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Energía

Felipe Bayón, el Empresario del Año


El presidente de Ecopetrol ganó la distinción anual que entrega el Diario La República tras una consulta que hace con los empresarios colombianos

HACIENDA

Lea el discurso del presidente Iván Duque en la ceremonia del Empresario del Año

jueves, 20 de febrero de 2020

El mandatario se refirió a las razones por las que el país debe estar optimista este año y los logros en materia empresarial que se han alcanzado

Margarita Coneo Rincón

Esto fue lo que dijo el presidente:

Sin lugar a dudas, este es un momento muy especial, porque hoy estamos reconociendo al Empresario del Año en nuestro país, un galardón que reconoce una carrera, que reconoce aciertos, éxitos, esmero, que reconoce voluntad de trabajo, liderazgo, que reconoce la capacidad de soñar y de construir.

Me parece muy pertinente empezar por ahí. ¿Qué significa ser empresario? Ser empresario en una sociedad es, quizá, la más viva de las demostraciones de valentía. Porque ser empresario demanda arrojo, demanda estar dispuesto a tomar elevados riesgos, demanda saber aprender de los errores, pero demanda, sobre todo, tener un optimismo permanente en la conciencia y en el corazón.

Por eso, las grandes sociedades se han construido sobre la base de permitirles a los empresarios florecer. Una sociedad no se transforma, no se construye en un mejor destino si no le permite al empresario crecer y hacer de su talento y de su ingenio algo que motive a la sociedad entera.

Por eso, yo celebro que este país, en su Bicentenario, que no culmina en el 2019, porque hoy estamos también celebrando 200 años de lo que fuera el primer engranaje de nuestra República, ha tenido siempre en su ADN el saber reconocer en el espíritu empresarial una parte sustancial de su identidad.

A mí me llena de orgullo cuando vemos empresas colombianas que cumplen 20, 30, 40, 50, 100 años de existencia, que transmiten, de generación en generación, no solamente el conocimiento sino también la posibilidad de que las nuevas generaciones sueñen más allá y construyan más allá, permitan romper barreras y fronteras.

Yo siento de orgullo cuando nos damos cuenta de que en la gran y compleja geografía de Colombia tenemos polos de desarrollo donde ese espíritu emprendedor ha sido el gran motor. Me llena de orgullo que los emprendedores de Colombia, todos los días, son más. En cada región del país aparece un joven nuevo que quiere soñar con hacer empresa, que quiere soñar con trabajar para el desarrollo empresarial y que quiere también llegar a liderar grandes empresas y conglomerados para que sea la identidad colombiana la que conquiste un nuevo aplauso o un nuevo reconocimiento.

Esa es Colombia, esa es la patria que todos nosotros queremos. En este año 2020, tenemos muchísimas razones para ser optimistas, no podemos dejar que nadie nos arrebate ese camino que hace parte de nuestro espíritu emprendedor. El emprendedor no es iluso, el empresario no es iluso, porque el iluso es el que niega la realidad y vive en un mundo de fantasías. Pero el emprendedor es el que es capaz de interpretar la realidad y transformarla y creo que en este año 2020 nosotros tenemos muchas cosas que celebrar como país; muchas cosas que nos deben motivar, y otras que también nos deben permanecer todos los días atentos a hacerlo muchísimo mejor.

Hace un año estaba yo participando en este Premio, y les decía que Colombia tenía una inmensa posibilidad si hacíamos cambios estructurales; si nosotros dejábamos de ver al empresario como la fuente de ingresos fiscales, con la que fue vista durante tantas reformas tributarias y siempre se le miraba el bolsillo del empresario y, por lo tanto, se iba minando la capacidad de inversión, se iba minando la confianza, la competitividad, la productividad empresarial.

Quizá la más viva demostración es que para finales del año 2017 nuestra economía estaba creciendo al 1,4% y éramos reconocidos por muchos medios internacionales económicos como uno de los países con tasas efectivas de tributación más altas. Estábamos perdiendo espacio para ser atractivos, y estábamos viendo también a empresas que preferían domiciliarse en otros lugares o, lo que era aún más diciente, estábamos viendo que entre los trámites engorrosos y las tasas efectivas de tributación estábamos perdiendo escaños en los grandes índices globales.

