Lecciones para Colombia sobre facturación digital de otros países de Latinoamérica

En los últimos 20 años la factura electrónica ha transformado las administraciones tributarias en América Latina en la lucha contra la evasión y el apoyo a la transparencia tributaria. Así lo cree Felipe Castro, CEO de Innapsis, una compañía que cuenta con más de 10 años de experiencia en la materia.

“La facturación electrónica no solamente ha permitido una mejor fiscalización de las transacciones, sino que ha ofrecido innovaciones que favorecen al contribuyente”, resaltó. Un ejemplo de ello ha sido Chile, país pionero en América Latina en su aplicación en 2003 y que -detalla- “avanzó en declaración de impuesto con una base propuesta, recogido de la información de compras y venta”.

De la experiencia exitosa de Chile, a mediados de 2017 Argentina, Brasil, Ecuador, México, Perú y Uruguay ya contaban con esquemas facturación electrónica más avanzados y maduros. Y se pudo empezar a construir la base para su implementación en 2019.

“Colombia tiene una enorme ventaja, ya que es capaz de no solo recoger la experiencia de todos los actores: las administraciones tributarias, los proveedores tecnológicos extranjeros y empresas multinacionales que ya participaron de estos procesos es otros países”, resalta Castro.

El hecho de que las grandes empresas ya conozcan los beneficios que este nuevo modelo entrega (tras haberlo aplicado y consolidado en otros países de la región) y lo evidencien en la implementación por parte de los grandes contribuyentes, en 2018 y parte de 2019, y la existencia de una oferta tecnológica y de servicios cada vez más variada para acompañar este proceso brindan mayores garantías para su ejecución en Colombia.

“Colombia además ha vivido un proceso particular donde ya mejoró su modelo en un sistema de validación previa tras la experiencia de 2017, 2018 y parte de 2019 implementado por los grandes contribuyentes”, destaca.

Lo cierto, y en eso coincide Ramiro Olivares, especialista en tributación, es que si bien la puesta en marcha de un modelo como el de la factura electrónica “no es camino fácil”, para Colombia es mucho más rápido, fácil y con mayores herramientas que aquellos países que comenzaron hace ya casi dos décadas en su aplicación.

En cuanto al tema de consolidación y expansión del modelo Castro indicó que el concepto inicial de factura electrónica se fue extendiendo a otras áreas de control. “Por ejemplo, la Nómina Salarial Electrónica en Argentina y México, o la vigilancia de la mercadería en tránsito y la contabilidad electrónica en Brasil y también a nuevos servicios, como el caso del factoring en Chile”, por ahí es el camino para Colombia.