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Directores, gerentes, CEO, presidentes o socios de 500 empresas y gremios califican la gestión de funcionarios y ministros del gobierno de Juan Manuel Santos Calderón.
Fabio Echeverri hizo famosa la frase “La economía va bien, pero el país va mal” y esto se cumplió en el Gobierno Duque. Como todas las administraciones tuvo sus aciertos y desaciertos. Empecemos por lo positivo. Antes de la pandemia la economía venía creciendo cerca de 3,3%, que para la región era notable, había una buena dinámica del consumo y la inversión privada movida por incentivos tributarios y la migración. La inflación convergiendo hacia la meta del 3% de la Junta del Banco Central y el déficit externo estaba mayor a 4 % del PIB. Con la pandemia del covid- 19 llegó la peor recesión del país en décadas tras la caída del PIB de 7% en 2020. Para el manejo de esta catástrofe se necesitaba no solo decencia sino tino político y empatía social.
La decencia la tuvo el presidente Duque con el manejo de la pandemia, ninguno de sus contradictores hoy podrá desconocer que hizo un buen manejo y tiene un reconocimiento internacional de Bloomberg. El ingreso solidario fue un acierto pues en medio de la crisis llegó a 4,1 millones de hogares.
Según cifras del Dane, 1,4 millones de colombianos salieron de la pobreza monetaria en el último año y se logró el menor registro en los últimos 16 años en el índice de pobreza multidimensional.
Otro acierto fue consolidar las bases de datos de registro de población vulnerable que conduce a una focalización más acertada de programas sociales a través del Sisben IV. También fue positivo conducir a Colombia por la transición energética como efectivamente lo dijo el presidente en su discurso de despedida al Congreso, pasando de 28 incipientes MW en 2018 a llegar a 2800 de capacidad instalada.
La reactivación después de la pandemia ha sido notable, Colombia fue un de los países más golpeados en su economía, pero a la vez uno de los que más rápido se reactivó y de manera sostenida en comparación con otros países de la región. Aunque se atribuye principalmente al gasto de un ahorro contenido si se han dado las condiciones favorables para dinamizar ese crecimiento para el cual no era necesario los ocho días sin IVA que significaron cada uno alrededor de $4.000 millones al fisco nacional. Otro motivo de crecimiento ha sido el aumento de la construcción y en eso el Gobierno ha acertado en brindar las señales correctas.
Duque fue decente con los compatriotas venezolanos que llegaron a nuestro país y a diferencia de otros vecinos, los protegió y acogió. Sin embargo, no basta con ser decente sino empático, y ahí estuvo el lunar de la administración Duque. En sus primeros 100 días de Gobierno se evidenció la falta de conexión con los clamores sociales y su falta de tino político con Venezuela. No solo es decente recibir a los hermanos de Venezuela sino permitir el comercio y potenciarlo cuando es nuestro mercado natural. Los caleños aun no olvidamos que, en el punto más álgido del desborde de la protesta social, nuestro presidente apareció a las 3 de la madrugada y no escuchó a quienes clamaban por la escucha de las necesidades y por la necesidad de apagar los incendios. La falta de oportunidad política también le hizo perder la oportunidad de una reforma tributaria que era necesaria, técnica y de corte estructural.
En materia de mitigación del cambio climático hay más nubarrones que días despejados, la deforestación creció cada año cerca de 2% en cada año del cuatrienio de Duque y la inseguridad aumentó en todo el país, y la buscada “paz con legalidad” no alcanzó sus objetivos. Esperemos que el nuevo Gobierno entienda que el país debe marchar bien y la economía también.
La entrada en vigencia de la Ley de Garantías restringe el margen de maniobra.
Se equivocaron los empresarios al pensar que la bonanza minero-energética terminaría dinamizando la economía
El funcionario, que dirige la Dian, fue elegido como el mejor entre los empresarios