Prioridades y ciudadanos

Directora ejecutiva de ProPacífico

Es usual que las prioridades de una ciudad se determinen en los escritorios de los funcionarios públicos o a través de documentos académicos. Si bien muchos de estos ejercicios de planeación territorial se hacen con algún grado de validación ciudadana, la realidad nos demuestra que, en la gran mayoría de casos, el resultado de estos ejercicios se queda en documentos que pocos ciudadanos conocen y que su vigencia se limita a los cuatro años del gobierno de turno.

Por esto, desde hace más de tres años en ProPacífico y junto a diversas organizaciones venimos trabajando en un mecanismo para priorizar proyectos para Cali, incluyendo, además del criterio técnico, la participación ciudadana. Promovimos la iniciativa Cali para mí y convocamos una conversación masiva para que fuéramos los ciudadanos los que determináramos las prioridades de nuestra ciudad y asegurar que esa voz fuera escuchada. La respuesta superó con creces la meta inicial de 10.000 votos: la iniciativa contó con la participación efectiva de 17.831 personas y alcanzó a 1,5 millones de caleños quienes, en el marco de la conversación, priorizaron entre 20 proyectos los que, en su opinión, deberíamos hacer primero.

La voz ciudadana se hizo escuchar. Sin afiliación política ni ideológica, sin estratos, sin roles ni sectores dominantes, Cali para mi reunió la voz de miles de ciudadanos que, en medio de la diferencia, respondimos el llamado de unidad y construcción colectiva de la campaña. Aquí no somos los mismos con las mismas. Desde el primer momento, Cali para mi contó con miles de participantes, que aseguraron una muestra representativa y diversa de la ciudad.

Los resultados nos aclararon la opinión ciudadana sobre la Cali que queremos: una Cali más segura, con mejor educación y salud de calidad y oportuna; una Cali con movilidad, transporte público y conectividad que mejore la calidad de vida; una Cali con que cuida sus recursos ambientales y provee mejor hábitat en todos sus barrios; una Cali con más oportunidades de empleo, emprendimiento y desarrollo económico para todos; una Cali que es ejemplo de cultura, convivencia ciudadana, civismo e inclusión.

Sin duda, este es sólo el primer paso y lo que nos queda es trabajo. Ahora el reto es impulsar esta agenda de ciudad y comprometer con acciones concretas a quienes aspiran a tomar las riendas de la ciudad sin importar su corriente política. Muchos incrédulos afirmarán que esta es una iniciativa hecha a favor de algún o algunos candidatos, lo cual solo evidencia su desconocimiento de la misma.

Este ejercicio debe ser tomado como lo que es: un insumo extraordinario para todos los candidatos a los diferentes cargos de elección popular de la ciudad, se sintonicen con lo que los ciudadanos quieren y que así sus propuestas y gobiernos reflejarán las prioridades de la gente para que juntos transformemos nuestra ciudad. Cali para mí debe ser un motivo de unión y orgullo, pues ninguna otra ciudad en Colombia ha hecho algo semejante.

Después de una de las peores crisis de ciudad que vivimos después del estallido social, Cali para mí es una prueba más de que podemos, desde la diversidad, encontrar puntos comunes y construir sobre lo que nos une a todos con la firme convicción de que unidos somos más fuertes.