El futuro es de usos mixtos complejos

El desarrollo de usos mixtos es una tendencia del urbanismo mundial que cada día se instala con mayor fuerza en nuestro país. Si bien no se trata de un concepto reciente, el auge de su desarrollo marca una pauta sobre los nuevos retos del mercado inmobiliario, que responden a la densificación de las ciudades, el costo del suelo, la demanda de espacios públicos y los problemas de movilidad.

De esta manera, se están creando ecosistemas con multiplicidad de funciones y vocaciones, dando origen a potentes sinergias, donde la vinculación del comercio con la gastronomía, el cuidado de la salud, el entretenimiento, los espacios públicos o “para el público”, el co-working, los centros educativos, los escenarios culturales, la oferta hotelera e incluso los centros para la tercera edad, hacen parte fundamental de estos completos espacios de desarrollo de vida.

A nivel latinoamericano, aunque países como México y Brasil han adoptado mayormente este concepto, no cabe duda que ya se está evidenciando en Colombia una fuerte apuesta por los usos mixtos complejos, que llevan a un nuevo nivel los procesos de renovación urbana.

Muestra de ello, son proyectos como el metro de Bogotá, que proponen la integración de los sistemas de transporte con las demás actividades propias de los ciudadanos a través de la mezcla de usos. Con la puesta en marcha de estos proyectos, se le está devolviendo la escala peatonal a las ciudades y mejorando la calidad de vida de las personas al disminuir los tiempos
empleados en desplazamientos. Sumado a ello, en el proceso de implementación de este modelo, la vibrante actividad comercial
es uno de los factores que más robustece la mezcla de usos. Los centros comerciales aparecen como ejes centrales o integradores de estas estructuras, potenciando la generación de sinergias y viabilizando los demás usos adheridos. Un escenario que tiene todo el potencial para lograr
afluencias naturales de público en los complejos, pues fortalece sus raíces generadoras de tráfico, que cada vez deben estar más desligadas de las acciones de marketing.

En esencia, los proyectos de uso mixto son edificaciones que se encaminan hacia la creación de unidades inmobiliarias exitosas que trascienden la mera articulación de usos en un mismo predio. Se trata de actividades compatibles entre sí, cuya correcta vinculación, activa nuevas dinámicas en los usuarios y aportan valor al proyecto. El comercio se suma entonces como un componente fundamental que articula no solo las dinámicas de tipo transaccional, sino que cubre en gran medida la demanda de espacios para la interacción y el sano esparcimiento de las comunidades.

Ahora bien, no se puede perder de vista que cualquier desarrollo tiene que ser impulsado por los atributos de su ubicación, como la densidad de población y los niveles de ingresos y no solo por el hecho de que se trata de un desarrollo de uso mixto. Si el uso mixto va a funcionar, es necesario que cuente con el mercado potencial suficiente que lo haga viable.

Finalmente, los años venideros mostrarán las bases que se van sentando sobre la nueva concepción de las ciudades, donde la conectividad, la eficiencia y la sinergia serán los conceptos claves para el desarrollo de los proyectos inmobiliarios y, en particular, de la industria de centros comerciales en nuestro país.