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En un ejercicio de prospectiva económica, LR consultó a diferentes líderes gremiales cuál es la fórmula para crecer a 2050
El presidente de Confecámaras, Julián Domínguez Rivera, instó a invertir en infraestructura y ofrecer incentivos para fomentar crecimiento en regiones desfavorecidas
El crecimiento económico sostenible se basa en empresas competitivas e innovadoras que puedan expandir su alcance a mercados locales e internacionales, lo que promueve la creación de empleos de calidad y eleva los niveles de ingresos y demanda interna. Así lo señaló Julián Domínguez Rivera, presidente de Confecámaras, quien destacó que para lograr este ciclo virtuoso, es esencial fomentar la inversión en capital humano con las habilidades y competencias que el sector productivo requiere.
Para que Colombia sea un país desarrollado a 2050, debería invertir en capital humano para generar movilidad social y reducir la desigualdad. Esto significa generar una oferta de capital humano con los conocimientos, competencias y habilidades que requiere el sector productivo y el desarrollo económico y social del país.
También es clave generar seguridad física y jurídica para propiciar un ambiente macroeconómico estable y así incrementar la confianza, para de esta manera, atraer inversión extranjera y potenciar la inversión nacional, así como fomentar la productividad, la innovación empresarial y la inversión en tecnología en las Mipyme, para propiciar la producción eficiente y la generación de bienes y servicios con valor agregado e impactar positivamente la supervivencia y movilidad empresarial, facilitando su inserción en cadenas de valor y conglomerados empresariales o clúster.
Un mayor crecimiento económico se logra con empresas productivas e innovadoras que sean competitivas, de manera que puedan acceder a nuevos mercados a nivel local e internacional, incrementar sus ventas y generar empleo de calidad, lo que, a su vez, aumenta los niveles de ingreso y la demanda interna.
Para lograr esto, es importante no solo fomentar la inversión pública y privada en productividad e innovación, sino también trabajar para generar capital humano pertinente, acceso a capital y crédito, propiciar la infraestructura necesaria y eliminar cuellos de botella y trámites para facilitar la inserción a nuevos mercados.
El sector enfrenta retos clave para crecer en producción, ventas e ingresos: formalización, ya que 58% de las empresas en Colombia son informales y no acceden a los beneficios del mercado formal; acceso a financiamiento, especialmente para las MiPyme, que limita su expansión; y diversificación de mercados, esencial para reducir la dependencia de un solo segmento y aumentar su probabilidad de crecimiento, como lo demuestra el estudio de Confecámaras y BID Invest, que evidencia que exportar aumenta 2,8 veces la posibilidad de escalar de categoría empresarial.
No solo se requieren reformas políticas con programas orientados a generar confianza inversionista, apostándole a la inclusión social, a la generación de capital humano pertinente, al aumento de la formalidad, productividad e innovación, sino que también se necesita consolidar el trabajo articulado entre el sector público y privado y entre entidades del Gobierno, para incrementar la escalabilidad, efectividad e impacto de las políticas.
Para impulsar el desarrollo económico, es crucial invertir en infraestructura y ofrecer incentivos para fomentar el crecimiento en regiones desfavorecidas. Se deben promover programas educativos que conecten a empresas con instituciones para formar talento según las necesidades del mercado, e implementar políticas que apoyen la innovación empresarial, proporcionando financiamiento y formación tecnológica para fortalecer la capacidad productiva y competitiva de las empresas.
El presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, Ovidio Claros, también fue consultado sobre las tareas que se pueden hacer desde lo empresarial en la capital del país para crecer a 2050 y esto fue lo que destacó:
"Se habla mucho de que Bogotá es una ciudad que dejará de crecer en términos poblacionales. De hecho, el Dane, a través de sus proyecciones de población ajustadas pos-covid estimó que 2025 será el año en que la capital del país alcance su máximo. A partir de este punto se observará un decrecimiento sostenido que en promedio alcanzará -0,3%; cerrando en 2050 con -0,5% y 7,3 millones de habitantes, los mismos que tuvo la capital en 2017. Sin embargo, cuando se mira a la región como conjunto, se observa que, sumados Bogotá y Cundinamarca, de 2024 a 2050 se pasa de 11,4 millones de habitantes a una de 13,1 millones, donde la participación del departamento pasa de ser 69,1% a 56,1%, casi la mitad. Con alta probabilidad, esa población adicional se aglomerará en los municipios cercanos a la capital que, o conmutan a las centralidades económicas de la ciudad, o viven cerca de nodos industriales regionales o atienden economías locales o trabajan desde sus casas en sectores de comercio y servicios, cada vez más digitalizados".
Y agregó: "Los hechos poblacionales plantean varias dinámicas importantes: la primera es que el crecimiento de servicios a los hogares se concentrará en las zonas donde más crecen estos, lo segundo es que la economía industrial y sus actividades complementarias crecerán en las zonas donde las condiciones de usos y precios del suelo sean ideales, especialmente las industrias de mayor tamaño; frente a esto, ante la caída en la demanda de vivienda para la ciudad, esta podrá mantener una base de industrias pequeñas y medianas en el territorio que cada vez irán fortaleciéndose más, tecnificando y reduciendo o mitigando sus impactos en el medio ambiente y el urbanismo local. Finalmente, Bogotá seguirá siendo el centro de la economía, los servicios, la ciencia, tecnología e innovación del país. Esto se logrará con el desarrollo y crecimiento de algunas de las apuestas que están desarrollándose desde la CCB".
Por último, dijo: "Frente a esto, vale la pena destacar al Campus de CTI, este proyecto, que incluye tanto una agenda de transformación del ecosistema de innovación, como un desarrollo urbano en torno al desarrollo y crecimiento empresarial, será la piedra angular de que Bogotá, a pesar de que pierda población, crezca de manera sostenida en producción e importancia económica, porque será la clave para incrementar la productividad de las empresas nacionales, de integrar al capital humano que sale de las universidades con la demanda de servicios a nivel mundial y será eje de la articulación entre las empresas de toda la región, el sector académico y el público".
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