Flexibilización, innovación y bienestar emocional, la visión de la educación hacia 2050

Durante el Foro LR "¡Hay país! Prospectiva Económica 2050", Claudia Patricia Restrepo, rectora de la Universidad Eafit, abordó la transformación necesaria de la educación en Colombia para enfrentar los desafíos que se avecinan en las próximas décadas. Restrepo hizo un llamado urgente a replantear los enfoques actuales, resaltando la importancia de una educación adaptativa y centrada en el estudiante, impulsada por la tecnología y orientada hacia la productividad nacional.

Restrepo comenzó su intervención desmontando un mito: las nuevas generaciones no valoran la educación formal y prefieren optar por carreras menos académicas, como ser influenciadores. "Se dice que los jóvenes ya no valoran la educación y que, para 2050, la mayoría querrá ser influencers. Esto no es cierto", afirmó.

A partir de datos presentados por la encuesta de Empresarios por la Educación, Restrepo reveló que 79% de los jóvenes quiere estudiar y 88% afirma que es importante aprender. Esta cifra, según Restrepo, refleja un interés por la educación superior y el aprendizaje formal entre los jóvenes colombianos.

Sin embargo, aunque el país ha experimentado un crecimiento importante en la cobertura de la educación superior, todavía queda un largo camino por recorrer en términos de permanencia y acceso. "Hoy llegamos a una tasa de cobertura de 55,38%, pero 47% de los estudiantes que ingresan a la educación superior no finalizan sus programas", señaló, apuntando a la falta de mecanismos de apoyo que garanticen la finalización de los estudios.

Un sistema educativo rígido

Uno de los puntos clave fue la rigidez del sistema educativo colombiano frente a las demandas del mercado laboral. "La automatización y los cambios en las ocupaciones nos obligan a una mirada distinta sobre la formación del talento", advirtió. Restrepo subrayó la necesidad urgente de que las universidades adapten sus programas a las nuevas tendencias tecnológicas y de sostenibilidad, mencionando que "45% de las universidades del país no están reformando sus currículos, a pesar de los grandes cambios que estamos viendo a nivel global".

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En este contexto, enfatizó la necesidad de flexibilizar los marcos regulatorios que limitan la agilidad de las instituciones para responder a las transformaciones del mercado. "En Colombia, hacer un cambio curricular puede tomar dos años. En ese tiempo, las tendencias tecnológicas ya han cambiado", agregó. Esto, según Restrepo, pone al país en desventaja frente a economías más dinámicas que logran integrar nuevas tecnologías y modelos educativos de forma mucho más rápida.

El vínculo necesario entre las empresas y la academia

Según la rectora, la creciente rotación de personal en las empresas es un síntoma de que los modelos educativos actuales no están alineados con las necesidades reales del mercado laboral. "Hoy en día, las empresas necesitan involucrarse mucho más en la educación media y superior para que los jóvenes puedan integrarse de manera temprana en sus rutas profesionales", explicó.

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Restrepo mencionó como ejemplo los modelos de formación dual utilizados en Alemania, que permiten a los estudiantes combinar estudios académicos con prácticas laborales en empresas desde una edad temprana. Aunque reconoció que en Colombia esta transición ha sido difícil debido a las diferencias estructurales, insistió en que el país debe avanzar hacia un modelo similar si quiere enfrentar los retos del futuro laboral. "Hoy ya empieza a ser una verdadera necesidad que las empresas se involucren en la formación de talento desde etapas tempranas", sostuvo.

Proyecciones hacia 2050: flexibilización, innovación y bienestar emocional

Restrepo delineó una visión del sistema educativo hacia 2050, marcada por tres grandes ejes: flexibilización, innovación y bienestar emocional. Para ella, el futuro de la educación estará determinado por la capacidad de las instituciones de adaptarse a un contexto tecnológico en constante evolución, y esto requerirá cambios profundos en los modelos actuales de enseñanza. "Para 2050, la educación tendrá que migrar hacia un modelo completamente centrado en el estudiante, que incorpore tanto la enseñanza virtual como la presencial, y que promueva la ciencia, la tecnología y la innovación", indicó.

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En su opinión, la educación del futuro no solo debe enfocarse en impartir conocimientos, sino también en atender las necesidades emocionales y psicológicas de los estudiantes. "La educación del mañana tendrá que ser mucho más que académica; tendrá que incluir el bienestar emocional y social de los jóvenes", dijo.

Para concluir, Restrepo advirtió que, aunque las tecnologías como la IA y la automatización cambiarán la forma en que se imparte la educación, estas deben ser vistas como herramientas que complementen, no que sustituyan, la interacción humana en los procesos formativos. "El reto será diseñar un sistema que, aunque basado en algoritmos y nuevas tecnologías, mantenga a las personas en el centro", concluyó.