Cinco decisiones para el José María Córdova

Presidenta ejecutiva de Proantioquia

Más que una infraestructura de transporte, el Aeropuerto Internacional José María Córdova, JMC, ubicado en el municipio de Rionegro, es la principal puerta de Antioquia al mundo y una apuesta urgente para el desarrollo territorial y nacional.

Desde este aeropuerto, se atienden rutas a 12 destinos nacionales y 24 internacionales. Sus cifras hablan de éxitos y desafíos: si bien su terminal tiene una capacidad para atender 10,5 millones de pasajeros al año, entre 2022 y 2024, han transitado en promedio 13 millones de pasajeros al año, alcanzando con una década de anticipación, la demanda proyectada para el año 2036 en su Plan Maestro vigente. El JMC no es un aeropuerto regional, es un aeropuerto internacional al servicio del país.

Este crecimiento, impulsado por el turismo, el comercio y la conectividad internacional, ha llevado al límite la infraestructura actual. El JMC es el segundo aeropuerto más importante de Colombia en movilización de pasajeros y carga (66.400 toneladas en 2023); sin acciones inmediatas para aumentar su capacidad, corre el riesgo de convertirse en un cuello de botella para el desarrollo de Antioquia y Colombia.

Desde Proantioquia hemos liderado la construcción de una ruta público-privada para consolidar el JMC como un aeropuerto de clase mundial. Esto implica no solo la optimización de la terminal aérea, sino la evaluación de la pertinencia de la construcción de una segunda pista, de rutas de acceso y la promoción de estímulos que atraigan inversiones estratégicas para el sector y otras industrias.
Esta visión requiere una actualización del Plan Maestro y debe pasar de la teoría a la práctica lo antes posible.

El turismo, uno de los motores económicos de la región, se proyecta como una de las principales víctimas de la falta de infraestructura adecuada. Los hoteles, restaurantes y destinos turísticos en Antioquia han crecido al ritmo de la llegada de viajeros nacionales e internacionales, pero la capacidad del aeropuerto y de las vías que lo conectan son un nudo por destrabar.

Para habilitar al JMC como un aeropuerto de talla mundial, puerta internacional de Colombia, son cinco las decisiones urgentes que se deben tomar:

• Firma del acuerdo entre concesionario y concedentes que habilite el desarrollo de las obras de optimización que permitirán llevar la capacidad actual del aeropuerto de 10,5 millones de pasajeros a 17 millones.
• Protección y financiación de compra de los predios del polígono definitivo para la ampliación del aeropuerto y su conexión con otros sistemas de transporte en la región.
• Construcción de la terminal de pasajeros estimada en la actualización del plan maestro para recibir en 2055 a más de 40 millones de pasajeros al año.
• Evaluar la pertinencia de construir una segunda pista para atender la demanda esperada de operaciones tanto de pasajeros como de carga.
• Finalmente, el estudio, estructuración y aprobación por MinTransporte de propuesta de integración con el transporte masivo para articular al aeropuerto con el Valle de Aburrá, el Valle de San Nicolás y las regiones.

El aeropuerto JMC es más que una infraestructura; es una oportunidad para proyectar a Colombia, desde Antioquia, como una nación competitiva, conectada y próspera. Ampliar su capacidad no es un lujo, es un paso más hacia la integración económica de nuestro país. Colombia crece y se desarrolla desde las regiones.