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Hay cuatro ministros que han sido resaltados por 250 empresarios como los mejores de este gabinete.
Cuando se concibieron las locomotoras (hace ya cuatro años) se les describió como los “impulsos del crecimiento del país en los próximos años”.
Si hay alguna de las denominadas locomotoras por el Gobierno Nacional que es ejemplo para el resto de las mismas, por su capacidad de ejecución, por su impacto social, y por el efecto económico que ha implicado, es justamente la locomotora de la vivienda.
Cuando se concibieron las locomotoras (hace ya cuatro años) se les describió como los “impulsos del crecimiento del país en los próximos años”. Hoy podemos decir firmemente que ha sido el crecimiento de la construcción una de las más importantes fuentes de crecimiento del PIB colombiano, con efectos muy importantes frente a la desaceleración mundial de hace algunos años, y como razón principal de que hoy podamos decir que mostramos tasas récord a nivel mundial en el crecimiento del PIB (por encima de 6% en el último trimestre).
Esta ha sido una propuesta que combina la política social de la vivienda gratuita con una muy efectiva estrategia de intereses más bajos para crédito hipotecario. Una estrategia que logra así impactar en las clases bajas y medias, y que podría ser el asunto más destacado en el denominado Plan PIPE (Plan de Impulso al Empleo y la Productividad).
Dicha política explica también el sobresaliente resultado de generación de más empleo y sobre todo de empleo formal, situación que mejora radicalmente la capacidad de generación de ingresos en el país, motiva la demanda y nutre de nuevos recursos y bienestar a las clases baja y media.
Esta locomotora tiene además un impacto importantísimo en el desarrollo regional, de ciudades históricamente olvidadas, como algunas de la Costa Atlántica, otras del suroccidente y algunas al oriente del país. De esta manera se ha contribuido a aminorar las diferencias de ingresos regionales, contribuyendo a mayores niveles de desarrollo y equidad social, tan importantes para nuestro país.
Es destacable también el papel que ha jugado la construcción en movilizar sectores complementarios o proveedores, como el de insumos de construcción, o el de financiación de vivienda, así como el destacado proceso de ejecución de esta locomotora. Así como en otras locomotoras cabe reclamar el lento nivel de implementación, vale decir que en esta en particular los gestores y actores de la misma, han sabido capitalizar al sector privado, a las cajas de compensación y a otros actores sociales, locales y regionales, logrando resultados sobresalientes en la tradicional forma como se ejecuta la política pública.
El proveer a las familias con una vivienda digna, es además una garantía de fortalecimiento de la clase media, pero además un medio a través del cual se puede reducir la pobreza absoluta y relativa, como efectivamente se ha logrado. En esto es de destacar que el mejoramiento es cuantitativo (el déficit de vivienda se ha reducido a la mitad en los últimos 10 años) y cualitativo (pues ha permitido disminuir las viviendas con carencias sustantivas en más de un 15%).
De cara a lo que viene, ésta promete ser una locomotora más agresiva multiplicando por tres las viviendas gratuitas y aumentando la oferta total en más de un 50%. Aquí será necesario un esfuerzo mayor de ejecución, que de darse, permitirá darle continuidad a una de las fuentes más importantes del crecimiento del PIB, y que nos permitirá seguir soñando en tasas efectivas por encima del 5%.
En síntesis, a la locomotora de la vivienda le corresponde una muy buena nota por su concepción, ejecución e impacto social, productivo y macroeconómico.
Los que se graduaron con honores luego de cuatro años de gobierno son: Pablo Felipe Robledo, superintendente de Industria y Comercio; Juan Ricardo Ortega, director de la Dian, y María Claudia Lacouture, presidenta de Proexport.
El dinamismo de la actividad productiva en 2011, 2012 y 2013 se mantuvo en promedio en 5,1% anual.