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La factura electrónica no solo modernizará las operaciones de las empresas, sino que les permitirá reducir costos.
Las Pyme también se verán beneficiadas con el sistema al igual que se incentivará la dinamización del factoring.
Los beneficios para organizaciones, Estado y consumidores serán múltiples con la masificación de la factura digital a partir de enero del próximo año. Entre ellos destaca la seguridad que brindan las firmas electrónicas, difíciles de alterar por los estándares que se utilizan y que ayudarán a evitar la fuga fiscal nacional.
Para los facturadores, el ahorro en recursos económicos podría ser de hasta 80%, de acuerdo con estudios del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (Ciat), pues en promedio el costo actual del ciclo de un recibo en papel es de $2.663 mientras que electrónicamente podría ser de $540.
Sin embargo, estos valores son relativos de acuerdo con el volumen de facturación de cada organización y podrían oscilar entre $2.000 y $8.000 en papel hasta $150 y $600 en digital.
Entre las principales ventajas que destaca la Dian con su masificación se encuentran la eliminación de riesgo de pérdida de documentos físicos; mejor gestión a través de las consultas en línea; trazabilidad y seguridad de operaciones; mejora en la gestión de cobro; ahorro en costos de impresión, despacho y almacenamiento, así como en la relación entre clientes y proveedores.
William Shelton, presidente de Multibank, coincidió en que se mejorarán estos procesos, además de facilitar la conciliación de sus cuentas, brindando mayores controles de facturación y pagos, lo que se traduce en mayor productividad, calidad de la información y conservación del medio ambiente, gracias a la reducción del papel, las ‘3R’ de la ecología y la eficiencia en los procesos.
Para los grandes contribuyentes, las soluciones ofrecidas por los proveedores habilitados pueden iniciar desde $15 millones y varían según el volumen específico de cada uno.
A su vez, las Pyme si bien no están obligadas a realizar la migración inmediata, se convierten en foco de interés para su adaptación por lo que la Dian ha asignado más de 7.000 certificados digitales gratuitos en aras de su utilización.
“Es una decisión que tendrán que tomar en el corto plazo para estar listas en 2019, pues es importante que hagan parte de este cambio para que sigan vigentes en el mercado, ya que los grandes contribuyentes empezarán a manejar todos sus sistemas basados en factura electrónica y sus proveedores, que principalmente son Pyme, tendrán que realizar un proceso de transición para no perder oportunidades de negocio y quedar fuera del mercado”, agregó Shelton sobre su impacto.
Será clave para dinamizar factoring
Según Shelton, con la entrada en vigencia de la normatividad de la facturación y el factoring electrónico, se amplía su mercado al ser obligatoria la exposición de todos los recibos emitidos por los proveedores a sus pagadores, proporcionando agilidad en la negociación con las empresas, confiabilidad y seguridad en la transacción, facilidad de acceso a las Pyme y unificación de los mecanismos de negociación. Su masificación también permitirá que el factoring se acelere pues será mucho más expedito, ahorrará tiempo en trámites y reducirá las posibilidades de fraude brindando opciones de liquidez.
Las empresas que ya se han informado pueden comenzar el proceso estableciendo los recursos tecnológicos para implementarlo.
Todas las sedes del gremio de comerciantes ofrecen este servicio que atiende a pequeñas y medianas empresas.