Aquí vine y les dije que íbamos a perseverar en esas reformas para bajar la tasa efectiva de tributación; que íbamos a perseverar para poder descontar 100% del IVA en los bienes de capital; que íbamos a perseverar en el descuento del ICA; que íbamos a perseverar en el desmonte de la renta presuntiva, en la reducción de la tasa nominal de renta.

Que íbamos a habilitar nuevos instrumentos para que el sector privado llegara a los sectores estratégicos, que representan el futuro para nuestro país y, particularmente, hablamos de las megainversiones; hablamos también del desarrollo tecnológico, de las industrias creativas, de las fuentes renovables no convencionales de energía. Hoy me siento orgulloso de que hemos dado pasos de avance, que cerramos el año 2019 venciendo muchos mensajes que eran pesimistas.

Mientras yo daba ese discurso, hace un año, yo miraba a los pocos días algunos artículos donde se decía que el Gobierno pretendía que bajando la carga tributaria iba a generar crecimiento. Se decía que el Gobierno pretendía, bajando la carga tributaria de quienes generan empleo, generar inversión; era un imposible, se decía; se decía, además, que no iba aumentar el recaudo y que íbamos a crecer el déficit fiscal. Hoy puedo mirarlos a ustedes a los ojos y decir que cerramos el año 2019 con el mayor crecimiento en cinco años en nuestro país, y estamos creciendo al 3,3%, por encima del promedio mundial, por encima del promedio regional, por encima del promedio de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Y vamos por mucho más, porque Colombia no va a parar de creer y de soñar en el espíritu empresarial.

Cerramos el año 2019 con una tasa de inversión creciente, con la Inversión Extranjera Directa creciendo por encima del 19%. Cerramos el año 2019 con el recaudo aumentando un 10%, con el menor déficit fiscal en ocho años, con el principal o el primer superávit fiscal primario desde que existe la regla fiscal. Lo hacemos, cuando florecen nuevos sectores, cuando vemos que el año 2019 nos dejó el mejor año del turismo, según los registros estadísticos que tenga nuestro país; uno de los consumos de los hogares más altos de los últimos años. Pero, adicionalmente, estamos viendo como en el año 2019 llegamos a las más altas exportaciones agrícolas y de servicios que haya tenido Colombia.

Esas son razones de optimismo, y son razones para buscar todos los días la excelencia; decía, hace pocos días, un medio internacional que Colombia tiene hoy la confianza del consumidor más alta de América Latina y el Caribe, pero esto no es gratuito, porque a nuestro país nadie le regala nada. Estas estadísticas que menciono, que pueden ser cifras, motivantes, también tienen rostros humanos, en medio de una de las crisis migratorias y humanitarias más grandes que haya vivido país alguno en América Latina.

Las vemos cuando se nos ha perdido un mercado, un mercado que llegó a tener US$7.000 millones y hoy no representa más de US$100 millones; pero, aun así, Colombia sigue con ese empuje, con esa garra, con ese espíritu transformador. Eso, al final del día, recoge el sentimiento emprendedor de nuestro país.

Por eso, el énfasis que queríamos darle siempre a nuestro Gobierno: hablar de emprendimiento y de defensa del empresario, porque lo que les ha hecho daño a los países de América Latina es ver líderes políticos que son vergonzantes al momento de defender la iniciativa privada. Los países que han sido vergonzantes son los que la han perdido, son los que la han visto llegar a la ruina. En este país aplaudimos el espíritu empresarial y, como presidente, defenderé siempre el espíritu empresarial como una de las principales características de nuestra nación, porque nos sentimos orgullosos de quienes hacen empresa.

Quiero también poner esto en un contexto más amplio. Estas metas de emprendimiento avanzan, pero avanzan también metas en materia de Legalidad. Durante muchas décadas, Colombia veía campear cifras de secuestro que golpeaban la esperanza de tantas familias; que creía, además, que esa terrible amenaza no iba a terminar su intensidad. Cerramos el año 2019 con la tasa más baja de secuestros desde 1976, y cerramos el año 2019 con una de las tres tasas de homicidios más bajas desde 1974.

