MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
El derecho comercial es el posgrado con más demanda en el país
Cada vez es más común el uso recurrente de la tecnología por parte de los abogados, para resolver los diferentes tipos de controversias
La profesión jurídica, sin duda alguna y de manera paradójica, está experimentando una transformación como pocas en su historia. Cada vez es más común el uso recurrente de la tecnología por parte de los abogados, para resolver los diferentes tipos de controversias que sus representados les plantean. Hace algunos años, los bufetes de abogados se sorprendían con los sistemas computacionales que eran capaces de proveer una gran cantidad de información, a través de bases de datos. Entre ellos, vimos el liderazgo que durante mucho tiempo tuvo Lexis Nexis y que, posteriormente, fue continuado por otras compañías como West Law, Hein Online, Kluwer, Thompson Reuters y en el contexto Colombiano, Legis.
Sin embargo, en la actualidad, estos sistemas resultan muy sencillos en comparación con las necesidades del abogado y la capacidad de los mismos sistemas de información. El creciente avance de la Inteligencia Artificial ha generado la aparición de programas capaces de predecir, con cierta certeza, el posible resultado de un caso.
La pandemia ha potencializado el uso y el desarrollo de estos sistemas. A manera de ejemplo, China presentó hace algún tiempo el juez robot llamado Xiao Fa, el cual es capaz de analizar hasta 100 crímenes, proyectar sentencias y estandarizar condenas. Este ejemplo fue seguido por Estonia, el cual ha empezado a tener jueces que funcionan con Inteligencia Artificial para asuntos que no superen los US$8.200. Afortunadamente, nuestro país no se queda atrás y el año pasado, en medio de la pandemia, fuimos testigos de cómo la Corte Constitucional lanzó el sistema Prometea, el cual servirá para la selección de acciones de tutela, a partir de análisis estadísticos.
A pesar de la emergencia sanitaria, la rama judicial, las firmas, los abogados y, en general, la industria legal se adaptó para funcionar digitalmente, con el fin de garantizar la protección de los derechos de la comunidad y acercar la administración de justicia al ciudadano, por ejemplo, a través de audiencias virtuales, no solo en los despachos judiciales sino en organismos administrativos, con funciones jurisdiccionales, como la Superintendencia de Sociedades y la Superintendencia de Industria y Comercio, entre otras.
Este contexto evidencia cómo las firmas y los abogados practicantes deben estar preparados para tener una sensibilidad especial y desarrollar competencias relacionadas con el uso de la tecnología. Dos factores son importantes: el primero tiene que ver con la implementación de herramientas legal tech en las labores diarias del abogado, ya sean desarrolladas por las propias firmas o licenciadas a empresas especializadas.
Las universidades tienen un reto mayor en la formación de los juristas de hoy, que requieren estar preparados para una sociedad digital. Desde hace varios años, la Universidad Sergio Arboleda ha implementado, en el ciclo básico de su pregrado en Derecho, materias sobre innovación en el derecho y derecho digital. De la misma forma, realiza constantemente eventos, congresos, diplomados y apoya a los semilleros de investigación en el campo de la tecnología y el derecho y será la primera universidad del país en tener una Maestría en Innovación en Derecho Digital y Legal Tech.
La flexibilidad laboral derivada por la pandemia, llegó para quedarse en el mercado legal pese al retorno paulatino de la presencialidad en bufetes
Desde hace varios años las fronteras se han ido diluyendo y cada vez es más frecuente que abogados trabajen en el exterior
Según los abogados, lo laboral también está demandando atención y tras la pandemia se han generado nuevas tendencias