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A pesar de que la pandemia dejó un escenario difícil para las aerolíneas, las inversiones y los planes no cesan para 2023 y 2024
A simple vista podríamos decir que la industria de la aviación comercial se recuperó. Pero ¿Por qué vemos aún un panorama tan desafiante?
Director ejecutivo y CEO de ALTA
En 2022, Latinoamérica y el Caribe (LAC) lideró la recuperación de tráfico de pasajeros aéreos globalmente. Incluso, en septiembre y diciembre del año pasado, sobrepasó sus niveles prepandemia, movilizando a 28,6 millones y 32,3 millones de pasajeros, respectivamente. Esto ocurrió nuevamente en marzo de este año cuando se transportaron 30,9 millones de pasajeros.
A simple vista podríamos decir que la industria de la aviación comercial se recuperó. Pero ¿Por qué vemos aún un panorama tan desafiante? ¿Qué nos impide despegar de manera definitiva? Influyen varios factores. Por un lado, regulaciones que han quedado desactualizadas con respecto a las necesidades actuales. Por otra parte, altísimos impuestos, tasas y contribuciones que encarecen sustancialmente los precios de los tiquetes aéreos y dificultan el acceso a este medio de transporte.
En LAC aún volamos muy poco con respecto a otras regiones: 0,6 viajes per cápita, por año, en promedio. Mientras que en Europa el número ronda 2,6 viajes por año y en Norteamérica 2,5. Es importante considerar que el precio del tiquete es el factor decisorio para emprender un viaje y, por tanto, la gran puerta de entrada a los países y ciudades. Menores gravámenes reducen directamente el precio de los tiquetes, amplían el acceso al transporte aéreo y, consecuentemente, generan un aumento en la recaudación.
Según el Índice de Competitividad del Transporte Aéreo de LAC, elaborado por la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) y Amadeus, en Argentina, por ejemplo, en un pasaje con destino internacional de US$50 dólares, 70% corresponde a carga tributaria y fees, entre ellos algunos cargos no relacionados con aviación. Esto coloca a Argentina en una brecha de competitividad significativa en comparación con otros países, como Jamaica donde, en un tiquete de US$50, un 7% corresponde a tributación o Brasil donde 18% se destina a estos cargos.
Este informe también muestra que Brasil, Chile, Aruba, Belice, Curazao, Jamaica y St. Marteen no tienen impuestos a las ventas de tiquetes aéreos, lo que los convierte en destinos con condiciones más favorables para el viajero internacional y favorece a una industria esencial.
¿Por qué es esencial? Debido a su papel en la conectividad regional.
No hay lugar en el mundo donde aterrice un avión en el que no haya desarrollo y empleos: desde la construcción de la infraestructura, el taxi que espera afuera del aeropuerto, hoteles, restaurantes, atracciones turísticas, servicios y mucho más. Además, el transporte de carga aérea desempeña un papel esencial para las cadenas de suministro y la exportación de producción local. Y, por qué no mencionar, también el rol del transporte aéreo en la respuesta a emergencias (como se mostró durante la pandemia con el transporte seguro de personal médico, vacunas y personas que requerían atención médica inmediata).
Aviación es integración social y cultural. Sin duda, la presencia y el funcionamiento eficiente de la aviación son fundamentales para el desarrollo económico, social y humano de la región.
Nuestra región enfrenta macroeconómicos desafiantes: la desaceleración del crecimiento económico, inflación y devaluación de las monedas locales afectan la demanda de los viajes aéreos, así como la operación y, en algunos casos, la viabilidad de compañías del sector. Según datos del Banco Mundial, en 2022 el PIB de la región creció 6,5%, pero en 2023 crecerá 1,4% y 2,4% en 2024. Estas tasas son “demasiado bajas para lograr progresos significativos”, dice el organismo. En una región donde 25% de la canasta básica familiar se destina a la compra de alimentos, el impacto económico reducirá la posibilidad de acceder a viajes aéreos.
A pesar de estos desafíos, la industria de la aviación sigue resiliente y cada vez más eficiente para democratizar el transporte aéreo. Entre 2012 y el primer trimestre de 2023, los precios reales de los tiquetes se han reducido 35% y gracias a las eficiencias operacionales alcanzadas por las aerolíneas y sus proveedores. Han surgido distintos modelos de negocio que brindan más opciones a los pasajeros de acuerdo con sus preferencias y necesidades.
Por ello insisto siempre en que aviación debe formar parte de Agendas de Estado que trasciendan gobiernos y que generen planes de largo plazo para el trabajo mancomunado para actualizar marcos regulatorios, revisar costos no relacionados que son cargados a la industria y trazar una hoja de ruta para que más aviones lleguen a más destinos en nuestros países, llevando así desarrollo y oportunidades.
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