Todos estos son logros del país. Que falta, claro que falta, pero vamos a perseverar. Pero poner siempre por delante lo que se ha logrado es fundamental, para mirar con más ambición el futuro. También esto lo conectamos con el pilar de Equidad, porque todo el esfuerzo de los micro, pequeños, medianos y grandes empresarios también nos ha permitido avanzar en lo social, sin caer en las garras del populismo ni la demagogia.

Por eso tenemos 80.000 jóvenes que están llegando gratuitamente a las universidades públicas y vamos por 334.000. Por eso hemos llegado a las cifras más altas de subsidios de tasa de interés y cuota inicial en vivienda o llevarles agua y saneamiento a las comunidades más vulnerables del país o avanzar con más de 700 obras de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET). Todo esto se está construyendo con este espíritu y con esta determinación. Yo quiero hacer esa referencia a todas estas cosas, sobre la base de que hay motivos en nuestros individuos, en nuestras empresas, para sentir la esperanza más viva que nunca.

Eso me lleva a hablar de Ecopetrol y me lleva a hablar de Felipe Bayón (presidente de Ecopetrol). Porque Ecopetrol también es la demostración de la resiliencia. Hace escasamente cinco años, estaba Ecopetrol viviendo una de sus peores crisis, por una caída estructural de precios internacionales, donde la empresa tuvo que hacer un plan masivo de recortes y de búsqueda de eficiencias; donde la empresa tenía que llegar a nuevos mercados, pero, al mismo tiempo, solventar toda esta embestida que golpeaba sus estados financieros.

Coincidieron muchos de esos momentos con la llegada de un nuevo presidente para la compañía. El doctor Felipe Bayón llegó en medio de una crisis, y cuando se llega en medio de las situaciones de crisis, claro que la primera exposición es a la crítica, y claro que siempre van a estar los comparadores. Pero, como diría un escritor italiano, en el único lugar donde el éxito está antes que el trabajo es en el diccionario. Porque el trabajo siempre está antes que el éxito y fue el trabajo duro el que nos permite llegar hoy y ver cómo la compañía ha logrado sus mejores resultados financieros en cinco años y, ojo, no dependiendo de los precios del petróleo por encima de 100 dólares que veíamos atrás.

Esa es la demostración de la calidad de empresa que tenemos y de la calidad de líder que tiene nuestra empresa, que es ejemplo de la identidad nacional: Ecopetrol. A mí me motiva que hoy están aquí varios miembros de su Junta Directiva, incluyendo al presidente de la Junta, el doctor Luis Guillermo Echeverri porque todos han respaldado sus esfuerzos, pero, además, han respaldado también el llegar con ambición a nuevas decisiones audaces y necesarias.

Para muchos era un imposible que Ecopetrol fuera un gran jugador en los Estados Unidos. Ustedes tomaron una decisión, aliándose con una de las compañías expertas, que prefirió a Ecopetrol por encima de cualquier empresa del planeta, para hacer el desarrollo de una de las cuencas más importantes del Estado de Texas, donde se aprenden nuevas tecnologías, y esas tecnologías serán cruciales para el futuro de la compañía.

También debo celebrar que la compañía se sacude, y ya no solamente está pensando en el petróleo o en el hidrocarburo, sino en la energía como un todo. Recuerdo aquella conversación, donde usted y yo íbamos en un viaje y le dije: ‘doctor Felipe, necesito que usted piense en Ecopetrol como en una compañía de energías renovables no convencionales’. Usted me miró como a la expectativa de para dónde yo iba. Le dije: ‘qué tal si Ecopetrol se traza una meta y que antes de un año hagamos de Ecopetrol la empresa líder en autogeneración con energías renovables no convencionales’, le hablaba de combinar granjas solares al lado de muchos de nuestros pozos, y mostrarle al país que hay un criterio de sostenibilidad creciente, donde la empresa líder del sector le dé ese ejemplo al mundo.

Hoy me siento orgulloso de que sin haberse cumplido ese año, Ecopetrol es la empresa líder en autogeneración con energías renovables no convencionales. Estuvimos en Castilla la Grande viendo esa espectacular granja.

