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Se realiza en Medellín la novena edición del Congreso Empresarial Colombiano en las instalaciones de Plaza Mayor
El empresario resaltó el compromiso que deben tener los empresarios para seguir aportando al desarrollo del país
El empresario Gabriel Echavarría, empresario y presidente de la Junta Directiva de Compañía de Puertos Asociados, Compas, recibió este viernes la Orden al Mérito Empresarial José Gutiérrez Gómez; el reconocimiento le fue entregado durante la última jornada del Congreso de la Andi, realizado en Medellín.
"Este reconocimiento, que recibo con humildad y gratitud, es reflejo del amor y apoyo de mi familia, especialmente de mi esposa, Cristina Echavarría, y de mis hijos, Sebastián, Alejandro y Rafael. Su Presencia en mi vida es la base sobre la cual he construido mi trabajo", comentó el homenajeado.
Durante el discurso envió varias palabras a las personas que consideró parte fundamental en su vida: "Quiero dedicar este honor a mis padres, Hernán Echavarría Olózaga y Lolita Obregón de Echavarría, quienes dedicaron su vida a hacer una Colombia más próspera que genere oportunidades para lo menos favorecidos. Su entrega a causas caritativas, educativas, intelectuales, ambientales y empresariales es una fuente de inspiración para mí".
"Extiendo mi agradecimiento a los miles de empleados y ejecutivos que han trabajado con mi familia desde la fundación de la organización Corona hace 140 años. Otras múltiples empresas, fundaciones, centros de educación y pensamiento son resultado de ese trabajo", añadió.
Tal como lo mencionó, "no sobra decir que la educación y el trabajo de los empresarios y trabajadores colombianos ha sido una de las principales razones de que en los últimos 60 años el país haya logrado subir de la mula al avión. Estos conocimientos y aprendizajes lograron mejorar el nivel de vida de la mayoría de los ciudadanos, gracias al esfuerzo, fortaleza y optimismo que prima en nuestras comunidades".
Sin embargo, desde su óptica, "para alcanzar esta meta, debemos mirar mas allá de lo conocido, romper barreras y fomentar un sistema educativo que no solo forme sino que inspire. Mi padre lo entendió y por eso dedicó su vida a impulsar la imaginación de los colombianos, y fundó instituciones con otros empresarios locales y amigos, como la Universidad de los Andes, del Norte, Eafit, el Icesi, La Sabana y el Cesa, para invitarnos a pensar en grande, a atrevernos a soñar con una Colombia mejor, especialmente para los jóvenes, un total de 142.000 estudiantes".
Destacó que "las universidades no son suficientes para suplir la educación temprana de los jóvenes, se necesita la creación de escuelas y centros de formación que permitan aprender disciplinas básicas para el trabajo como la agricultura, el transporte o la construcción, que brindan a la población oportunidades para mejorar sus condiciones de vida y su nivel de ingresos, aunque no tengan la oportunidad de acceder a la educación superior".
En las próximas décadas, añadió el empresario, "vamos a tener menos jóvenes y más adultos, la preocupación entonces es el sostenimiento a futuro de la calidad de vida de la población. En este escenario la juventud se convierte en el recurso más estratégico. ¿Qué podemos hacer los empresarios colombianos para que los jóvenes se sientan a gusto en los entornos laborales y asuman el trabajo como un medio para conseguir las metas que se propongan y ser exitosos?"
"No podemos conformarnos con lo existente, los empresarios tenemos la responsabilidad de liderar este cambio creando las condiciones necesarias para enfrentar el futuro con éxito", puntualizó.
Todo se gestó en el seno de Medellín, que para esa época era el epicentro industrial y productivo de Colombia