Cooperación e inversión

Profesor asociado de la Universidad Eafit

Habitar en la ciudad de Medellín implica y significa muchas cosas positivas.

Incluso, a pesar de los drásticos cambios climáticos de la última década que hoy ponen en duda el tema de la reconocida “eterna primavera”. Vivir en esta parte de Colombia es disfrutar de un sistema de transporte público de vanguardia, de una arquitectura y una infraestructura que se regocijan con el ser humano y de una sociedad característica que siempre está dispuesta a acompañar en las dificultades a quien tiene al lado.

Además de esas bondades, también en materia institucional es importante considerar que en este emergente distrito especial se ha logrado consolidar un cuerpo de instituciones municipales que ha demostrado entereza en la administración de los recursos, mientras su constante reinversión le apunta a los programas más necesarios para el progreso social de sus habitantes.

En tal sentido, ha sido, es y será vital el papel de la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana (A.C.I.), que de manera directa ha servido de conector entre oferentes y receptores, en relación con los flujos de cooperación internacional provenientes de actores localizados en diversas latitudes e interesados en los programas de la ciudad; además de lo relacionado con su internacionalización.

Es oportuno recordar que el actual distrito especial de Medellín contó en su momento con el Acuerdo Municipal #339 de 2011, que insertó en la agenda formal de ciudad lo relativo a la política pública de cooperación internacional, que a su vez fue asignada en el artículo séptimo de dicho Acuerdo a la A.C.I.

Por tanto, es fundamental el papel de dicha entidad en lo que corresponde a su objeto exploratorio, de identificación y gestión de recursos de cooperantes e inversionistas internacionales para proyectos en Medellín y su Área Metropolitana.

Sin embargo, con la reciente aprobación de Medellín como distrito especial (de Ciencia y Tecnología) por parte del Congreso de la República, es preciso señalar que los tiempos más retadores para la A.C.I. están por llegar.

Es ahora cuando se pone a prueba el rol de la agencia en lo que obedece a la identificación de actores estratégicos interesados en canalizar sus recursos hacia esta parte del mundo y comprometerse, no solo con las inversiones posibles, sino sobre todo con flujos de cooperación que beneficien directamente al talento y recurso humano de Medellín y Antioquia; por ende, a la población colombiana.