Un año marcado por grandes movidas y nuevos jugadores tras la reactivación

El tablero económico empresarial se sacudió en 2021. Los impulsos de reactivación económica tras la pandemia conllevaron reajustes en los sectores del comercio, minería y construcción. Empezaron a forjarse algunos de los mayores negocios en décadas en el país, y se sentaron bases para un dinamismo que ha continuado viéndose a lo largo de 2022.

Una de las principales noticias tuvo que ver con D1 S.A.S. La cadena de supermercados fue reportado como el principal conglomerado de ventas al detal en Colombia; a esto se le atribuyen los resultados de ingresos superiores a $10,9 billones en 2021, lo que registró un crecimiento de 32% con respecto a las ventas de 2020. A finales de 2021 el low discounter puntuó 9,7% de participación en el mercado retail, y 74% en el sector de hard discount.

En el mismo año, el sector minero-energético se abrió paso hacia la carrera por la transición energética, que los principales consorcios mundiales de energía tienen en su agenda operacional; esto, dando lugar a jugadas como la compra de la multinacional de transmisión eléctrica ISA a través de la compañía petrolera Ecopetrol S.A.S.

La petrolera radicó el contrato para adquirir 51,4% de las acciones en circulación de ISA por unos US$3.700 millones, como parte de su estrategia para convertirse en una empresa integral de energía. Según expertos, se relaciona a la necesidad de tener una dinámica más estable en comparación con la dramática fluctuación de precios de hidrocarburos en el mercado mundial. José Manuel Restrepo, ministro de Hacienda, aseguró que esta dinámica persigue una reorganización accionaria, en la que el Gobierno seguirá siendo el accionista mayoritario de ISA, a través de Ecopetrol; y que los recursos generados permitirán atender las necesidades sociales y fiscales para la reactivación económica. El yacimiento minero guajiro de Cerrejón también emprendió camino hacia la sostenibilidad. La multinacional suiza Glencore se convirtió en la única propietaria de la mina, luego de concretar una transacción por US$588 millones en total, es decir, de US$294 millones a cada empresa.

Una fecha crucial en el calendario fue noviembre 11 de 2021; se trazó el primer capítulo por el poder al interior del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) por parte del banquero Jaime Gilinski, cuando lanzó, a través de la empresa Nugil S.A.S., una OPA (Oferta Pública de Adquisición) por 62,625% de Nutresa, la multilatina más grande del país.

Gilinski, mediante la empresa Nugil, determinó un precio de compra por cada acción de US$7,71 a ser pagados a la TRM del día, lo que equivaldría a $29.879. Antes de que se iniciara el periodo de suspensión de la especie en la BVC, el precio cerraba en $21.740, lo que indica que las acciones colombianas están por debajo del rango. Hasta el momento, siete Ofertas Públicas de Adquisición (OPA) le han permitido a Jaime Gilinski pasar al siguiente enfoque; ahora, es el máximo socio de Grupo Sura y el segundo propietario de Grupo Nutresa. Se trata de una movida empresarial que continúa en marcha.

Otra noticia tuvo que ver con las aerolíneas. Avianca logró salir a finales del año pasado del Capítulo 11, el plan de quiebras, con nuevos aires. Desde entonces y con una liquidez de US$1.000 millones, ha sido protagonista de una serie de movidas de alto octanaje. Por un lado, Declan Ryan, socio fundador de Viva Air, vendió 100% de las acciones a Roberto Kriete, accionista de Avianca y presidente de su Junta Directiva, con lo cual firmaron la unión de las dos empresas y sellaron la apuesta de Avianca por el low cost. Y posteriormente, anunció la creación del Grupo Abra, nuevo holding, con la aerolínea brasileña Gol.