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El mercado de vivienda venía de tres largas décadas de rezago tecnológico, por lo que trabajar por un ecosistema inmobiliario 100% digital será un beneficio para todos
En Colombia existe un plan para que, a 2026, todas las obras públicas implementen la metodología BIM, que reduciría mínimo 10% los costos de obra
El sector de la construcción es uno de los más tradicionales, pero también innova. Si bien la tecnología ha impactado casi a todos los aspectos de la economía y las industrias, algunas han logrado adoptar más estos cambios. Recientemente, la explosión de las llamadas ‘proptech’ ha puesto sobre la mesa las soluciones que puede brindar la tecnología al real estate.
El BIM (modelado de información de construcción, por sus siglas en inglés), es una metodología de trabajo para la planeación, construcción y gestión de obras. “Es básicamente simular virtualmente la construcción de la obra con la información disponible para resolver cualquier situación de una obra”, explica Juan Alejandro Saldarriaga, CEO de Bimbau, una plataforma colombiana que opera como un marketplace de objetos BIM ya modelados de proveedores locales.
En una plataforma de esta confluyen constructores, ingenieros, arquitectos, proveedores de materiales, entre otros actores. Gracias a que los objetos ya están modelados, un arquitecto puede tomarlos para hacer el plano, con lo que al final tendría un dato muy certero de cuánto material necesita. Esto permite mejorar los tiempos de obra y además los costos. Alfredo Manuel Reyes, presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, explica que la planificación de obra es tan colaborativa (gracias a la inclusión de varios actores), que una de las ventajas es que se reducen casi a cero los imprevistos.
“Esto permite gerenciar un proyecto con la máxima precisión”, destaca Reyes. Añade que los diseños en detalle, la planificación en detalle, la renovación y la trazabilidad son algunas de las características positivas.
A esto, Saldarriaga agrega que hay un alto impacto en la productividad. “Con BIM se puede mejorar desde 20% este indicador hasta 60%”, afirma. Esto sumado con la mejora en el manejo de inventarios tiene un efecto en los costos de obras. Reyes destaca que solo con mejorarse los tiempos, los costos ya se ven impactados positivamente. Saldarriaga asegura que hasta en un tercio pueden verse contraídos los gastos.
Ahora bien, hay todavía algunos retos y dificultades con respecto a la adopción de este modelo. El CEO de Bimbau afirma que la calidad de la información de los objetos BIM es uno de los primeros. “No hay un estándar internacional sobre la información que deben tener los objetos”, asevera. Como consecuencia, es difícil hacer “interoperabilidad”, es decir, comunicar información entre actores y países. Agrega que también hay una mentalidad de los constructores que genera una oposición a este tipo de avances.
Reyes añade que desde la perspectiva de los arquitectos o constructores hay una dificultad relacionada con los precios de las licencias para trabajar con estos programas. Eso genera un acceso desigual entre los grandes y pequeños jugadores del mercado.
Así mismo, señaló que el Gobierno debe generar mayores estímulos para que las obras civiles como carreteras, aeropuertos, acueductos y demás se hagan bajo el modelo de BIM.
Impacto en el sector público
Colombia suscribió la Estrategia Nacional BIM, que pretende trazar una ruta para adoptar la metodología a 2026. Bajo este programa, el objetivo es lograr mínimo 10% de ahorro en los costos de obras. A 2022, la meta es que entre 10% y 25% de los proyectos públicos usen BIM y en los años sucesivos aumentar la participación hasta lograr que la totalidad se hagan de esta forma en 2026. Juan Alejandro Saldarriaga, CEO de Bimbau, afirmó que este es un primer paso muy importante para generar confianza en la adopción de esta metodología.
Factores como la ubicación, el valor del metro cuadrado y año de la construcción se tienen en cuenta a la hora de determinar el precio
Entre los seis programas del gobierno, se otorgan ayudas financieras o facilidades de crédito para adquirir vivienda VIS y no VIS
El valor del proceso por espacio va entre $950.000 a $2.500.000 dependiendo del alcance del diseño. Los precios han tenido alza respecto a 2021