MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Cada vez más es necesario ejecutar estrategias corporativas, estatales y como individuos para garantizar el cuidado del ambiente
Uno de los temas más álgidos del gobierno Petro, se debe dar, según expertos, de manera gradual y sin centrarse solo en restringir el petróleo y sus derivados
Con la llegada del gobierno de Gustavo Petro, uno de los puntos fuertes de su campaña, la transición energética, basada en cortar la dependencia del petróleo y el gas, se volvió un tema neurálgico en la agenda nacional.
En repetidas ocasiones el presidente Petro y su ministra de Minas, Irene Vélez, han dado a entender que es imperativo, para luchar contra el cambio climático, alejar la economía de los combustibles fósiles e impulsar energías alternativas para que se emita menos y, por ende, se reduzcan los Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Sin embargo, bastante hay del planteamiento inicial, a la realidad. Para el médico, ambientalista y docente universitario, Camilo Prieto Valderrama, existe un riesgo y está en enfocar el concepto de transición energética simplemente en la descarbonización; y en ver esa descarbonización solo en una relación exclusiva con los combustibles fósiles.
“Si bien la descarbonización hace parte del concepto de transición energética, el principal foco de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) no está en la energía ni está en el transporte. Está particularmente en la ruralidad vinculada a actividades como la deforestación, que responde a 30% de las emisiones de GEI; y 14,8% a la ganadería extensiva. Solo en esas dos actividades tenemos un 44,8%. Si pensamos en el transporte es 12% y en energía 8%”, aseguró Romero.
Entonces, según el especialista, si el foco se centra solo en combustibles fósiles y, particularmente en el gas natural, “tendríamos un problema porque estaríamos olvidando el grueso de las emisiones”.
Santiago Ortega Arango, ingeniero experto en energías limpias y director de Innovación de Emergente Energía Sostenible, la transición energética requiere unos cambios estructurales en la sociedad, ya que se lleva más de 150 años basando la economía en los combustibles fósiles.
“Es un cambio que tenemos que hacer. Colombia tiene unas particularidades porque posee centrales hidroeléctricas, pero que sirven para el mundo eléctrico y no para el transporte, la industria y los hogares. El porcentaje de energías renovables en estos sectores, el porcentaje de energía primaria es muy bajo, cercano a 20%. Por eso seguimos dependiendo del petróleo, el gas y la gasolina para eso”, comentó Ortega.
Jairo Espinosa, docente de la Universidad Nacional y director científico de Energética 2030, expresó que la pregunta no debe ser qué tan viable es la transición energética, sino qué tan acelerable es la transición energética en Colombia.
“Se están dando importantes cambios a nivel de tecnologías, que harán obsoletas y costosas las basadas en productos que generan CO2 y bajarán de precios las que reducen las emisiones. El tema no es de tiempo. Hay dos hitos que se manejan. Unos a 2030 y otros a 2050, año en el que el país debería ser carbono neutro”, dijo Espinosa.
En ese sentido, expertos como Prieto aseguran que no es correcto dejar de usar energéticos como el gas natural de un solo golpe, sino lograr que este combustible sirva para comenzar a dejar los derivados del petróleo. Además, expresó que se debe desarrollar de una manera más fuerte las energías nuclear y geotérmica.
¿Qué hacer con la energía firme?
La transición energética, como su nombre lo indica, es pasar de un lado a otro. Pero, ¿por qué no se puede hacer ese salto de un solo golpe? Porque hay una limitante que es la energía firme, o sea, la que está disponible de manera permanente todos los días del año. Para esto, hay unos energéticos que tienen un protagonismo, que, fundamentalmente, son los fósiles. Por ejemplo, en el caso del viento y el sol, la variabilidad no nos permite decir que esto va a asegurar energía firme en Colombia. Ayuda, por supuesto, pero se necesitan otro tipo de alternativas. Esto es fundamental a la hora de pensar la transición. ¿Cómo respaldar la energía firme?
El Sitp, que incluye los buses rojos de las troncales, los zonales y los alimentadores, tiene 33,4% de su flota con energías renovables
Los bonos de transición están a punto de alcanzar los US$1,5 billones
Uruguay, Costa Rica, Colombia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú, México y Panamá son los países que lideran en la región la transición energética según el informe internacional