La mirada de los empresarios sobre el empleo

Las empresas siguen impulsando el empleo en el país. De acuerdo con el Dane, la tasa de desempleo para marzo bajó 2,6 puntos porcentuales frente al mismo mes de 2021, ubicándose en 12,1% desde el 14,7% registrado anteriormente. Sin embargo, las cifras continúan siendo altas como consecuencia de la pandemia.

El sector privado es el llamado a recuperar el empleo como responsable de cerca de 96% del empleo formal en el país. Por eso, es muy valiosa la escucha por parte de los candidatos hacia las propuestas que este presenta. Precisamente, la Cámara de Comercio de Bogotá recopiló sus necesidades en el libro ‘La Voz de los Empresarios’, del cual cada uno de los candidatos que participó en la conversación #EsLaEconomíaEstúpido tiene una copia.

Una de las necesidades más reiteradas ha sido ampliar el exitoso Programa de Apoyo al Empleo Formal por el cuatrienio 2022-2026 para las empresas que contraten mujeres o jóvenes hasta por dos salarios mínimos. Continuar la senda de reactivación con enfoque de género y en jóvenes es clave para ser más competitivos, muestra de ello es que a marzo de 2021 este programa ha logrado proteger un poco más de 4 millones de empleos y ha beneficiado a 142.999 empleadores; una buena práctica para replicar. En este sentido, alegran las cifras que nos muestran que del poco más de un millón y medio de puestos de trabajo nuevos, casi un millón fueron ocupados por mujeres, lo que revela, según el Dane, que por cada hombre que logró un nuevo puesto, hubo dos mujeres que lo hicieron.

Otro de los puntos clave para los empresarios es impulsar una reforma laboral que tenga en cuenta las profesiones que necesitan los sectores económicos y que cree esquemas flexibles de regulación para reducir el desempleo estructural, así como adecuar los esquemas de formación a las tendencias mundiales. Contamos con una buena tasa de jóvenes en edad productiva que con una educación pertinente podrían salir del desempleo. Precisamente, por nivel educativo se destaca que las mayores variaciones en recuperación del empleo se presentaron en la población técnica profesional (21,1%) y en la universitaria (14,7%) por lo que ampliar la base de personas en edad laboral con conocimientos especializados es importante. En esta tarea, el sector privado podría aportar si se crean apoyos a las empresas que generen capacitación y permanencia a los trabajadores jóvenes, con énfasis en personas no calificadas.

Generar un marco legal para contar con una mayor flexibilidad en los esquemas de jornadas laborales es otro de los asuntos que los empresarios ven positivos. Ante las realidades de la informalidad, esta flexibilidad podría ser clave en la formalización del trabajo en el país. Una legislación laboral del siglo pasado que tiene a la mitad de la población empleada en la informalidad debe revisarse para incorporar criterios actuales de contratación, promover la afiliación a los regímenes de seguridad social y permitir empleos para nuevos negocios, sin perder garantías laborales es urgente.

El próximo Gobierno debe comprender que los empleos los genera el sector productivo al que se debe acompañar con decisiones y políticas que permitan la construccion de un entorno adecuado para su florecimiento. Las empresas son la base del desarrollo social, fuente de ingreso y oportunidades. Como decía Clinton: no se puede amar el empleo y odiar a quienes lo generan.