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La actividad productiva ya superó los niveles de la prepandemia
Juan Daniel Oviedo, director del Dane, vuelve a ser el mejor calificado entre funcionarios; le sigue el superfinanciero Jorge Castaño
Ante los tiempos de crisis e incertidumbre, contar con datos de dónde agarrarse puede marcar la diferencia. La información seria y confiable sirve de brújula, y esto lo saben valorar especialmente los hombres de negocios. Así se puede concluir de los resultados de la XXV Encuesta Empresarial LR: por segundo año consecutivo de pandemia, los empresarios han vuelto a calificar como el mejor funcionario a Juan Daniel Oviedo, director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane.
A Oviedo le bastó con mantener su promedio de puntaje de 3,6 para sostenerse a la cabeza de los funcionarios evaluados. En segundo lugar se ubicó el Superintendente Financiero, Jorge Castaño, que subió dos décimas, a 3,4, desde el 3,2 con que había sido calificado en la pasada edición de la encuesta.
“El Dane continúa siendo visto como una entidad técnica y seria que está haciendo un trabajo muy positivo en Colombia. Y su director es una persona muy visible, que en estos temas técnicos es importante, porque se ha encargado de tratar de traducir para la opinión pública y los empresarios las cifras del Dane y lo que significan, y eso es muy valioso para Colombia”, comenta Javier Restrepo, director de Insights & Research de la firma de negocios FTI Consulting.
Pese a las tensiones que marcaron este año la gestión pública, los empresarios no ‘rajaron’ a ninguno de los funcionarios. Todos se mantuvieron por encima del escueto 3,0. Carlos Mario Estrada, director del Sena, fue tercero, manteniendo su puntaje promedio de 3,2. Después de él y todos con 3, comparten la cuarta posición Andrés Barreto, el superintendente de Industria y Comercio que cayó 3 décimas desde la última encuesta; con los primíparos en la medición Lisandro Manuel Junco, director de la Dian, y Alejandra Botero Barco, directora de Planeación Nacional.
“En términos académicos un 3 es apenas la nota mínima. No se rajan, pero tampoco están en el rango de calificación más alta”, dice Ángel Tuirán, doctor en derecho público de la Universidad de Grenoble, docente e investigador del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad del Norte, y director de su Instituto de Desarrollo Político.
En esto coincide Gabriel Clavijo, magíster en estudios políticos de la Universidad del Rosario y docente de ciencias políticas del Politécnico Grancolombiano. “Es la calificación menos peor. Hay que entender que la situación del país es todavía crítica, muy mala para todos los sectores”, sostiene.
En opinión de los expertos, los logros que mantienen al director del Dane como el mejor calificado del lote son evidentes en el contexto de la pandemia. Son los mismos argumentos técnicos con los que ha conseguido vencer la resistencia que generó en principio su nombramiento.
“El Dane ha permitido mirar de una manera un poco más clara cómo están las cosas en el país”, dice Clavijo. “Cada vez que el Dane publica un informe como el de pobreza multidimensional u otros, de los efectos que ha tenido precisamente la pandemia en la calidad de vida de los colombianos, podemos ver cómo hay una credibilidad en estos trabajos, y en la metodología que sigue esta institución”, señala Tuirán.
La continuidad de informes como la Encuesta Pulso Social y los datos de desempleo, entre otros, ha trazado una línea base para tomarle la medida al impacto de la emergencia desencadenada por el covid-19.
Liderando un trabajo que ha permitido conocer mejor las condiciones de vida de los colombianos, advirtió incluso sobre brechas en la vacunación de la población más pobre. Diagnosticó serios problemas de seguridad alimentaria en ciudades como Barranquilla y Cartagena, así como ha identificado otros desafíos que involucran a los demás organismos del Estado.
El Dane no ha estado exento de polémicas, como la controversia con Fedesarrollo sobre la medición de pobreza, y las críticas de la Registraduría sobre el censo. Incluso fue blanco de un ataque cibernético, que abrió cuestionamientos sobre la seguridad de sus sistemas de información.
Pero ha salido avante, y en cualquier caso, se han tratado de discusiones técnicas y no de casos de corrupción como los que ensombrecen a otras áreas de la gestión pública. “Es una entidad que uno ve que no está metida en escándalos ni cosas de ese estilo”, precisa Javier Restrepo.
El marco de la pandemia también incide en la interpretación de las calificaciones a los demás funcionarios, incluidos aquellos que fueron llamados por el presidente Iván Duque a reemplazar a otros, e ingresaron este año a tomar las riendas de entidades. Tal es el caso del Departamento Nacional de Planeación, a cargo de Alejandra Botero desde agosto.
Entre otras iniciativas, el DNP está liderando la construcción del documento Visión Colombia 2050, que busca trazar la hoja de ruta para los próximos 30 años en el país. Bajo la gestión de Botero, lanzó recientemente un portal ciudadano para agilizar el trámite digital del Sisben, y su rol ha sido protagónico en las discusiones del Presupuesto General de la Nación para 2022.
“La buena calificación a su directora da cuenta de un trabajo no de hoy, sino que recoge precisamente una historia. Al analizar estos resultados hay que hacer referencia a todo este trabajo que realizó el DNP para tener a punto políticas como el Ingreso Solidario. También haría mención a la Dian, que en el marco de esto también ha mostrado su efectividad, y eso se refleja en las calificaciones a su director”, indica Ángel Tuirán.
El caso de la Dian, cuyo director, Lisandro Junco, se posesionó en marzo, también llama la atención. “La Dian ha sido juiciosa en la tarea de la recaudación. Se ha vuelto más minuciosa para recaudar y enfrentar las posibles evasiones fiscales. Es paradójico que si la Dian es tan quisquillosa con el tema de que los grandes capitales tributen lo que debe ser, sea mejor calificada”, dice Clavijo. “Muestra un reconocimiento a la importancia del recaudo de impuestos. Con toda la discusión de la nueva reforma tributaria, empresarios enviaron el mensaje de estar dispuestos a contribuir y en esto la Dian es muy importante; y se refleja en la dirección de quien está al frente”, agrega Tuirán.
Junco fue duramente criticado por su mención en el escándalo de los Pandora Papers, sobre presuntas tácticas de evasión fiscal. Incluso fue citado a debate de control político en el Congreso. Pero también han sido noticia los alivios para deudores de impuestos, una gestión mucho más activa de cobro y un aumento de 17% del recaudo tributario; la nómina electrónica y la misión para poner en cintura a los influencers digitales. Al final parece imponerse lo positivo de su gestión.
La encuesta a los empresarios arroja en general un balance positivo sobre la gestión de los funcionarios, que logran un promedio de 3,2 para terminar 2021. En medio de todo, alcanzan la nota mínima a la que aspira un estudiante; apenas suficiente para mantenerse a flote frente a la crisis y no perder el año.
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