
Para establecer la importancia de los estados, teniendo en cuenta lo anterior, el modelo de The Economist considera una métrica de punto de inflexión, que mide la posibilidad de que un estado emita el voto electoral decisivo para el vencedor.
Teniendo en cuenta ese criterio, el modelo estima que los estados clave, donde probablemente se decidirá la elección son, en su orden: Pennsylvania (35%), Michigan (12%), Florida (11%) y Wisconsin (10%).
Como dato curioso, se estima que hay una probabilidad de 1 entre 8,4 millones de que un votante en Pennsylvania emita el tarjetón que define el resultado.
Incertidumbre sobre el desenlace de la jornada revive elecciones de 2000
En las elecciones de 2000, cuando se enfrentaron George W. Bush (republicano) y Al Gore (demócrata), el día de la elección no era claro quién era el ganador, porque todavía no estaban asignados los delegados de Florida. El resultado fue tan reñido que las normas del estado obligaron a un recuento de los votos. Luego de un mes de disputas jurídicas, la Corte Suprema terminó el reconteo en una controvertida decisión (votación 5-4) que llevó a Bush a la presidencia.
Si el margen de un candidato está dentro de 1 punto porcentual, este puede pedir un recuento
Cientos de estadounidenses han emitido sus votos antes del día de las elecciones, y las encuestas han demostrado poca indecisión electotal
El último número de votos que aún no se ha contado representó en gran parte votos ausentes, según la oficina del secretario de estado