Para quienes quieren mirar proporciones, lo que Ecopetrol logrará en el año 2020, con lo que ya inició en el año 2019, es que tan solo Ecopetrol va a superar en autogeneración la capacidad instalada de renovables no convencionales que tenía Colombia el 7 de agosto del 2018. Porque le planteamos al país, en aquel momento, que teníamos que pensar en grande, y pasar de menos de 60 megas a más de 1.500 megas; ya, gracias a la labor de nuestra Ministra de Minas, María Fernanda Suárez, del equipo del Ministerio, de Ecopetrol y de tantas empresas, podemos decir que tenemos aseguradas 2.500 megas para ser instaladas antes del 7 de agosto del 2022, haciendo de Colombia un país que, en cuatro años, multiplicará por 50 veces sus energías renovables no convencionales. Ese es un país que piensa en grande.

Me motiva también ver a la empresa participando en la transformación tecnológica y digital, donde, además, la presencia en la junta directiva de una persona como Orlando Ayala es fundamental. La presencia de una junta que acompaña ese proceso, para que Ecopetrol sea líder en el uso de nuevas tecnologías, de computación en la nube, de internet de las cosas, de inteligencia artificial, eso también es Ecopetrol.

Yo quiero hacer de pronto un parafraseo de lo que decía ahora el doctor Fernando Quijano: Ecopetrol no es importante por lo que le aporta en dinero a la nación, que es bastante importante, estamos hablando de una contribución entre impuestos, regalías y otro tipo de transferencias, que pueden superar los 20 billones de pesos; pero, más allá de esto, es porque Ecopetrol representa una fuente de inspiración y de entrenamiento; representa una visión de futuro; representa también la empresa que va a ayudar a construir el nuevo proyecto del Canal del Dique, que será uno de los proyectos de adaptación al cambio climático más importantes que se emprenderá en América Latina en los próximos años.

Representa también mirar a las comunidades; representa el empleo local; representa a la mujer cabeza de familia; representa también, ahora, una empresa que se compromete a ser parte de la meta de sembrar 180 millones de árboles de aquí al año 2022. Ecopetrol representa nuestra empresa, nuestro esfuerzo, el ahorro de todo un país. Como presidente, no dejaré de hacer todo lo que esté en mi mano para que Ecopetrol sea cada vez un motivo adicional de orgullo para todos los colombianos.

Permítanme decirles esto: yo quiero hablar por un instante del Diario la República en el contexto de este premio. El doctor Fernando Quijano (director del diario La República) me invitó, hace unos días, a una entrevista y yo le recordaba algunos titulares del periódico. Yo, simplemente, los quiero poner en el marco de nuestro Gobierno. Por ahí hace 50 años el titular de La República decía: ‘Este año se adjudicará el Subway de Bogotá’, 50 años pasaron y, por fin, este Gobierno aporta el 70% del Metro de Bogotá, lo adjudica y estaremos muy pronto viendo las obras en las calles de nuestro país, porque hay sentido de urgencia y sentido de ejecución.

Hace 15 años titulaba el diario La República: ‘Este año se entrega el Túnel de La Línea’. Me llenó de orgullo, hace pocos días, estar finalizando la obra civil y espero que el diario La República esté con nosotros en mayo entregando el Túnel de La Línea para todos los colombianos, porque en dos años hicimos el 30% de la obra, le pusimos recursos que estaban desfinanciados y les daremos a los colombianos esa gran emoción, de ver que en este Gobierno las obras se concluyen, así vengan del pasado, porque aquí no hay vanidades para responderle a todo un país.

Así que Colombia avanza, pero avanza con retos, y los seguiremos enfrentando. Así que La República seguirá siendo testigo de los avances y también seguirá reclamando los retos, pero también La República les rinde tributo a quienes hacen y dejan historia.

Doctor Felipe: me alegra las constantes referencias a su familia, cuando usted dice: regresamos hace cuatro años. Me alegran las referencias a su mamá, y me alegran mucho las remembranzas de su padre. Usted recordará que estábamos hablando de él en la Refinería de Cartagena.

Yo me siento muy orgulloso de lo que usted hace por nuestro país; me siento muy orgulloso de todo lo que hacen ustedes por nuestro país. Sé que este país tiene muchas complejidades y muchísimos retos que vienen de atrás, y otros que tendremos que sortear de hoy. Pero lo que nadie nos va a arrebatar es las ganas de ser un mejor país y lo que no vamos a dejar es que nadie nos siembre pesimismo cuando el país va progresando.

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