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En cuanto a Colombia, la URF ya tiene un marco inicial del modelo de banca abierta y ha venido realizando mesas de trabajo con actores clave
El open banking es la creación de nuevos negocios financieros y ecosistemas digitales a través de APIs. En este modelo los clientes del sector financiero se convierten en los verdaderos propietarios de sus datos y por tanto son quienes deciden la forma en que quieren que sean usados. Este nuevo contexto, apoyado por la tecnología, traerá una oferta de servicios financieros más amplia, así como la posibilidad de que los clientes conozcan mejor su información y la usen sin ninguna limitante. Es una oportunidad única para que las instituciones financieras creen mejores experiencias para sus clientes, cada vez más precisas y personalizadas.
Pero, ¿cuáles son las reglas generales del Open Banking y cuál es su desarrollo en el mundo? Vamos por partes. Primero, aunque el Open Banking es un modelo que se adapta a la regulación de cada país, se basa en un marco general que propone las siguientes máximas:
- Reglas simplificadas para que nuevas empresas puedan participar del sistema financiero ofreciendo nuevos productos y servicios al mercado.
- Regulación que permita gestionar la integración entre entidades con responsabilidades compartidas y compliance al sistema financiero.
- Regulación para la protección de los datos personales.
-Tecnología para gestionar las integraciones con seguridad, monitoreo, trazabilidad y gobierno de servicios: API.
En el mundo ya se presentan casos de éxito como el Reino Unido, país pionero en esta iniciativa, que ha visto cómo este nuevo marco ha traído grandes frutos para su economía. Según un estudio de la Obie (sigla en inglés para la Entidad de Implementación del Open Banking), a junio de 2020 había 260 empresas e instituciones registradas con modelos de negocio basados en el Open Banking, lo que se traduce en un crecimiento de 27% en relación a la misma estadística de finales de 2019.
Por otra parte, en América Latina, Brasil y México se consolidan como los países más avanzados. Por un lado México ya tiene el primer documento oficial que busca crear un marco inicial sobre cómo compartir datos e información financiera. En marzo de 2020 Banxico publicó la circular 02/2020 estableciendo los estándares de las APIs y en junio de 2020 la CNBV divulgó una circular que regula el intercambio de datos financieros abiertos. Brasil, por su parte, promulgó el primer marco regulatorio de Open Banking en Sudamérica el 4 de mayo de 2020, permitiendo nuevas iniciativas digitales, entre las que se destaca el reciente lanzamiento de Whatsapp pay de forma oficial.
En cuanto a Colombia, la URF ya tiene un marco inicial del modelo de banca abierta y ha venido realizando mesas de trabajo con actores clave para definir aspectos puntuales que permitirán tener una regulación justa, dinámica y eficiente. Lo anterior teniendo en cuenta que el actual marco de Habeas Data se adecua lo suficiente para que Colombia dé el paso a la implementación de banca abierta de acuerdo con los principios clave de protección del consumidor, desarrollo de la competencia, promoción de la innovación y garantías de seguridad y privacidad.
En conclusión, Colombia está dando pasos sólidos hacia la consolidación de un contexto financiero, que más allá de cambiar las reglas, es un elemento clave en la creación un entorno más centrado en las necesidades de los clientes.
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