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La diferencia entre las compañías privadas y las agremiaciones o lonjas radica en el tipo de procesos que llevan.
Si bien la experiencia de los avaluadores es vital para el funcionamiento correcto de los procesos para otorgar valor a un inmueble, también es fundamental la labor que realizan las compañías involucradas en dichos negocios. Dependiendo de la magnitud y las especificaciones de los mismos, surgen las figuras de las empresas privadas, así como de las agremiaciones que agrupan a los profesionales de este sector.
La diferencia entre las compañías privadas y las agremiaciones o lonjas radica en el tipo de procesos que llevan. Mientras que las primeras se especializan en avalúos individuales, el segundo grupo se encarga de los corporativos, que se dan en casos donde instituciones como la Contraloría, alcaldías o bancos los requieren para un proceso de gran talante donde se requiere toda la seriedad y el respaldo de la firma. Esta figura también suele ser utilizada por los jueces.
“Por ejemplo, los bancos solicitan un avalúo para saber a ciencia cierta si el valor de venta corresponde a la realidad y si puede ser una garantía real para el préstamo, pero también para que quien solicita el crédito verifique que está pagando un precio justo”, aseguró la presidenta de Fedelonjas, María Clara Luque.
Dichos casos se asignan principalmente a las lonjas de propiedad raíz debido a que esta clase de avalúos se hacen a varias manos y pasan por un comité de avaluadores que está compuesto por los expertos con más trayectoria de la región, según comentó el presidente de la junta directiva de la Lonja de Bogotá, Camilo Bermúdez.
“Los avalúos corporativos quieren decir que lo conforman varias empresas o personas asociadas o pertenecientes a un gremio. Normalmente lo revisan hasta ocho empresas avaluadoras, todas certificadas y de gran experiencia”, añadió.
Por el lado de las empresas privadas, algunas de las más destacadas son Oikos, Colliers International, Tinsa, Tasar o Avacol, entre otras (ver gráfico). Los procesos en los que se especializan estas firmas se centran en el avalúo de inmuebles como casas, apartamentos, edificios, oficinas, locales comerciales, terrenos y bodegas tanto urbanos como rurales.
El gerente general de Oikos, Luis Aurelio Díaz, destacó que estos procesos vienen “en un desarrollo y un cambio muy importante generado por nosotros”. En este punto, resaltó la llegada de los avalúos en línea, los cuales permiten que cualquier persona puede hacer avalúos de casa u oficina en cualquier momento.
“Un avaluador no puede verificar más de 15 o 20 inmuebles, mientras que una inteligencia artificial con una base de datos robusta puede verificar más de 1.000 inmuebles comparativos”, subrayó.
Riesgos de contratar inexpertos
Luque mencionó que, al fijar el precio sin el conocimiento de un experto que conoce las realidades del mercado, el patrimonio se pone en riesgo y pueden suceder dos situaciones: si el precio está por debajo del valor justo, el vendedor lo venderá muy rápido, pero perderá varios millones de su liquidez; si está por encima, se tardará demasiado en vender perdiendo cuotas de administración, servicios y otros gastos, además de lo que deja de recibir por la vacancia.
En un avalúo el valor catastral puede ser igual al valor comercial, no es cierto que deba ser inferior al que se tiene registrado
El efecto coworking continúa absorbiendo espacios corporativos, edificios completos de excelentes especificaciones técnicas.
El desarrollo de los avalúos en Colombia ha tenido un crecimiento importante en los últimos años. La ley del avaluador establece las responsabilidad de este oficio.