Turismo e infraestructura inmobiliaria vacacional

Con el arranque de septiembre y la cercanía de este mes al último trimestre del año, quizás uno de los periodos más dinámicos en materia de turismo, comercio y actividad económica en general, llama la atención la manera en cómo la conversación sobre la infraestructura inmobiliaria vacacional tiende a centrarse en los aspectos más visibles: los accesos de playa, las terrazas, los restaurantes y bares, el diseño de las recepciones, la ubicaciones de los nuevos proyectos, el concepto de los edificios y la necesidad de incrementar el grado de paisajismo, por mencionar algunos ejemplos.

Sin embargo, y sin el ánimo de restarle valor a estas nociones tan relevantes en el debate técnico sobre el devenir del turismo, vale la pena señalar que existen otro tipo de elementos que también inciden y son determinantes en la calidad de la experiencia de los diferentes turistas que año a año visitan nuestra geografía o de los viajeros locales que aprovechan la gran cantidad de feriados que existen en Colombia para visitar otras ciudades.

Uno de estos elementos es el transporte vertical o, en otras palabras, los ascensores y escaleras eléctricas que equipan a las principales cadenas hoteleras, centros vacacionales, restaurantes emblemáticos, aeropuertos internacionales y demás atractivos turísticos por donde se movilizan diariamente cientos de miles de turistas para cumplir y disfrutar de sus itinerarios.

Y no es un dato menor, ya que, de acuerdo con cifras divulgadas por la Dirección de Análisis Sectorial y Promoción del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT), el pasado mayo el país reportó la llegada de 375.409 visitantes no residentes, cifra que es 10,4% más alta frente al dato del mismo periodo del año pasado, y que también supera el dato de mayo de 2021 y 2019.

¿Qué impresión cree que se llevaría un turista extranjero sobre Colombia si al pasar unos días en Cartagena se queda atrapado en un ascensor?, ¿cómo se imagina usted que calificaría un manizaleño su visita a Bogotá si durante su estadía tiene que subir con maleta a la habitación de su hotel por las escaleras?, ¿cree que un europeo se animaría a promocionar el país si por su paso en Cali experimenta lo que es estar media hora dentro de un ascensor varado?

Pues bien, precisamente, para que este tipo de momentos no hagan parte del ‘paisaje’ y, por el contrario, utilizar en los equipos de transporte vertical sean una experiencia casi imperceptible por su óptima calidad, suavidad y alta tecnología, es que vale la pena insistir en la necesidad de que Colombia desarrolle una normativa de alcance nacional que regule con mayor rigor el mantenimiento y las modernizaciones en el transporte vertical.

Al día de hoy, en pleno 2023, los marcos normativos vigentes en el país únicamente tienen un alcance distrital, de manera que la seguridad y la calidad de la inspección de estos equipos es mejor en algunas ciudades que en otras. Si de verdad queremos diversificar nuestra matriz exportadora, elevar el grado de competitividad de nuestra economía y convertirnos en un referente mundial en materia turística, uno de los aspectos a trabajar en la infraestructura inmobiliaria vacacional es el alcance de la regulación del transporte vertical.