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La Familia Real Británica es una institución con un valor, que va más allá de sus activos y solo está por detrás de corporaciones como Facebook, Amazon, Google y Apple
Isabel II llegó al trono con 25 años y fue coronada en la Abadía de Westminster tras la lectura de la proclamación por el Rey de Armas Sir George Bellu el 8 de febrero de 1952
A las 6:30 p.m. hora de Londres, el Palacio de Buckingham anunció la muerte de la Reina Isabel II a sus 96 años, dando fin así al reinado más largo de la Monarquía Británica y el segundo más extenso en el mundo. La Reina permaneció al frente de Inglaterra y la Mancomunidad de Naciones por 70 años y 215 días, tiempo en el que construyó una Institución que hoy podría valorarse en más de US$80.000 millones.
La cifra, calculada por Brand Finance en el marco del ‘Jubileo de la Monarca’, que ocurrió hace dos meses, señala que la Familia Real Británica es una institución con un valor, que va más allá de sus activos y solo está por detrás de corporaciones como Facebook, Amazon, Google y Apple.
Gran parte del aporte viene de la imagen de la monarca, que inició su reinado el 6 de febrero de 1952 tras la muerte de su padre el Rey Jorge VI, y que era querida por más de 81% de los británicos, según la más reciente encuesta de Gallup. Brand Finance señala que solo la marca de la Reina tiene un valor que supera los US$40.321 millones.
“Aunque activos como las Joyas de la Corona y el Palacio de Buckingham valen al menos 25.500 millones de libras esterlinas (US$29.286 millones), gran parte de los ingresos de la monarquía provienen de su marca. Anualmente, tiene un impacto en la economía del Reino Unido por una suma de US$2.067 millones. Eso incluye una contribución de 550 millones de libras (US$631 millones) al turismo, un superávit inmobiliario de la corona de 329 millones de libras (US$377,8 millones) y una contribución de 150 millones de libras (US$172,2 millones) al comercio”, muestra el informe.
Isabel II llegó al trono con 25 años y fue coronada en la Abadía de Westminster tras la lectura de la proclamación por el Rey de Armas Sir George Bellu el 8 de febrero de 1952. Esas siete décadas en la Corona, para los expertos, son puntos clave para que la Reina se convirtiera en un ícono. Un informe de Gallup, que ha realizado una encuesta anual desde 1948 sobre las mujeres más admiradas, la ubicó entre los cinco primeros puestos en más de 50 oportunidades.
La monarca fue testigo y protagonista de hechos históricos en el Reino Unido como la inauguración del Canal de la Mancha en 1994, la apertura del primer Parlamento de Escocia en 1999, la recuperación de la autonomía de Irlanda, en diciembre de 1999, y la creación de la Unión Europea en 1992. Además, durante su reinado recibió a 15 primeros ministros y conoció a 13 presidentes de EE.UU.; siendo testigo, a su vez, de cómo se transformó el mundo y la economía de su país, que la recibió en un racionamiento de mantequilla, tocino y carne, tras la sombra que dejó la Segunda Guerra Mundial en Europa.
Más allá de la economía del país, clasificada como la sexta más grande según el Fondo Monetario Internacional, la contribución de la marca es considerable. Se estima que lo que aporta es 22 veces mayor que el presupuesto para mantener la Corona, que ronda US$91 millones.
“La monarquía es el tesoro nacional del Reino Unido, simbólica y económicamente. Especialmente en la era Brexit, la Nación puede confiar en la diplomacia de la Corona para facilitar relaciones con la Mancomunidad de Naciones y el mundo”, concluyó David Haigh, CEO of Brand Finance.
Sobre el impacto, el profesor Óscar Palma, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, explicó que será simbólico por el rol de la monarquía, ya que no influye en el proceso político. “Afectará más la nostalgia como país”.