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La actividad productiva ya superó los niveles de la prepandemia
Juan D. Oviedo, quien fue nombrado director del Dane en julio de 2018, comienza la fase final de su gestión al frente de la entidad
El 29 de julio de 2018 el presidente Iván Duque tuiteó que Juan Daniel Oviedo fue designado como nuevo director del Dane. Para muchos, la foto que acompañaba el trino era la de una cara desconocida, pero en menos de un mes su personalidad lo alejó del típico perfil de economista de corbata que acostumbra a llegar al cargo más importante de la estadística del país.
Un fanático de la música electrónica, conocido no solo por los cambios que aplicó en la entidad desde que llegó, o el lanzamiento de encuestas hoy muy usadas como Pulso Social o Empresarial. Él mismo dice que se ha dedicado a trabajar aún en medio de los comentarios que aparecen en redes del “gomelo que comenzó a hablar de cifras”.
Ahora, a menos de un año del cambio de Gobierno, Oviedo, el funcionario mejor calificado en la encuesta empresarial de LR, mira de cara a las tareas pendientes que tiene el Dane, en las que buscará priorizar mejoras estadísticas en encuestas de construcción y transporte; seguirá dando sus “clases” cada vez que convoca a una rueda de prensa para presentar sus reportes, algo a lo que no solo se conectan periodistas sino curiosos que se ven atraídos por la plastilina que él usa en estos lives; y curiosamente, la hora del retiro no le preocupa tanto como se creería, pues ya tiene definido un descanso en Mompox y luego dedicarse a estudiar Historia del Arte.
¿Cómo explicar la independencia del Dane?
El Dane va para 68 años de historia, esto en Colombia no está escrito en la Ley, pero sí está definido como códigos de buenas prácticas, los directores de oficinas estadísticas tenemos unas prácticas que aceptaron Naciones Unidas, Ocde, Cepal, etc. Ese código es un principio de autorregulación, dicen precisión, objetividad, y claro, la independencia, confidencialidad. Con todos esos elementos rápidamente te das cuenta que hay que cumplir, la gente no lo logra entender, el país no tiene por qué saber que existe esa parafernalia de la comunidad estadística, la confianza, por eso se genera con hechos. Como dice el dicho, hechos son amores y no buenas razones, queremos que la gente confíe en el Dane.
¿En qué sectores cree que hay un rezago estadístico y le gustaría trabajar estos meses?
Hay dos sectores en los que hemos querido cerrar ese rezago, y es tener una encuesta estructural de construcción, pero tener la función de otras como la de encuesta manufacturera o la de comercio. Hay sectores como construcción y transporte a los que el país estaba en deuda de darle un manejo estructural por eso nuestra deuda es mejorar el marco de información para las áreas de la construcción, ya hay en campo, y ahora por eso en transporte comenzó un piloto hace más de mes y medio.
¿Pero cree que sí se está logrando esa confianza?
Es un mensaje de insistir logrando que las personas puedan entender que las estadísticas son la voz de alguien, ese es el desafío para mí. Ver cómo la gente logra entender que le desempleo de 11,8% es una realidad de personas que dijeron que sí estaban desempleadas, hay quienes creen que esto es una información que recopilamos desde empresas, un gobierno y por eso el negacionismo de ese proceso tiene que pasar de moda pronto. Es difícil que vayas y hagas una encuesta de 49.000 hogares como hicimos con la de Uso del Tiempo y no creas que a las mujeres se les subió más el trabajo doméstico y no remunerado. Entonces en ese punto es un desafío continuo de seguir dándole a la narrativa o a la historia, que efectivamente las estadísticas son la voz de alguien. Vale la pena saber que, si esto es la voz de alguien, a alguien le puede resolver un problema, tener claridad de que no está solo.
¿A qué le debería dar continuidad quien dirija el Dane después de usted?
Hemos avanzado con intercambio de información con la Dian, mi meta es entregar al fin de mi gestión hasta el 7 de agosto o antes, un Dane que tenga acceso a información tributaria con esquemas de confidencialidad y la rigurosidad más exigente que podamos tener. Eso abre la puerta a que tenemos que seguir explotando registros, y algo muy valioso es cómo vamos a entrar a trabajar con estadísticas colaborativas, cómo acción colectiva.
¿Entonces cuáles son los pendientes de los últimos meses?
Está el tema del aterrizaje de la Dian, tema inminente es mejorar aún más en protocolos de seguridad tecnológica del Dane, para que haya no repetición a lo que pasó con la página, o eso que estemos protegidos, vamos a poner prioridad sobreviniente, y dejar en estos próximos siete meses un marco de acción más efectivo y en la mejora de estándares. Las nuevas encuestas específicamente construcción, investigación y desarrollo, y la tarea de cuarto de máquinas, dejar la biblioteca de documentos meteorológicos, guías operativas, mapas de proceso. Que no haya brechas de conocimiento.
¿Las personas de a pie sí están entendiendo la información que entrega el Dane?
Es algo más anecdótico, me paran en el aeropuerto o la calle, o incluso un fin de semana fuera de la oficina, me dicen qué bueno porque está haciendo el intento de que la gente pueda entender, ya con eso tengo un aliento, que la gente valore. Tenemos brechas de capacidades y de formación como sociedad. Es difícil pensar que todos van a entender por qué el desempleo subió o bajó, o por ejemplo cuando una persona en Twitter me dice que la inflación está bajita, si el aceite de hace un año a hoy ha subido 30%. Entonces iba y miraba, y la persona tiene la razón, el dato de inflación de aceite en algún momento subió más de 40%, pero aún no entendemos que el peso es minúsculo en comparación con los arriendos, servicios, u otros. Por eso ese 40% que ve la persona en el aceite no es que sume sino que se ponderan en función del peso. Hay temas de pedagogía.
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