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Directores, gerentes, CEO, presidentes o socios de 500 empresas y gremios califican la gestión de funcionarios y ministros del gobierno de Juan Manuel Santos Calderón.
Reducción del ipc, uno de los aspectos positivos de 2017
Un balance del desempeño de la economía durante 2017 permite ver que fue un año con un sabor agridulce, que deja interrogantes y problemáticas sin resolver, pero también avances y esperanzas.
La tasa de crecimiento del PIB alcanzó el 2% anual al corte del tercer trimestre, crecimiento que fue jalonado por el sector de agricultura y ganadería, así como por actividades financieras. Sin embargo, algunos sectores especialmente importantes para la economía del país, como la minería y la industria tuvieron un mal año, cayendo en 2,1% el primero y en un 0,6% el segundo.
A pesar de que el desempleo se encuentra en un solo dígito, el panorama del sector laboral es complejo dada la desaceleración de algunos sectores muy sensibles, como los de comercio, restaurantes y hoteles, en los cuales se perdieron 114.000 puestos de trabajo. En este marco, la informalidad sigue siendo una de las grandes problemáticas, manteniéndose en un 48% en el total nacional.
En lo relacionado con el comercio, Fenalco presentó unas cifras preocupantes, según las cuales el crecimiento total de las ventas fue prácticamente nulo, presentándose bajas importantes en algunos sectores. Esta situación se ha agravado como resultado de la Reforma Tributaria pues, por un lado, el aumento del IVA ha desacelerado el consumo y, por el otro, los empresarios opinan que están pagando impuestos en proporciones más altas de las que deberían.
Ahora bien, 2017 deja aspectos positivos como la reducción de la inflación, con un IPC que se situó en 4,12% como dato anual, tendiendo al rango meta del Banco de la República. Esta baja de la inflación permitió, a su vez, que el Emisor recortara su tasa de interés, que pasó de 7,50% en enero a 4,75% en diciembre, propiciando un mejor clima para la inversión y la demanda interna.
Otro buen indicador es el relacionado con las exportaciones, las cuales arrojan un crecimiento acumulado en el año de 19,2%. A esto se le suma el crecimiento de la inversión extranjera, renglón que atrajo US$3.800 millones, junto con ingresos por turismo de unos US$2.500 millones, cifras que, según ProColombia, superaron las metas previstas para el año. Tal aumento de las exportaciones contribuyó a la reducción del déficit comercial, situación que unida a un mayor recaudo tributario, hizo que también mejorara el balance fiscal, reduciendo los llamados “déficit gemelos”.
Queda claro que lo peor pasó, la economía indudablemente ha atravesado momentos difíciles pero tocamos piso y debemos ver al futuro con optimismo. 2018 se presenta como un año de desafíos, pero también de oportunidades. A nivel interno, será necesario generar una mayor confianza al consumidor y al inversionista, en medio de una oportunidad histórica que tiene el país de capitalizar los dividendos de la paz. Al mismo tiempo, Colombia deberá continuar su lucha frontal contra la corrupción y de forma urgente identificar y fortalecer nuevas fuentes de crecimiento de largo plazo, que aporten a la reducción de la inequidad de nuestra sociedad.
Mirar al 2017 que dejamos atrás nos deja muchas experiencias, agrias y dulces, pero más allá de debatir sobre lo que fue (o pudo haber sido), lo importante es aprender de ellas, lograr transformaciones positivas y continuar en la construcción colectiva de la meta común que es una mejor Colombia: usando las palabras del gran filósofo Sócrates, “el secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en la lucha contra lo viejo, sino en la construcción de lo nuevo”.
La entrada en vigencia de la Ley de Garantías restringe el margen de maniobra.
El gobierno aún dispone de un margen de maniobra suficiente como para aprovechar una coyuntura regional que aún le es favorable y un apoyo representativo de la ciudadanía para sacar adelante